Warren Haynes debe ser lo más parecido a Dios que existe sobre la faz de la tierra. Es omnipresente: Gov´t Mule, The Allman Brothers Band, Grateful Dead, su carrera en solitario y cualquier colaboración que se tercie. Omnipoderoso: ¿qué talento divino tiene para poder componer himnos con sabor a clásico en tan corto espacio de tiempo?. Y “omniloqueseproponga” porque a este señor no se le ven los límites. A parte de todo eso, Warren Haynes es capaz de seguir haciendo las cosas con el corazón, desde las entrañas y ser capaz de mirar de frente mientras las hace. Algo que hoy en día es un auténtico lujo.

Acaba de salir al mercado, en versión oficial (y no como uno más de los muchos “bootlegs” que circulan por ahí), un disco acústico en directo, grabado, como su propio nombre indica, en el festival de Bonnaroo (un festival especializado en Jam Bands), que sin duda hará las delicias de cualquier persona que tenga oídos y todavía le quede espacio en el alma para los buenos sentimientos. Aquí no hay fuegos de artificio ni ropajes extraños, nada de malabares, sólo un hombre y una guitarra frente al mundo, sacándose los sentimientos del pecho uno a uno. Haynes canta como si le fuera la vida en ello o, mejor dicho, como si fuera la última vez que canta estas canciones, como si cada audiencia fuera especial, como si cada concierto fuera el más importante de su carrera. Como muestra basta oírlo cantar la bellísima “Soulshine”, la estupenda versión del “One” de los irlandeses U2 (curiosa elección) o la melancólica “Stella Blue” de los Grateful Dead.

Sin embargo el disco está recibiendo críticas, digamos, “decepcionadas”. Debe ser que a este hombre, como a Dios, se le piden cosas que nadie más es capaz de hacer. ¿Qué más quiere la gente de Warren Haynes?. Quizás oírlo dejarse la piel cantando a Otis Redding (en “I´ve Got Dreams To Remenber”) no sea suficiente. A lo mejor, como me dijo una vez un sabio amigo, lo que habría que hacer es disfrutar más de la música y dejar de diseccionarla con un bisturí como si fuera una rata de laboratorio.

Polémicas aparte lo que sí te puedo dejar claro es que este “Live at Bonnaroo” es un disco excelente, con un Haynes en acústico pero en estado puro, a pelo, y un disco que se hizo disfrutando para que la gente lo disfrute.

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Pedro Salinas “Pears”