VII PIORNO ROCK – Sábado 24 de febrero de 2001, Pabellón Cubierto Pinos Puente (Granada)

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Eran las 17 horas aproximadamente cuando llegamos a los aledaños del recinto, tras la correspondiente mini paliza viajera y las equivocaciones rutinarias (carreteras que no son, etc.), aunque podría haber sido mucho peor. Una vez dentro y tras el cacheo de rigor (más de uno tuvo que volver al coche a depositar la «balística» y demás utensilios de batalla) nos dan la noticia: no veremos a Saxon esta noche (al parecer por un «desgraciado accidente de tráfico», qué casualidad). Vale, una buena hostia en toda la cara. Toda la ilusión de ver por fin a la legendaria banda en directo tirada por el retrete. En su lugar actuarán Barón Rojo. La verdad es que es un golpe del que cuesta levantarse, y ello no deja de ser curioso: el que suscribe puede alardear de ser un fan a muerte del mítico Barón, y no tanto de los ingleses (aunque por supuesto me merecen todo el respeto como banda pionera en su género y fundadores de la llamada NWOBHM junto a Iron Maiden y compañía, con discos esenciales para entender la historia del Heavy Metal europeo como son «Wheels Of Steel», «Denim And Leather» o los más recientes «Unleash The Beast» y «Metalhead», auténticos cañonazos de puro metal). Lo que sucede es que a nuestros queridos Barón ya los hemos visto en más de una ocasión, y cambiar el chip de forma tan radical te hace sufrir un shock un tanto brusco. No obstante nos repusimos e intentamos olvidar el desgraciado imprevisto.

Lamentablemente no pudimos presenciar la descarga de las dos bandas locales (Draconian y Contrha), debido tanto a nuestro retraso como al shock de la noticia de Saxon, lo cual nos dejó durante un rato «noqueados». La primera actuación que pudimos presenciar fue la de los ultraheavymetaleros SACRED STEEL, una joven formación con tres discos a sus espaldas con una propuesta netamente Heavy, es decir, balas, pinchos y espadas a más no poder. En cuanto al sonido que tuvieron no puede decirse que fuera ni de lejos el mejor de la noche, aunque pudimos «intuir» temas como «Wargods Of Metal», todos ellos provistos de sangrantes riffs y un casi omnipresente doble bombo, que hicieron las delicias de los más «guerreros». Destacar sobre todo a su frontman, una especie de clon metrallero de Halford, el cual hizo gala del mejor acero toledano encima del escenario.

Tras Sacred Steel y casi sin dilación salieron a la palestra los finlandeses de moda Children of Bodom, presentando su último trabajo «Follow The Reaper», que nos muestra a una banda más sólida y madura, aunque sin apartarse de las líneas establecidas en su primerizo «Something Wild». La banda se mostró en todo momento muy compenetrada, hecho corroborable en la armonía entre teclados / guitarras, con una puesta en escena muy agresiva (nos ha jodido, ya quisieran pillar sus años los barones) y centrándose sobre todo en «Follow…», con temas como el que da título al disco, «Bodom After Midnight» o «Hate Me!», aunque sin olvidarse de sus trabajos anteriores, de los que sonaron por ejemplo «Warheart» de «Hatebreeder» o «Lake Bodom» de «Something Wild» (ambos muy bien recibidos). Notable alto para una banda que está en alza.

Y a continuación (y tras los pertinentes cambios en el escenario) lo mejor de la noche: Primal Fear. Simplemente BRUTAL. Al igual que las dos bandas anteriores, la banda de Ralf Scheepers y Matt Sinner presentaba lo que es su tercer trabajo de estudio, «Nuclear Fire», un disco de puro y duro Heavy Metal en la onda de sus predecesores (siempre con el estigma de los Judas más clásicos, era «British Steel» a «Defenders Of The Faith»), aunque me atrevería a decir que mucho más agresivo. Lo primero que llama la atención de la banda es el nuevo look de Ralf.

