EL GRAN OSO BLANCO “Satanta” (2018)

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Me ha vuelto a suceder. Recibo disco en casa para reseñar de un grupo cuya trayectoria no he seguido, que nos presenta su tercer trabajo discográfico y que, además, según indica la hoja de promoción, viene con cambios en su formación que han llevado al grupo de Jaén a “dar un cambio de rumbo a su propuesta”.

Ante esta circunstancia, me asalta de nuevo la recurrente duda: ¿debería escuchar, ni que fuera de soslayo, sus trabajos anteriores para poderlos comparar con este “Satanta” y comentar, por tanto, los cambios que aprecio en este trabajo con respecto a los anteriores? O, por el contrario, ¿será mejor analizar este disco sin juicios previos derivados de la escucha de su material antiguo? Como otras veces, opto por la segunda opción. Dado que siempre procuro escuchar concienzudamente los discos a reseñar y que uno dispone del tiempo libre de que dispone, dedicar tiempo a los dos primeros CDs de la banda habría supuesto algo parecido a aquel dicho que dice que quien mucho abarca, poco aprieta. Así que, queridos lectores, este es el tercer disco de El Gran Oso Blanco pero “mi” el primer disco de El Gran Oso Blanco y, como tal, voy a daros mi opinión sobre los apenas 31 minutos de música que contiene este “Satanta”.

Tal y como nos deja intuir el título del disco, este “Satanta” tiene mucho de los setenta. Entendiendo mucho de los setenta, como la música dura que se practicó en aquella década. Aunque en la hoja promocional que nos envían los compañeros de The Borderline Music indican que el estilo que contiene el CD es Stoner, yo aquí veo más Rock Duro que Stoner (al menos lo que yo entiendo como tal). Un rock pesado y contundente, con una batería con mucha pegada que se torna fundamental en el aire que transmite el disco en su conjunto y un trabajo en las guitarras que me recuerda tanto a los Black Sabbath como a los Kiss de aquella década o, referenciando también a grupos actuales, a los vascos The Wizards.

Para mí, lo más interesante de este disco está en su parte media. La trilogía entre “La danza de la humanidad”, “La arena y la sal” y “Viaje a ninguna parte”, son las que más me han llamado la atención. Por otra parte, letrísticamente El Gran Oso Blanco disparan con bala contra todo aquello que no les gusta y que merece su crítica: el drama de los migrantes, la Iglesia, o el apalancamiento ante la injusticia. En algunos casos, el sentido de las letras es más explícito y no deja lugar a dudas sobre sus intenciones, mientras que en otros casos, la manera de contarnos “la trama” de la canción da al oyente la posibilidad de encontrar diversas interpretaciones sobre lo que se pretende contar.

“Satanta” me ha parecido un disco enérgico, con fuerza e interesante al que yo le habría metido algún solo más “hevylongo” en algún que otro momento, pero eso es cosa mía. Desconozco cuál habría sido mi opinión si hubiera conocido, seguido y escuchado su discografía anterior, si me hubiera gustado más que, tanto como o menos que. No lo sé, pero me lo he pasado bien con este que tengo en mis manos, así que con eso me quedo. Como he hecho en otras ocasiones con reseñas previas, quiero destacar la presentación que tiene “Satanta”. En formato digipak (que me gusta mucho más que el de carcasa de plástico) y con unas fotografías súper chulas de Juan Antonio Partal, el plus artístico que se añade al puramente musical es un incentivo más para hacerse con el formato físico de este tercer (mi primer) disco de los jerezanos.

Jebimetal