Hasta ahora no había muchas posibilidades de encontrar material visual de Blackfoot en el mercado, pero la publicación de un CD+DVD oficial titulado “Train Train, Southern Rock’s Best Live”, justo a la vez que aparece este otro DVD que comentamos, hace que se acumule el trabajo. El otro, el oficial, todavía no he tenido ocasión de verlo aunque espero no tardar mucho, pero este “Blackfoot over Europe: Rattlesnake Rock’n’Roller” os aseguro que es una auténtica gozada.
Digo que este no es oficial porque no aparece ni en la web del grupo ni en ningún otro sitio. Tampoco hay información de la compañía que lo publica, “Crime Crow Productions”, al menos en el momento de escribir esta reseña, y en el DVD no aparecen más que unas escuetísimas reseñas de los discos publicados por los de Jacksonville (Florida) y alguna foto que otra, por lo que la primera conclusión es evidente: la presentación es manifiestamente mejorable.
En cualquier caso lo importante es lo de dentro, y lo de dentro tiene tres partes. La primera es un concierto de la gira europea de Blackfoot en 1982, concretamente del 27 de marzo de 1982 en el “Volkshaus” de Zurich (Suiza), en la que aparecen con la formación clásica, es decir, Rick Medlocke (guitarra y voz), Charlie Hargrett (guitarra rítmica y voces), Jackson Spires (batería y voces) y Greg T. Walker (bajo). Presentaban en aquella gira el disco “Marauder” de 1981 y de aquellos conciertos se confeccionó el “Highway Song Live” que apareció en agosto de ese mismo año. Con apenas unos focos y el P.A., ofrecen una retahíla de clásicos tocados con una envidiable energía y una entrega que llega a emocionar. Las cañeras “Rattlesnake Rock’n’Roller” y “Gimme, Gimme, Gimme”, “Fly Away”, la intensa “Highway Song” o la impresionante versión del “Wishing Well” de Free que hicieron para el álbum “Strikes” son como un viaje interactivo en el tiempo 25 años atrás, así es que tómatelo con calma si te pilla en un momento de bajón.
La segunda parte es otro concierto, en este caso de la gira también europea de 1994, con una actuación en el Sweden Rock Festival celebrado en Karlshamn (Suecia) el 10 de junio de aquel año. La banda estaba compuesta por Rick Medlocke (guitarra y voz), Mark Woerpel (guitarra y voces), Stet Howland (batería y voces) y Tim Stunson (bajo). Estaban a punto de publicar en Europa su disco “After The Reign”, del cual tocaban “Sittin’ On Top Of The World” (nada que ver con el clásico escrito por Walter Jacobs y versionado por cientos de miles de artistas) y el propio “After The Reign”. Rick Medlocke está igual que siempre, impresionante, pero al resto del grupo se le nota en otra onda. Fue un intento de reconducir al grupo por derroteros que nada tenían que ver con su línea clásica, pero hay una diferencia palpable entre los dos conciertos que es la implicación del resto del grupo. Aún así sigue siendo una maravilla de actuación en la que de nuevo atacan clásicos con otras formas y otros sonidos y que deja un regusto agridulce por lo que tiene de relación con épocas pasadas.
En cierta forma, Rick Medlocke es a Blackfoot lo que Dave Meniketti a Y&T, y en ese sentido su voz y su forma de tocar la guitarra son el 50% al menos del sonido de sus respectivos grupos, con lo cual se garantiza la esencia de su música independientemente de los músicos que acompañen. Eso sí, el otro 50% es el que marca diferencias, y ahí radica lo que tenga de remozado tanto la imagen como el “nuevo” sonido, aparte de parecerse más o menos a lo que se tiene que parecer.
La tercera y última parte la forman dos cortes de una actuación en la televisión alemana, concretamente en el programa “Rockpop” en 1980, tocando “Street Fighter” y “Gimme, Gimme, Gimme”, ambos del LP “Tomcattin’” publicado ese año. Y también se incluye en esta tercera parte un reportaje de su actuación en el Monsters of Rock de 1981, con imágenes de su actuación y una entrevista al grupo, mejor dicho, a Medlocke con el grupo detrás.
Una magnífica forma de recordar los directos de esta gran banda y darte un baño en recuerdos, y si no los conoces también es una inmejorable manera de constatar cómo se puede hacer buen Rock’n’Roll con buenos músicos y cuatro focos.
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Alvar de Flack