Desconozco cuando dejamos que los gafapastas y los modernos nos arrebataran a The White Stripes o cuando nos los robaron las revistas de supuestas tendencias o medios mainstream disfrazados de culturetas de andar por casa, porque la banda de Detroit debería ahora mismo estar liderando la liga del Rock & Roll de verdad. Vale, yo también tuve mis prejuicios, algo normal cuando la imagen de la banda y algunas poses pseudo intelectualoides de Jack White son como son. Pero no os dejéis engañar, detrás de todo ese artificio sólo hay una buenísima banda de Rock cojonudo.
Mis prejuicios empezaron a disiparse con la banda sonora de la tibia “Cold Mountain” donde Jack White demostraba tener un gusto y una sensibilidad fuera de lo común para buscar y rebuscar en las raíces más profundas de la música americana, y terminaron cayéndose del todo cuando me eché a la oreja el año pasado el estupendo disco debut de The Racounters, su proyecto paralelo. Ahora, con “Icky Thump” atronando los altavoces de mi equipo, no tengo ni la más mínima duda de que me encuentro ante una de las mayores alegrías que ha recibido el mundo del Rock en años: el talento de Mr. White.
“Icky Thump” viene vestido con las mejores ropas del Zeppelin de plomo y aunque algunas les vienen grandes, otras les quedan que ni hechas a medidas por el mejor sastre. A esto súmenle ustedes guiños chicanos, estrambóticos solos de guitarras supliendo la falta de talento con mucha dosis de personalidad y espontaneidad, una base rítmica tan grande como las mamas de su protagonista y una sorprendente capacidad de hacer nuevo lo viejo y viejo lo nuevo en un disco donde el relleno termina siendo parte capital de la obra, donde el envoltorio es parte fundamental del regalo.
Apunten delicias como “You Don´t Know What Love Is” y juzguen ustedes por si mismos si esta copla no hubiera ido como un guante de seda en “Physical Graffiti” o “Prickly Thorn, But Sweetly Worn” en el “III”. Pero no todo se queda ahí, también hay espacio para la desconstrucción del Blues en esa orgía divina que es “Catch Hell Blues” sólo a la altura de los más grandes y de los que miran con respeto el legado que la música de los negros nos dejó. Miradas de reojo pero sin encarar a los Stones de los setenta en “Effect and Cause” que suena a gloria bendita y vaciladas de macarra con ínfulas en “Rag & Bone” que hubieran formado gente tan dispar a ellos como David Lee Roth o Steve Tyler y así hasta 13 temas con el hilo común de Rock & Roll hecho en siglo XXI. No te dejes engañar, The White Stripes rockean y mucho. Por lo pronto se han convertido en mi disco del verano.
Pedro Salinas “Pears”