EDUARDO PINILLA BLUES BAND – Viernes 3 de marzo de 2023, sala Revi Live (Madrid)

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Casi sin darnos cuenta, la vida pasa tan deprisa que no somos conscientes del paso del tiempo. La vorágine del día a día nos atrapa y la vida recuperada tras el período de pandemia ha vuelto ya casi por completo a la normalidad, con los acontecimientos agolpándose uno tras otro.

Casi sin darnos cuenta, hace ya un año que Eduardo Pinilla lanzase al fin su primer disco en solitario, “Stress… historias de más de una vida” y 11 meses desde que lo presentara en una sala madrileña, cita de la cual dimos cumplida cuenta en su día en esta web.

Casi un año después, el gran guitarrista madrileño nos convocaba a un nuevo concierto en Madrid, esta vez en la sala Revi Live, uno de los mejores lugares de aforo medio para ofrecer un show atractivo. Además, para este concierto se habían anunciado varios invitados que enriquecerían aún más lo vivido en esa noche.

La peculiar situación legal de la sala Revi Live lleva a engaño, ya que el límite de entradas que se pueden vender es muy inferior al aforo real del recinto. Así, aunque se agotaron todas las localidades disponibles, la sensación en la sala era de apenas media entrada. Espero que este problema se solucione para el futuro, ya que la asistencia podría haber sido mucho mayor de haber podido disponer de más tickets a la venta.

La banda que acompaña a Eduardo Pinilla no ha variado, contando con Dany García (bajo), Jorge Henríquez (batería) y Fernando García (teclados), más la aportación vocal de Cristina Lubián, quien no solo se ocupa de los coros, sino que aporta frescura al show y tiene momentos de lucimiento cantando algunas partes como forma solista de forma magistral.

Como se podría esperar, el repertorio que nos tenían preparado se nutrió, en su gran mayoría, en temas recogidos en “Stress… historias de más de una vida”, completándose con varias versiones y algún tema inédito.

El concierto empezó con una intro de blues que desembocó en “Voy a por ti”, tema que también abre el disco y que en directo nos regala un solo de guitarra desbordante y la brillantez de los coros de Cristina Lubián, marcando las pautas de los elementos que iban a seguir destacando a lo largo de todo el concierto.

Después de “Stress” empezaría el desfile de invitados que iban a hacer de esa noche algo especial. El primero de ellos fue Pepe Moreno (Babel), quien puso su saxo y su talento en “Solo estamos tú y yo”, dándole el atractivo punto de elegancia que siempre aporta este instrumento.

El siguiente invitado era desconocido para mí y para muchos de los presentes. Víctor Perales, un joven cantante que nos dejó gratamente impresionados por su voz y presencia en escena, quien hizo un impresionante dúo vocal con Cristina Lubián en “Tu alma en mi piel” y nos dejó con las ganas de seguir la pista a su banda Linze. Dada la media de edad de los músicos (y del público), su juventud fue un chorro de aire fresco en el concierto.

Tras otro par de temas recogidos del disco (“Respira” y la instrumental “Yolinda”), Eduardo Pinilla presentó a un nuevo invitado en la persona de Carlos Pina, el mítico cantante de Panzer que dio una exhibición en “Harto de muros”, demostrando una vez más que su voz sigue cálida y al más alto nivel, en uno de los momentos más destacados de la noche.

Como es habitual en los conciertos de Eduardo Pinilla Blues Band, la mayoría de los temas son propios pero nunca faltan algunas versiones que complementan el repertorio. Una que nunca falla es “Cause We’ve Ended As Lovers”, dedicada con sentimiento a su autor, Jeff Beck, fallecido el pasado enero, y del que Pinilla siempre nombra como una de sus referencias más acusadas.

Tras la versión/homenaje a Jeff Beck, Eduardo Pinilla presentó al siguiente invitado: Johan Cheka, antiguo cantante de Cráneo y actualmente al frente de Rock con Ñ, quien protagonizó una de las anécdotas de la noche: Cheka apareció en escena con toda su chulería (chupa de cuero, gafas de rock… y un cigarrillo en la boca). Seguramente era lo adecuado para cantar un tema de Burning, pero la actual legislación lo impide, así que fue requerido por un pipa para que no fumara en el escenario. Sin salir de su papel, Cheka lanzó su cigarrillo a un lateral del escenario. No sé dónde caería, pero la carrera desesperada del pipa para apagarlo fue antológica. Anécdota aparte, Johan Cheka afrontó con esa necesaria chulería “Qué hace una chica como tú en un sitio como este”, uno de los viejos temas de Burning, rindiendo homenaje a los 30 años que Eduardo Pinilla formó parte del grupo madrileño. El final del tema se fundió con un pequeño retazo de “Walk On The Wild Side” (Lou Reed), que se fue acelerando y ganando intensidad hasta terminar de forma antológica.

