BLIND GUARDIAN – Martes 4 de junio de 2002, Sala Macumba (Madrid)

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Sinceramente, aún no me podía creer que estuviese allí y que estuviera a puntito de ver a uno de mis grupos favoritos desde que empecé a escuchar heavy metal. Entré (para variar) cuando el grupo invitado, Freedom Call, estaban prácticamente terminado. Me pareció un grupo de power metal algo típico, pero he de reconocer que sonaban bastante bien y que la gente respondía muy bien ante ellos. Hombre, teniendo en cuenta que prácticamente el 80% de los que van a un concierto de Blind Guardian está obcecado con el power metal y sólo con el power metal, no es de extrañar que la gente estuviera cantando y moviendo las melenas al ritmo de sus temas.

Aproximadamente a las 22’15 comenzó a sonar la intro del “Nightfall…”. Mi cuerpo se estremecía al escuchar los sonidos de la batalla. Y entonces comenzó a sonar “Into The Storm”, canción que también le sigue en el disco. Toda una descarga de energía, de potencia, rezumando calidad por todos lados y dejando boquiabierto al más veterano de los espectadores, enlazaron este increíble tema con otro que lo era igual o más: “Welcome To Dying”. Entre las dos canciones, una explosión de fuego iluminó todo el escenario e hizo que nos subiera, aún más, la adrenalina que todos sentíamos teniendo delante a esta excepcional banda. Me di cuenta de que había micrófonos para captar el sonido ambiente, por lo que deduzco que sacarán un directo de ese concierto. Me sorprendió cómo se movía Hansi en el escenario y como hacía moverse a la gente. Está claro que la idea de que ahora sea otro quien toque el bajo ha sido muy buena.

Continuaron con “Nightfall”, tema precioso donde los haya. La gente coraba hasta la última coma del estribillo. Aunque me decepcionó que las increíbles segundas voces no las hacía nadie. Aun así, la voz de Hansi lo llenaba todo. Le tocaba ahora el turno a uno de mis temas favoritos de la banda “The Script For My Requiem”. Yo no podía alucinar más. La batería sonaba atronadora y la voz de Hansi se nos presentaba mucho más potente y agresiva que en estudio, deleitándonos con unos gritos increíbles. El único fallo: que los coros estaban grabados. Y por fin un tema del nuevo disco: “La mies del dolor”. ¡Pero en inglés! Joder, con los conciertos que van a dar en España ya podrían tirarse al rollo y cantarla en castellano. El respetable, durante todo el tema, no cesó de silbar, dar palmas y corear el estribillo. Cuando acabó, aquello parecía un partido de fútbol. Un buen rato de “oeoeoeoe”, acompañado de batería (tan cachondo como siempre) dio paso a “Under The Ice”. La guitarra de André nos hacía flipar a todos con sus punteos. Recuerdo especialmente el increíble solo que se marcó, enfatizado visualmente por unos focos “paradise”. La verdad es que los juegos de luces fueron de una calidad asombrosa durante todo el concierto. Excelente mezcla de partes lentas con partes cañeras, acompañadas por los agudos rasgados y potentes de Hansi.

Seguimos con los clásicos. Ahora era el turno de “Valhalla”. Ya os podéis imaginar a la hermandad de melenudos con los brazos en alto coreando aquel himno atemporal. Atronadora, machacante. Hansi, con los brazos en cruz e iluminado por unos focos verdes, aparecía como el líder de aquella legión de soldados uniformados con camisetas negras, pelo largo y muñequeras de pinchos. Destacar el punteado final y los coros, que nos dejaron a todos boquiabiertos. Al finalizar esta canción el público volvió a gritar, viéndose acompañado por la excepcional batería y por André, el cual gozaba de una gran destreza para animar aun más al fiel público. Con un castellano bastante chungo, el “sois los mejores, Madrid” de Hansi dio paso a “Majesty”. En mi opinión, uno de los puntos álgidos del concierto. Con la intro de feria el público danzaba de un lado a otro. Comienza entonces la caña. Al ritmo de la veloz guitarra, el público no puede dejar de botar y mover las greñas. Bueno, yo me tuve que ir para atrás porque, además de estar sudando como un pollo y no poder apenas respirar, me encontraba aplastada entre dos armarios que no paraban quietos… Flipante, alucinante… Son los únicos adjetivos que se me ocurren para describir este tema y, aun así, no llegan a expresar lo que realmente fue. “Ooooohhh Majesty!!!”, gritaba la gente como loca acompañando a la potente voz de Hansi. Podéis pensar que soy una exagerada, pero es que no daba crédito a lo que estaba presenciando. La batería, buenísima, las guitarras, tremendas, el bajo, que te penetraba hasta el fondo del pecho. Eran las 23h y el público no se cansaba de aplaudir.