Acostumbrado a verle con greñas y brincando por el escenario junto a Kai Hansen en su etapa en Gamma Ray (por no citar a aquellos primerizos Tyran Pace, donde militó hace ya muchos años) resulta impactante ver su cabeza totalmente afeitada (la marca de Judas -en este caso de Halford- aparece hasta en ese aspecto) y un cuerpo de gimnasio 100%, que da verdadero miedo (no quisiera encontrármelo de noche en algún callejón). Y ¿qué se puede decir de su voz? Pues que está en el mejor momento de forma que yo le haya visto, llegando a los agudos más increíbles (si Glenn Tipton y K.K. Downing le hubieran visto así en la época en que buscaban sustituto a Rob dudo que Mr. Owens se hubiera hecho con el puesto).

A su lado todo un clásico del Heavy Metal alemán, Matt Sinner, con una larga trayectoria discográfica a sus espaldas con su propia banda Sinner, la cual no alcanzó nunca la primera fila (y dudo que a estas alturas lo consiga), y por lo que, supongo, está aprovechando ahora el tirón de Primal Fear (cosa que me parece totalmente lógica).

Tras la correspondiente intro la banda arrancó de manera brutal con ese trallazo llamado «Angel In Black» que abre «Nuclear…», del cual descargaron temas como «Now Or Never», el atronador medio tiempo de «Eye Of An Eagle» o los hímnicos «Nuclear Fire» «Iron Fist In A Velvet Glove» (toda una gozada de tema), intercalados por temas de sus dos anteriores trabajos, como fueron «Chainbreaker» (donde Ralf deja buena parte del estribillo al público), «Silver & Gold»«Promised Land»«Running In The Dust» o el poderoso «Battalions Of Hate» (que sonó de maravilla).

Si a la potencia sonora le sumamos las explosiones en el escenario os podéis imaginar (los que no estuvisteis, claro) lo impactante del show, con un Scheepers emulando al mejor Halford, tanto por pose como por voz (el cual incluso se marca durante el show algún que otro… ¡pase de torero!), aunque siempre con su sello personal, y una banda detrás arropándole a la perfección. Y para fin de fiesta el delirio: un «You’ve Got Another Thing Comin'» aplastante, con todo el pabellón en pie. Sobresaliente.

Y después de Primal Fear un poco de relax con The Bon Scott Band, aunque de relax poco, ya que con el subidón de los Fear estábamos con el ralentí a tope, y por eso disfrutamos de lo lindo desde el comienzo con «Thunderstruck» hasta el final con «Highway To Hell» (donde se subió todo cristo al escenario para cantar con la banda, desde la peña de Children of Bodom hasta el mismísimo apuntador). Y es que se nota que han mamado mucho de la banda de los hermanos Young. ¡Pero si suenan idénticos!

Uno a uno fueron cayendo los clásicos de AC/DC (creo que a estas alturas y con ese nombre no hace falta aclarar que el repertorio del grupo se basa única y exclusivamente en temas de la banda australiana), tales como «Sin City»«Whole Lotta Rosie»«Shot Down In Flames»«If You Want Blood (You’ve Got It)» «You Shook Me All Night Long» (Épico!), así como los más recientes «Hard As A Rock» o «Stiff Upper Lip» (Sí, ya se lo saben!). La verdad es que en un principio no entendía el porqué de ponerlos detrás de gente como Children of Bodom o Primal Fear, pero la verdad es que pienso que fue un acierto por parte de la organización. Long Live Bon Scott!

Y después de la Bon Scott Band vuelta al Heavy Metal de corte alemán. Un telón con un esqueleto encapuchado nos anunciaba la pronta aparición en escena de GRAVE DIGGER. Y así fue. En breves instantes Chris Boltendahl y sus huestes arrancaron con «Excalibur», tema homónimo de su último trabajo, el cual me consta se ha vendido bastante bien en nuestro país. Lo primero que me llamó la atención fue que hubo un considerable bajón en lo que a efectos lumínicos y pirotécnicos (nulos en este último caso) se refiere, concretamente en comparación con la actuación de Primal Fear, lo cual deslució un tanto la puesta en escena del grupo.

