Editorial Octubre 2020 “El mundo de la cultura da ejemplo”

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Soy consciente de que llevo desde marzo hablando del Coronavirus en esta cita mensual que es el editorial de The Sentinel. Es un tema tan grave, tan peligroso y tan dramático que es imposible mirar hacia otro lado.

Ha pasado otro mes y la situación, lejos de mejorar, ha empeorado. No es ninguna sorpresa, el virus no “se ha suavizado” como creían algunos, la desescalada se hizo demasiado deprisa, anteponiendo los criterios económicos a los sanitarios, las medidas tomadas por nuestros gobernantes no están siendo acertadas y un porcentaje de la población demasiado significativo sigue pensando que esto no va con ellos y se pasan las precauciones por el forro. Hay un dicho popular: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”. Y en esas estamos.

Mientras tanto, diversos colectivos han intentado hacerse ver para denunciar su dramática situación. Sectores completos están abocados a la quiebra si la situación sigue por este camino, solicitando al Gobierno medidas que sean una tabla de auxilio para sobrevivir a este año tan catastrófico, cuando las previsiones que nos llegan para el próximo tampoco son nada halagüeñas.

El derecho a la protesta y a la manifestación nunca se puede impedir. Lo recoge nuestra Constitución y es uno de los pilares de la Democracia. Sin embargo, en plena lucha con esta pandemia de tan fácil propagación y de tan cruel impacto sobre la salud, estas protestas no deben estar reñidas con el respeto a las medidas de seguridad que son, a día de hoy, la única forma que tenemos de luchar contra la enfermedad. No hay vacuna, no hay cura efectiva, sólo podemos intentar evitar el contagio.

Por eso estoy orgulloso cuando veo que el mundo de la Cultura ha sido el único que ha sabido hacerlo bien, dando una lección a otros colectivos, quizás igual de afectados por la situación pero que no han sabido mantener ese equilibrio, imprescindible para que una manifestación no sea un foco de contagios que empeore las cosas.

El pasado 17 de septiembre, el mundo del Espectáculo convocó una movilización masiva en las principales ciudades de España. Bajo el nombre de Alerta Roja, 26 ciudades se manifestaron para hacer ver la situación tan precaria en la que se encuentra el sector, al borde de la desaparición por el brutal golpe recibido en este año. No es de extrañar que un sector especializado en organizar eventos fuera, en la práctica, quien mejor organizó esta jornada de protesta. Con una unidad inédita entre los subgrupos que hay dentro del amplio mundo del espectáculo, se cumplió el objetivo de hacerse ver en todos los medios de comunicación, desde pequeños a masivos, tanto clásicos (radio, televisión y prensa generalista) como modernos (redes sociales y medios digitales) para llegar a todo el mundo, incluida a la clase dirigente. Y todo se hizo respetando escrupulosamente las medidas de seguridad, todo bien organizado con preinscripciones, sitios previamente asignados, distancia social, mascarillas y respeto a todas las normas preventivas establecidas.

Hemos dado una lección. Este “gremio de titiriteros” ha mostrado el camino de cómo se hacen las cosas. Ahora sólo hace falta que esta demostración de madurez colectiva no caiga en saco roto, de que el ministerio de Cultura se ocupe de no quedarse sin su mayor activo: los artistas y todo el entramado técnico que cada día hace posible que los espectáculos lleguen al público. Por la supervivencia económica del colectivo y por el bien de toda la sociedad.

Santi Fernández “Shan Tee”