Mi relación musical y personal con los chicos de Haches viene de lejos. Hace algo más de 20 años, The Sentinel daba sus primeros pasos y entre los grupos que se asomaban habitualmente a nuestra web se encontraba una banda madrileña de metal progresivo llamada Metrópolis VI. De hecho, aun conservamos publicadas aquellas reseñas de sus dos discos más las crónicas de varios de sus conciertos. El tiempo pasó y Metrópolis VI se diluyó hasta desaparecer, como tantas otras bandas que lo intentaron y terminaron tirando la toalla.
Hace un par de años, su cantante (Marcial Ortiz) y yo recuperamos el contacto vía Facebook y me contó que tenía banda nueva. Junto con su hermano Rubén habían comenzado un nuevo proyecto al que habían llamado Haches, en el que dejaban a un lado el progresivo para centrarse en un rock urbano elegante. Como compañeros de viaje habían recurrido a sus viejos amigos de Metrópolis VI, salvedad hecha del batería, ya que desgraciadamente el original (David Saura) falleció en 2014 de un aneurisma, poco después de grabar el disco de 7 Almas.
Las cosas vinieron rodadas. El disco de Haches (“Canciones para ti”) vio la luz y tuvo su hueco en The Sentinel. Después, una representación de la banda estuvo en nuestro programa de radio y además tuve la oportunidad de ver su puesta de largo en la sala Revi Live, en un pequeño concierto del que salí muy satisfecho. Allí me comprometí a asistir a la presentación oficial de “Canciones para ti”. Y lo prometido es deuda.
Aunque la situación sanitaria no termina de estabilizarse, el descenso de contagios y hospitalizaciones ya permite la realización de eventos en recintos cerrados, guardando las medidas sanitarias exigidas por las autoridades. Eso incluye teatro, cine y, por supuesto, conciertos. Así que, aunque estoy lejos de la actividad que tenía antes de la pandemia, poco a poco voy asistiendo a conciertos elegidos por satisfacción personal.
Cuando llegué a la sala, una larga cola en la puerta me indicaba que, al menos a nivel de convocatoria, el concierto iba a ser un éxito. Y me alegré por ello. Los grupos han sufrido mucho en estos casi dos años de pandemia y ya es hora de que empiece su recuperación. Una vez dentro de la sala, me aposté en las primeras filas para sacar las fotos que ilustran esta crónica y me puse a esperar.
Con algo de demora sobre el horario previsto, Vicente “Mariskal” Romero subió al escenario para presentar el evento. En sus palabras incluyó un recuerdo para el día contra el maltrato hacia la mujer, que se celebró el día anterior. También recordó a todos los presentes la necesidad de tener puesta la mascarilla en todo momento, como medida de seguridad. Lástima que, durante el concierto, el propio Mariskal Romero fuera uno de tantos que se saltó a la torera dicha recomendación. Pero de eso hablaremos al final.
La noche se abrió con SinAsunto, un grupo que yo desconocía totalmente. Resultó ser un grupo de versiones que, además de calentar el ambiente, atrajo a la sala un buen número de personas, hasta el punto de tener un público más numeroso que Haches, los cabezas de cartel. Con un repertorio lleno de temas conocidos de artistas muy diversos, el talento de la banda se resume en el buen hacer de Claudia, su cantante. Elegante y con buena voz, se adaptaba bien a los temas de distinta procedencia que incluyeron en su repertorio. El resto de la banda (Diego y Carlos a las guitarras, Manolo a la batería y Quique al bajo) se compone de músicos veteranos a los que, a pesar de sus grandes limitaciones técnicas, se le veía disfrutar en el escenario y que hicieron disfrutar a lo grande a todo el público que, sin duda, había ido a verles a ellos.
Comenzaron con “Fortunate Son” (Creedence Clearwater Revival) y “Crazy Little Thing Called Love” (Queen), dejando claro que su repertorio estaría basado en gran medida en grandes temas conocidos por todos. Su cantante Claudia interpretó de forma muy sensual “House Of Rising Sun” (The Animals), destacándose claramente como el elemento más interesante de la banda, algo que se acentuó aún más con “Damn Your Eyes” (Etta James), en la que se la veía como pez en el agua, con un toque soul/blues muy atractivo.
