Reseña originalmente publicada en catalán en El Rock-Òdrom
Es algo inusual que una banda publique su nuevo disco cuando ya está disuelta.
Prácticamente un día antes de la publicación del nuevo disco de Adventus, llamado “Saudade”, cuatro de sus cinco integrantes anunciaban mediante un comunicado la disolución del grupo, por desavenencias irreconciliables con el único integrante que no firmaba el comunicado. Informaban de que la decisión de no seguir con el proyecto estaba tomada desde octubre, cuando dichos integrantes comunicaron a su propia compañía que no seguirían con las fechas de conciertos, firmas de discos y eventos programados derivados de la salida del disco. Y según alegan, no se dio ningún paso en ese sentido.
Lo cierto es que no hubo promoción en redes sociales por parte de la banda, ni de los propios músicos, ni de su agencia, respecto a la inminente salida del disco “Saudade”. Tal es así que aún se seguían vendiendo entradas para las fechas programadas de conciertos, aunque alguna promotora sí informó a los compradores de las entradas de la cancelación del concierto, cuando la propia banda aún seguía sin anunciar nada, devolviendo el importe de las mismas.
Al día siguiente ya podíamos disfrutar del segundo disco de estudio de “Adventus”, llamado “Saudade”, que aún está por ver si este será el último o es un punto y aparte.
Esta aventura empezó con la unión de amigos, de los cuales queda únicamente Manuel Ramil, terminando de forma trágica y dramática, siendo algo muy emotivo por la buena aceptación que había tenido esta banda, editando este trabajo a modo de epitafio.
Las noticias no acaban aquí, ya que un día después de la salida del disco, Manuel Ramil, teclista de la banda, publicó un comunicado informando de varias cosas, en el que dejaba la puerta abierta a seguir con la banda. No sabemos si como decisión definitiva o no, también anunciaba su salida de mago de Oz después de esta gira americana, para estar más presente en temas de producción y dedicarse de lleno a las bandas en las que actualmente está en activo.
Pero estamos aquí para hablar del disco.
Este disco, a modo casi profético, nos adentra en temas que se sumergen en las emociones, expresando vivencias y sentimientos melancólicos por lo que, de forma general, el álbum se maneja en melodías a medio tiempo y piezas lentas, siendo pocos los temas que llegan a puntos enérgicos o de poder. Un trabajo que sin duda será muy bien acogido por seguidores sensibles y que encuentren un puente de comprensión emocional con las letras por experiencias propias del oyente.
Desgranamos el disco con la apertura, una intro quizás algo simple para lo que pudimos encontrarnos en su primer trabajo, “Morir y renacer”. Esta vez abre el disco una melodía con piano, sin más.
En el primer tema, llamado “Lo siento”, casi a modo de predicción, nos encontramos con un tema potente, con riffs agresivos. Un estribillo con una melodía pegadiza que hará las delicias de sus seguidores.
Seguimos con una de las canciones que nos mostraron hace ya algunos meses, la única de este álbum que se interpretó en directo en el festival Leyendas del Rock, “Llorar no sirve de nada”.
Seguidamente, “Mi respuesta” es una de las canciones a medio tiempo del álbum, recuerda mucho a los temas que sacó la banda Sauze hace ya unos años.
“Fundirme con el viento” es la siguiente, con tintes más hard rockeros. Las estrofas, con los riffs de guitarra, seguidos del bajo y voz, simplemente sublimes.
La siguiente ya pudimos disfrutarla a modo de videoclip, sería el segundo single, un tema que pudimos conocer hace ya un mes, “Renunciar al Sol”. “Casi sin querer”, la balada del disco, comienza con la voz y teclado al unísono, un tema que va in crescendo, con uno de los mejores solos de todo el disco. Otro tema que recuerda a los Sauze.
Seguidamente tenemos otro de los temas a medio tiempo, “Vulnerable”, que comienza con una melodía de teclado que acompaña en todo momento al tema. “Dime” sube un poco las revoluciones, me encanta la guitarra de Mon en esta, una pieza interesante. Quizás esta canción conjuga mejor la temática y la manera de interpretarse.
Cerramos el disco con “Aprendiendo a caminar”, un tema que empieza con teclado y voz, para acabar con varios cambios drásticos, que hacen de las delicadas de los más metaleros, pues estamos ante el corte más heavy de todos, todo un derroche de poderío, en todos los sentidos, con la temática que caracteriza a la banda, que son las historias de superación personal.
En definitiva, este nuevo disco de Adventus, “Saudade”, tiene muy buen sonido y melodías en su mayoría inclinándose al Heavy Metal, teniendo pocos momentos intensos y, para un servidor, que tenía muchas ganas de tenerlo en sus manos, tengo preferencias por los temas más intensos del disco, rescatando “Lo siento”, “Llorar no sirve de nada” “Renunciar al sol”, “Dime” y el tema Heavy / Power “Aprendiendo a caminar”.
La banda Adventus se formó en el año 2020 durante la pandemia; la alineación hasta ahora que ha grabado ambos discos ha sido: Manuel Ramil (Mago de Oz, Delalma, ex-WarCry, etc.) en los teclados, Luis Melero en el bajo (Lazarus), Alberto Ardines (ex-Avalanch, ex-WarCry, ex-Sauze) en la batería, Fernando Mon (ex-WarCry, ex-Sauze) en la guitarra y Víctor García (WarCry), en la voz.
Quién sabe si volveremos a verlos encima del escenario o si esto deriva en otros proyectos, lo que sí está claro es que esta formación prometía mucho, ya no solo por la calidad y trayectoria de los músicos, sino por toda la expectación y los dos discazos que se han sacado de la manga, otra forma de entender la música fuera de las fronteras que ya todos conocemos. Una sensación agridulce.
En definitiva, les deseamos a los músicos y a todo el entorno de la banda que les vaya bien sea cual fuere la decisión, y deseamos pronto poder disfrutar de su música.
Hugo Martínez