 

El concierto continuó con la bonita “Así vivo yo” a la que siguió “Llévame al mar”, un tema que se quedó fuera del disco y que formará parte de un segundo trabajo que, por lo que dijo Eduardo, ya va por buen camino. Este tema, aún inédito, es un R&B en el que Eduardo Pinilla canta a dúo con Cristina Lubián, además de contener un buen solo de teclados a manos de Fernando García y que nos abrió el apetito a la espera de ese anunciado segundo disco.

El siguiente invitado sería Alberto Marín, gran guitarrista en cuyo currículum figuran bandas como Hamlet, Skunk D.F., Def Con Dos, Avulsed o Ankhara, por poner algunos ejemplos. Eduardo Pinilla le presentó para hacer una versión de Free, y tras vacilar con el inicio de “All Right Now”, arrancó con otro de sus temas míticos, “Wishing Well”. Lamentablemente no disfrutamos mucho de este gran clásico, tanto por la voz de Pinilla, que no pudo calzarse con acierto los zapatos de Paul Rodgers, como por la intervención de Alberto Marín, ya que por algún problema técnico su guitarra apenas se pudo escuchar, a pesar de las ganas que todos le veíamos poner.

Otro tema propio, “Historia irreverente” dio paso a la recta final del concierto, plagada de versiones, empezando una lograda versión de “Cliffs Of Dover”, de Eric Johnson, otro de sus declarados referentes y que continuó por una impresionante “Stop”, tomada prestada del repertorio de Joe Bonamassa y que sonó de forma magistral con la guitarra de Pinilla y la voz de Cristina Lubián, quien estuvo descomunal en este tema dejándonos uno de los momentos más inolvidables de la noche.

Tras traer al escenario estos clásicos de Eric Johnson y Joe Bonamassa, no podía faltar algo de Jimi Hendrix quien, en palabras del propio Pinilla “cambió la forma de concebir la guitarra” y del cual nos ofreció una emocionante versión de “Little Wing”.

Como homenaje a su paso por algunos de los grupos pioneros del Rock español, el concierto iba a terminar con un trío de versiones de su paso por tres bandas míticas. La primera de ellas, Ñu, eligiendo “Más duro que nunca” que sonó sólo regular. Según explicó el propio Pinilla, estaba prevista la presencia de José Carlos Molina, quien finalmente no pudo asistir. Acompañados nuevamente con el saxo de Pepe Moreno, la primera parte del tema la cantó con dificultad el propio Pinilla, hasta que Cristina Lubián apareció “en su rescate”, retomando la voz principal desde la segunda estrofa con mucho mejor resultado. Además, el tema fue alargado para ir presentando a cada uno de los músicos y que tuvieran su momento de protagonismo.

El segundo tema de esta terna final fue “Las chicas son guerreras”, para lo cual salieron al escenario el líder histórico de Coz, Juan Márquez, en esta ocasión empuñando una guitarra en vez de un bajo, y el grandísimo guitarrista Dani Moreno, antiguo alumno aventajado de Pinilla y que toca la guitarra de forma magistral en Coz desde hace años.

Y para finalizar, no podía faltar algo de Burning, cerrando el concierto con la festiva “Mueve tus caderas”, con nuevos arreglos bluseros al inicio y que después explota como es habitual, con todo el público bailando al son de lo que nos llegaba desde el escenario.

Tras el paripé habitual que supone la primera despedida, el grupo volvió al escenario para poner el broche de oro a la noche con la siempre emocionante “Una noche sin ti” (Burning), para la cual todos los invitados que habían participado en el concierto fueron subiendo al escenario para despedir el show a lo grande.

Y colorín colorado, después de despedirme de algunos componentes de la banda y muchos amigos que, como yo, eligieron esta opción para pasarlo bien en la noche madrileña, me fui a casa con la sensación de haber vivido algo especial. Puede que no todo hubiera sido perfecto, pero la magia, la amistad compartida y el hecho de poder vivir un puñado de buenas canciones en manos de unos músicos con duende, me hicieron recordar por qué me gusta el Rock and Roll

Texto y fotos: Santi Fernández “Shan Tee”