El público estaba entregado con ellos, cosa poco habitual con un grupo telonero. La razón es que muchos habían ido a verles exclusivamente a ellos, como demostró el hecho de que muchos de los asistentes abandonaran la sala sin quedarse a ver al grupo principal. Algo incomprensible que no es la primera vez que veo. El caso es que estaban disfrutando de lo lindo con temas como “Maggie May” (Rod Stewart) y “Power Of Love” (Huey Lewis & The News), que abrió un bloque de temas muy bailables como “Superstition” (Stevie Wonder) y “Long Train Running” (The Doobie Brothers) que a la gente (poco rockera en su mayoría) volvía loca.
En este punto del concierto, el repertorio dio un giro rockero, comenzando con la histórica “Back In The U.S.S.R.” (The Beatles) y una excelente “Love Runs Out” (OneRepublic) en la que Claudia se salió, literalmente, con el público totalmente entregado.
Aprovechando el desenfreno rockero, la banda se atrevió con “You Shook Me All Night Long” (AC/DC), que resultó ser un desastre, con los músicos cada uno por su lado hasta llegar al primer estribillo. En este tema, una nueva voz se unió para hacer los coros. Este nuevo cantante, de nombre José Luis, se encargó a partir de ese momento de las voces principales en el resto del concierto, lo que produjo que Claudia perdiera protagonismo. Lástima, lo mejor del grupo, en un segundo plano. Y se notó.
José Luis le puso muchas ganas, pero poco más. Con él en el micro principal, la banda retomó el concierto con una divertida “Should I Stay or Should I Go” (The Clash) y una mediocre versión de “Rock & Roll” (Led Zeppelin), en la que a los músicos se les vieron todas las costuras.
Con Claudia a un lado, José Luis se había hecho con el mando del concierto. Con simpatía, eso sí, comentó que era hora de darle cancha a canciones en castellano, para lo cual se embarcaron en una trepidante versión de “Hablar, Hablar, Hablar…” (Los Zigarros) a la que siguió el inefable “Maneras de vivir” (Leño), incluida en el repertorio de casi todos los grupos de versiones de este país.
Tras un amago de irse para volver a hacer bises, cancelado por la falta de tiempo, el grupo se despidió con una entrañable versión de “Honky Tonk Women” (The Rolling Stones) y, por fin con Claudia de nuevo como voz solista, el final del concierto con “You Give Love A Bad Name” (Bon Jovi).
En resumen, SinAsunto tuvo más tiempo del habitual en un grupo telonero, con un repertorio extenso lleno de temas conocidos de varios estilos con el que agradó a la numerosa audiencia que había ido a verles sólo a ellos. En el grupo sólo destaca Claudia, su cantante, mientras que el resto salen a divertir y divertirse, que no es poco, a pesar de su poca habilidad y evidente falta de trabajo tanto personal como grupal.
Tras unos minutos de espera, de nuevo el Mariskal Romero subió al escenario para presentar a Haches, estrellas de la noche, pero que disfrutaron de un público algo menos numeroso por los motivos ya expuestos.
Con la banda sonora de la película “Regreso al Futuro” como intro, los componentes de Haches fueron tomando posiciones en el escenario. A la derecha, los guitarristas Manuel de la Fuente y Daniel Pereira. A la izquierda el bajista Daniel Fernández, dejando el centro para los hermanos Ortiz, Marcial como vocalista y Rubén como guitarrista principal. Y tras todos ellos, el batería Jorge Utrera.
El concierto comenzó con “Eres” y “El café”, con el grupo en tromba, con una energía contagiosa que hacía moverse a todo el público, no sólo el de las primeras filas. La banda sonaba compacta, con una base de rítmica precisa y una excelente coordinación de los tres guitarristas, aunque la gran mayoría de los solos estuvieron protagonizados por Rubén Ortiz, con cierto abuso del wah-wah, algo que se prolongó en todo el concierto
Tras unas bonitas palabras por parte de Marcial comentando el significado de la letra, el concierto continuó con “Mi camino”. Su voz estuvo impecable en todo el concierto, sin el menor atisbo de fatiga, a pesar del largo y exigente repertorio. Con su simpatía habitual, fue él quien se dirigía al público casi en exclusiva, apoyado en algunos momentos por Dani Pereira, excelente guitarrista quien dispuso de algunos momentos de lucimiento.
El siguiente tema en sonar fue “Contigo”, con mucha más caña que en su versión en estudio. El público, conocedor en su mayoría del repertorio, cantaba y bailaba los temas con una entrega que, sinceramente, hace años que no veía en un concierto. No sé si era mérito del grupo, de las ganas de la gente de divertirse después de tantos meses sin conciertos, del público concreto de Haches… o de todo a la vez. El caso es que salí gratamente impresionado de esta entrega del público en todo el concierto.
