Fue todo muy rápido: los hermanos De Castro se habían hartado del rumbo que tomaban las cosas en Coz. Corría el verano de 1980 y durante ese estío hubo dos Coz en gira: el de Juan Márquez y “Más sexy”; y el mas rockero de Armando y Carlos. La situación no se podía quedar así, obviamente: era confuso para el aficionado y además los derechos del nombre parece ser que estaban en poder del bajista y vocalista.
Solución: nuevo nombre, el muy acertado bautizo del “mítico Barón”, como decía la última canción del álbum aquí comentado. Se completa la alineación con dos músicos de lujo. El bajista conocido como “Sherpa” venía de una trayectoria como solista y su pasado estaba en el importante grupo pop Los Módulos. Su nombre real era el de José Luis Campuzano y tendría una incidencia decisiva en la trayectoria del grupo. Y el batería Hermes Calabria, uruguayo y fenomenal rompeparches, había pasado una gran temporada junto al entonces exitoso rockero argentino Moris.
La banda se mete en estudios durante el mes de noviembre de ese año. Parecía haber prisa por publicar su primera obra, que interesaba mucho a su sello Chapa, debido a la calidad de los músicos por separado. Y más como conjunto, así se demostraría en poco tiempo.
“Larga vida al Rock and Roll”, que es de por sí declaración de intenciones, es un impresionante álbum de debut. La producción ha quedado superada por los veinticinco largos años desde que se produjo la grabación, pero nos quedan las canciones, sencillamente soberbias. Había muchas ganas de soltar lastre: “Con Botas Sucias” era un ataque en toda regla a CBS (junta las iniciales), la discográfica de Coz. “Yo tu prisionero he dejado de ser, pues me he librado a tiempo de ti…”, cantaba Carlos con claro resentimiento. Y “Desertores del Rock”, también firmada por el guitarrista alopécico, era una andanada contra su anterior socio Márquez: “Es difícil ser otra vez tú mismo y no ver a tiempo que estas acabado”.
Quizá fuese una sorpresa incluir “Anda suelto Satanás”, pieza del cantautor Luis Eduardo Aute. Pero este joven Barón era un huracán y, convertía la composición en otro aluvión rockero. Sherpa tenía su particular protagonismo en las excelentes “Nací pobre” y el himno propio “Barón Rojo”. Justo es señalar que las letras venían firmadas por Carolina Cortés, a la sazón su pareja sentimental. Ella seria fundamental en muchos textos del futuro Barón.
Siguiendo con los títulos, “Efluvios” era un corte instrumental propiedad de Armando. Una preciosidad fue (y es) esa “Chica de la ciudad”, que los hermanos habían construido a medias. “El presidente”, con solo memorable de ese guitarrista excepcional que es Armando, tenia también su mala leche contra lo instituido: “Siempre serás solo un farsante, como esta sociedad, tienes un coche tan flamante como tu necedad”. El tiempo ha hecho de “Larga vida al Rock and Roll” (el tema, otra vez de los hermanos De Castro) un autentico clásico de los Barones. En ella reflejan su amor por el género. También su fidelidad a él, que resulta indudable en Carlos y Armando, por encima de opiniones sobre la actual empresa Barón Rojo.
El debut de Barón Rojo es una pieza imprescindible, no ya dentro de la conocida carrera de la banda, sino del propio Heavy Rock en español. Sabido es como transcurrió la carrera “baroniana”: discos imprescindibles (hasta al menos 1985), directos espectaculares y un inmenso cariño por parte del publico “duro”. Luego llego la traumática ruptura de 1989, la toma absoluta del poder interno por parte de los De Castro e intentos fallidos de acercamiento hacia Sherpa/Hermes (no importa qué parte los iniciara, el caso es que fracasaron). Es cierto que el Barón de 2008 ha podido decepcionar a parte de sus antiguos fans: sin embargo, en el quinquenio 1980-85 era un grupo sencillamente adorable. Es justo que le rindamos tributo cuando era una banda ejemplar.
Pedro Giner