PULL “Crane” (2005)

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pull_craneNavegar en tierra de nadie siempre fue un handicap para una banda. Parece que nos gusta que nos den las cosas machacaditas, bien claras y fácilmente encasillables, y todo lo que sea moverse en terrenos ambiguos descoloca a más de uno. La hoja de promoción de Pull nos cuenta que es un grupo de pop-rock, pero dudo que complazca a cualquier amante de esos sonidos fáciles y asequibles de los cientos de grupos que salen detrás de cada esquina.

La historia del grupo es algo rocambolesca. Formados en Olympia (Washington, USA) en el año 2002 por un madrileño (Marcelo Segarra), un yankee (Joel Hart), un mallorquín (Yun Martínez) y un chileno (Cristian Velásquez), dos años más tarde se instalan en Madrid para empezar a patearse el circuito de clubs, si es que aquí tenemos de eso.

Pull nos ofrece ambientes tenues, tranquilos e inspirados para escuchar en momentos de relajación, toda una colección de medios tiempos en los que las voces de Marcelo Segarra y Joel Hart susurran tras los suaves arpegios de guitarra del propio Marcelo, con puntuales arranques vigorosos (“Light the way”). Joel Hart también se encarga del bajo y sintetizador, y la banda la completan Yun Martínez (teclados) y un brillantísimo Cristian Velásquez a la batería, el instrumentista que brilla de manera más sobresaliente de todo el grupo.

Directamente herederos de la etapa más oscura de grupos como Depeche Mode, son capaces de recuperar sensaciones que creíamos casi aparcadas, viajando hasta traernos los aromas psicodélicos de los primeros Black Sabbath (“Outside”) o The Doors (“I don’t mind”) o incluso U2.

El disco confiere un aire retro y relajante, sin estridencias, para escuchar relajados en el sofá mientras los suaves arpegios de guitarra y la susurrante voz nos envuelven en un clima sosegado y relajante, enmarcado por las iniciales “16th of May” y “To get what you want”, aunque yo me quedo sin dudarlo con “Roll on”, donde combinan una suave canción con arranques de ímpetu que nos sacan del posible letargo que puede incluir tanta suavidad que inunda el CD, con la excepción de la breve “Whitethrash blues”, que muestra tal contraste en todos sus aspectos (voz, guitarra, tempo…) que parece sacada de otro disco, rompiendo la homogeneidad de la grabación.

Resumiendo que es gerundio. Si quieres desengrasar de cabalgadas guitarreras, energía y pasión, esta es una buena opción como anti-stress. Que no todo son watios y Heavy Metal en la viña del Señor.

Santi Fernández «Shan Tee»