OXIDE “Endless Road” (2020)

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Reseña originalmente escrita en catalán en El Rock-Òdrom

Hace 11 años aterrizaba en el aeropuerto de Oviedo para iniciar un viaje que llevaba entre ceja y ceja desde que llegué a España. Asturias se presentaba ante mí en aquella ciudad. Cogimos un 4×4 a recomendación de un guaje que estaba detrás del mostrador y nos dispusimos a viajar a nuestro primer destino, un pequeño pueblecito que se llama Arenas de Cabrales, donde teníamos nuestra base de operaciones para ir visitando diariamente todo el que estuviera en nuestro mapa. Además de tener queso pestilente pero delicioso, disponíamos de un pequeño apartamento muy acogedor y con calefacción. ¡Qué viaje!… Lo que nunca me imaginé en aquellos días es que tantos años después aquella región de donde sale el agua por las paredes me volvería a encender la mirada.

Oxide, un grupo de Oviedo, se ha metido en mi cabeza este último mes hasta el punto de tener recuerdos falsos. Llevábamos un CD con musiquilla para el camino al cual le dimos muchas vueltas y, como es obvio, Oxide no existía, porque “Endless Road” es su primer disco, pero resulta que ahora, mientras pienso en este viaje, una de las canciones que se me vienen a la mente es “Madeleine”. Es como si siempre que entrara al café Santelmo estuviera sonando una canción de este grupo. Claro, esto de día, ya al caer la noche y un par de cervezas, el soundtrack cambia a “Wrong Side Of The Tracks” …uf! que sí, qué rola para poner de ambiente. Suena a algo conocido pero fresco, renovado, y esto es difícil de conseguir y además arriesgado de hacer.

Seamos sinceros, no reinventan la fórmula ni nada por el estilo, pero saben darle su toque personal. Hacen con maestría su música y demuestran que ser un clásico no es solo una cuestión de tiempo sino también de estilo. Si me pusiera a decir todos los grupos que se me vienen a la mente cuando los escucho se me llena la página, pero resulta que en 12 canciones (se me han hecho cortas) que tiene este disco están todos, resumidos, comprimidos y sin duda muy representados.

Ya me los imagino tocando un directo en un lugar acogedor con unas pocas mesas (cosas del distanciamiento) con una vela encendida en medio y varios cadáveres de botellas vacías que una chica con un cinturón de balas no deja de llevar. Me suena a una velada extraordinaria, sacando los mecheros (los móviles son para poperos y ya sabemos que los poperos no son del agrado de Satanás) mientras suena “Alice Wonderland” y codeo a César, mi viejo amigo de conciertos, en el solo de guitarra.

Iván Fernández es el culpable de que David Álvarez, vocalista; Fran Martínez, bajo; y Mariano González, batería (que procedían ya otros grupos) estén ahora juntos. ¡Buen trabajo!

Hay música que pasa por nuestros oídos desapercibida como en segundo plano y creo que muchos de los grupos que llevaba en mi viaje eran de éstos puesto que han sido reemplazados con facilidad por Oxide. En mi próximo viaje, sea donde sea, estarán en mi lista de reproducción para darme verdaderos recuerdos con sus canciones y así, cada vez que escuche “Never Alone”, me entre la nostalgia. Por ahora me voy a Asturias a andar por sus montañas, sus campos con cabras y a beber una cerveza al café Santelmo por la noche sentado en un “Oscuro Rincón”.

Daniel Huezo