Otro clasicazo venía a hacer acto de presencia: “Time What Is Time”, el cual fue presentado exactamente igual que en el Tokio Tales (¡¡Qué ilusión!!). Un punteo precioso introducía la canción, aunque no menos increíbles fueron los punteos del resto de la canción. La verdad es que salta a la vista la enorme calidad de este grupo. La batería, por ejemplo, realizaba unos cambios de ritmo cojonudos. Tema potente y rápido donde los haya. ¡¡Y vaya voz!! Tocaron después “Soulforged”, a la vez que se encendían unas antorchas enormes a ambos lados del escenario. Unos focos enormes y parpadeantes enfocaban al público mientras este coreaba el estribillo. ¡Cúmbrico! Con “Mordred’s Song” me decepcionaron un poco las voces. Se ve que Hansi estaba algo cansado y no hacía las partes agudas, pero el resto de la banda sonaba increíble, muy Blind Guardian. Pero no, fue solo un descansito que se tomó nuestro vocalista, porque con “Punishment Divine” recuperó toda su potencia, pues la caña con que sonaba el tema lo merecía. ¡¡Y vaya batería!!

Llegó entonces el momento cumbre de todos los conciertos de Blind Guardian. Puede haber gustos para diferentes canciones, pero todos ansían tarde o temprano este tema: “The Bard’s Song (In The Forest)”. Como es costumbre ya, Hansi apenas cantó, puesto que dejó que el respetable lo hiciera por él. ¡¡Y vaya si lo hizo!! El público cantó de pe a pa la canción del bardo como si de un himno se tratase. Sentí escalofríos de sentir a toda aquella sala, que estaba a reventar, unidos en voces y palmas con un tema tan precioso y tan emotivo. Y para terminar, cómo no, “Imaginations From The Other Side”, dedicada especialmente a todos los allí presentes. La intro sonó acojonante, la gente botaba sin parar, los focos alumbraban al público al ritmo de la batería y la adrenalina ascendía por momentos. Aunque no sonaron los elaborados coros del estribillo… El final fue apoteósico, con unos instrumentos espectaculares y un fogonazo que hizo que la peña se dejase las palmas de las manos completamente doloridas. 23’45 de la noche. Aquello no podía terminar…

Y evidentemente no lo hizo. La gente gritaba el nombre de los alemanes y Hansi volvió a salir, preguntando con un espantoso castellano: “¿Queréis más?” ¡Por supuesto que queríamos más! ¿Quién no quiere más de esta espectacular banda? Así que nos deleitaron con otros tres míticos temas que redondearon una noche apoteósica: “Lost In The Twilight Hall”“Time Stands Still” y la que no podía faltar: “Mirror Mirror”. Los Guardianes volvieron a demostrarnos que son una de las mejores bandas actuales de heavy metal, que tienen una caña y una energía capaces de arrasar con todo y que son unos músicos excepcionales. No creo que decepcionaran a nadie y, desde luego, en mi opinión, dejaron el listón muy alto, no sólo para los próximos que pisen Macumba sino para la próxima vez que vuelvan por nuestras tierras. Ahora, si me permiten, me voy a escuchar a los bardos… ¡¡Me he quedado con mono!!

Texto: Clara González Lobo (Kiky)