Lo segundo fue la presencia del guitarrista Manni Schmidt, antiguo miembro de los también germanos Rage (con unos cuantos kilos de más, todo sea dicho), que ha sustituido al hasta entonces guitarra solista Uwe Lulis (que parece no estar por la labor de volver al grupo -de hecho parece ser que la salida de este último no ha sido totalmente amistosa, y que hay una especie de batalla legal por el nombre de la banda-).

En cuanto al set-list, dieron un breve repaso a los álbumes más representativos de su ya larga trayectoria, desgranando temas como «The Reaper» del álbum de mismo título, «Circle Of Witches» de «Heart Of Darkness», de «Tunes Of War» (del que más cayeron) «Scotland United» (en la que, como su nombre indica, hubo mucha unión y puños en alto), el single «The Dark Of The Sun»«William Wallace (Braveheart)» o el épico «The Clans Are Marching»«Knights Of The Cross» «Lionheart» de «Kinghts…» o «Morgana Lefay» de su último trabajo. Dos de los momentos más álgidos coincidieron con dos temas antiguos de la banda, como son «Heavy Metal Breakdown» «Headbanging Man» de su primer disco («Heavy Metal Breakdown»), que hicieron las delicias de los más veteranos. Resumiendo, una buena actuación por parte de los alemanes que hubiera sido aún mejor con más apoyo visual por parte de la organización técnica. Otra vez será.

Y… bueno, se me hace muy difícil hacer una crónica totalmente objetiva de lo que fue la actuación de Barón Rojo, y ello por diversos motivos. En primer lugar porque no era a ellos a los que les correspondía cerrar el festival, y segundo porque dudo que tuviesen tiempo de preparar su actuación en condiciones (pero si les avisaron el día antes, coño…). Y para colmo, un acople por aquí, el de la mesa de sonido que no se entera (Armando le tuvo que decir que bajara su micro, que la voz solista era Carlos -hasta los del bar se habían dado cuenta-), un borracho que se sube a incordiar a Carlos, etc. En fin, un desastre.

Menos mal que el buen hacer de los De Castro suplió en gran medida todos estos pormenores, y pudimos disfrutar desde «El Barón vuela sobre Inglaterra» hasta el inevitable «Resistiré» (que cerró su actuación), pasando por temas emblemáticos como «El malo»«Cuerdas de acero» (¡qué himno, todavía se me pone el pelo de punta al escucharlo!), «Concierto para ellos» (otro himno, aunque ¿qué tema no lo es?), el desgarrado «Hijos de Caín», la sorpresa con «Breakthoven» y «Tierra de vándalos»«Son como hormigas», aquel primerizo «Con botas sucias»«Los rockeros van al Infierno»«Larga vida al Rock and Roll»«Barón Rojo» o el más reciente «Cueste lo que cueste», un tema 100% AC/DC donde hacen toda una declaración de principios. Incluso Carlos y Armando tuvieron tiempo para hacer ese numerito juguetón en el que se persiguen por el escenario, con fragmento del «Smoke On The Water» de los Purple incluido (la verdad es que podían cambiar ya el temita, que al final terminaremos aborreciéndolo, si no lo hemos hecho ya). Pues poco más. Una vez más los Barones nos dejan con un sabor de boca agridulce, dulce por haberlos visto de nuevo, y agrio por no haberlos visto de nuevo (valga la redundancia) en las condiciones necesarias. Hay cosas que nunca cambian. Seguiremos «resistiendo».

Pues esto es lo que dio de sí el Piorno Rock en su séptima edición, esperamos que siga creciendo como lo ha hecho hasta ahora, y os animamos a los que no habéis ido este año a que vayáis el año próximo, y a que repitáis a los que sí lo habéis hecho. Y el año que viene SAXON!

Texto: David Fernández «Bubba»