OESTE “La ausencia del miedo” (2020)

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Reseña originalmente escrita en catalán en El Rock-Òdrom

La música tiene esa capacidad maravillosa de acompañarte en diferentes momentos de nuestra vida, a veces en el camino al trabajo, en casa con los amigos, en el autobús en un trayecto aburridísimo y así podríamos seguir con la larga lista de situaciones en las que la música se vuelve imprescindible. Uno de esos momentos en los cuales es vital en el mundo moderno es en los videojuegos, ya tenemos las muy curradas bandas sonoras dándole fuerte a los violines y a las voces épicas, pero siempre llega el momento en el que ya lo escuchas tantas veces que vas a las opciones y decides ponerla en silencio. Es entonces cuando le damos otro matiz a lo que hacemos, ponemos esa banda cañera que nos acelera el pulso o una más de fondo solo para no sentirnos solos.

Ahí es cuando Oeste entra en mi vida cotidiana. Una fresca noche de otoño, mientras recorríamos unos campos haciendo no sé qué, le di al play a su disco “La ausencia del miedo”. Lo primero que me llamó la atención fue ese estilo, rock duro de la vieja escuela, unas guitarras muy bien afinadas y una voz que merece la pena decir que hacía mucho que no escuchaba algo de ese estilo. Los clicks de mi ratón continuaban sin parar para hacer caminar a mi elfa de… ojos verdes como el mar, azules en la tempestad… de inmediato “La Novia del Kaos” se metió en mis venas. Fue imposible no identificarme con la letra de esta tremenda canción que paso a mi lista personal de canciones de este caótico 2020.

Mi viaje continuó dando tropezones, pero no por la música, que más que estar de fondo empezó a tener más protagonismo. Con cada canción me fueron sorprendiendo, quizás me apresuré a decir que eran rock duro, ya que en sus canciones hay mucho de otras bandas, de otros cantantes, de otros sonidos que nada tienen que envidiar. Más bien lo vuelven propio, lo reviven, lo pulen en algunos casos y, por qué no decirlo, combinan con maestría, tal es el caso de “Destino Final”. Pedazo de rolla donde sacan la pulidora como si fuera una motosierra en una película de terror.

De casi cada canción podría sacar argumentos válidos para poner una y otra vez este disco. Desde Palma nos han traído una joya que todavía, y quizás en un futuro no muy lejano, puedan seguir puliendo con ese trabajo duro que a simple vista han puesto en este disco. No sé bien si decir que ha sido una apuesta arriesgada o un movimiento de ficha seguro, así de versátiles son sus temas, sus letras, sus sonidos, su batería que tiene una presencia espectacular y que para ser sincero me encanto en “La ausencia del miedo”, otra canción que marcó mi viaje guiado por el ratón.

Un par de horas después, ya con los ojos cansados y llorosos del brillo del monitor, llego a mi última parada. Ha sido un viaje largo, lleno de aventuras, muertes, viajes de un lado para otro a lomos de mi fiel dragón, nos hemos reído mucho esta noche con Ada y David, ¡anda que sí! Ya en el umbral de nuestro destino llegó como en todo buen videojuego ese momento épico, la cinemática esperada por todos. Pongo en pausa la música para poner atención, al terminar me despido con una sonrisa en los labios y en mi cabeza una y otra vez las canciones de Oeste que mañana me volverán a acompañar en una nueva aventura junto a mi elfa de ojos verdes como el mar, azules en la tempestad…

Daniel Huezo