Sin solución de continuidad, siguieron con “Si tú no estás”. El retraso en empezar la noche y la exigencia de finalizar a una hora concreta para que la sala abriera después en sesión discoteca hicieron que apenas tuviéramos respiro entre tema y tema, lo que produjo que el ánimo no decayera en ningún momento.
Además de los temas incluidos en su hasta ahora único disco, “Canciones para ti”, Haches ha compartido un par de temas más en redes sociales. Uno de ellos, “Las mentiras”, sonó como denuncia a aquellas personas que, como dijo Marcial, nos han defraudado en algún momento de nuestra vida.
Este momento, mediado el concierto, fue el elegido por la banda para llevar al escenario el tema que, personalmente, más me gusta del disco. Y es que “Volveremos”, compuesto en plena pandemia, es todo un canto al optimismo. Una letra que me llega especialmente en un tema optimista y fresco que me emociona cada vez que lo escucho. Chapeau!
“Al lado de tu voz” dio paso a la primera de las versiones que Haches incluyó en su set, como homenaje a uno de nuestros referentes más claros: Barón Rojo. Así, “Los rockeros van al Infierno” sonó fresca y divertida como en sus mejores años, con el riff principal y el solo tocados por Dani Pereira haciendo slide con un botellín de cerveza ¿hay algo más rockero? El tema fue cantado y celebrado por todo el público, incluidos aquellos que aún no habían nacido el año en el que fue compuesto. Todo un acierto.
De vuelta a los temas propios, “Tu lugar” fue dedicada a Alex, un niño de 5 años afectado de parálisis cerebral infantil, al que Haches destina la mitad de la venta de todo su merchandising, como comentó Marcial desde el escenario. Aprovecho la ocasión para decir que en Facebook e Instagram está toda la información del caso.
Haches siempre ha llevado a gala su sentimiento de barrio. Concretamente del barrio de Hortaleza. Y de su larga amistad con Porretas, el grupo más representativo de aquel barrio. Por ello, era inevitable incluir uno de sus temas en el concierto, así que la segunda versión de la noche fue un divertidísimo “Si nos dejáis”, con todo el público bailando y saltando.
El siguiente tema estaba cantado, nunca mejor dicho. No podía ser otro que la adaptación del “Y aún arde Madrid” de Porretas, adaptado y rebautizado como “Y aún arde Hortaleza” e incluido en el disco de Haches. La adaptación mantiene esa magia del tema original (dedicado a Pepe Risi, de Burning), en memoria ahora de Robe, de Porretas, fallecido en 2011 de cáncer de colon.
Las constantes miradas de Marcial al reloj daban a entender que se acababa el tiempo y no querían dejarse nada fuera del repertorio. Por eso, evitaron con buen criterio el paripé de irse del escenario para ser reclamados para los bises, así que directamente arrancaron con una muy aclamada versión de “Hay poco Rock’n’Roll” (Platero y Tú), festiva y cantada por todo el público.
Para cerrar el concierto, y ya habiendo llevado al escenario todas las canciones del disco, faltaba el segundo tema de Haches, inédito y compartido por redes sociales: “Dibujando corazones”, tras el que Marcial reclamó la presencia en el escenario de los componentes de SinAsunto, para un finalizar la noche con ambos grupos en el escenario tocando “Vamos muy bien” (Obús), en un fin de fiesta adecuado para la noche inolvidable que acabábamos de vivir.
Iba con muchas ganas de ver a Haches y salí plenamente satisfecho. Unos músicos muy competentes con muchas ganas, un repertorio de canciones frescas y con calidad y una entrega por parte del público que hacía años que no presenciaba.
En el otro lado de la balanza, no puedo cerrar esta crónica sin denunciar el comportamiento de buena parte del público que, desde antes de mediado el concierto, se quitaron las mascarillas como si el virus ya no existiera. Nos ha costado mucho llegar hasta aquí y conseguir retomar los conciertos como para saltarnos a la torera una norma algo incómoda pero muy sencilla de seguir. Se nos llena la boca de decir que los conciertos son seguros y el comportamiento de buena parte del público está demostrando lo contrario.
Si no lo digo, reviento.
Texto y fotos: Santi Fernández “Shan Tee”