AVALANCH – Viernes 23 de agosto de 2002, Fiestas de Lugones (Asturias)

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Todo el puñetero verano esperando poder ver un concierto en nuestra Asturias patria querida y resulta que cuando lo quieren programar los organizadores regionales van y se lo montan tan mal que en un mismo día programan dos con apenas 10 minutos por carretera uno de otro. La verdad, viendo lo mal que se organizan otras cosas en Asturias no es de extrañar que el tema también afecte de lleno a nuestra amada música metalera. El caso es que a la misma hora que se presentaban Avalanch en las fiestas de su pueblo, en Gijón actuaban Obús, lo cual hizo que no viéramos a ningún heavy de la Villa de Jovellanos por Lugones. Había que escoger entre los dos conciertos y nos decidimos por los de casa a los que no habíamos visto aún con la nueva formación y nos perdimos a Obús ya que hacía apenas un mes de su triunfo en el Derrame Rock y justo 3 días después se iban a presentar en las fiestas patronales de Avilés.

Es de agradecer a la comisión de las fiestas de Santa Isabel que se haya acordado nuevamente del metal en la programación de sus patronales y que además de traer a los horteras de turno que salen en la tele (este año le tocó a Malú y a El Canto del Loco) nos dieran la oportunidad de ver a Avalanch en su propia tierra. La expectación era grande. Nadie de los que estábamos allí había aún visto a la formación con el nuevo vocalista y el nuevo batería.

A la puerta (había que pagar 5 euros aunque gracias a la amiga de un amigo entramos gratis) nos encontrábamos con los Warcy y aprovechábamos para hacer unas fotos y charlar un poco con Víctor García y Alberto Ardines de su nuevo proyecto, que comentaron lo ya contado a todas las revistas nacionales del género, que hasta diciembre no tienen pensado tocar en vivo y nos tendremos que aguantar un poco más. Mientras los teloneros de turno berreaban durante casi una hora con la indiferencia de los presentes nos acercábamos hasta la barra y tomábamos unos refrescos, pues los de siempre estaban a la entrada del pueblo con el cacharro ese de soplar que tantas “alegrías” nos da.

Tras un rápido cambio de material, salta al escenario Iván Blanco el teclista, y comienza a tocar la introducción de “Las ruinas del Edén”, tema que en la gira de “El Angel Caído” no habíamos tenido la oportunidad de escuchar a pesar de haberlos visto 3 veces. En este tema Iván interpretaría las voces que Leo (Saratoga) aportó en el disco. Poco a poco van saliendo a escena todos los componentes y al final entra el hombre en el que iban a estar todos los ojos y oídos puestos esa noche, el nuevo vocalista Ramón Lage.

Tocan el tema un par de tonos más bajo, y enseguida nos damos cuenta de que las canciones así suenan más rudas y no con la limpieza a la que estábamos acostumbrados hasta ahora. El sonido cambia totalmente y así la voz de Ramón se adapta un poco mejor a los temas, aunque el que sea muy fan de Víctor García que vaya cambiando el chip porque este hombre no tiene nada en común con él, y cuando decimos nada, queremos decir nada de nada.

Aún no entiendo muy bien como Rionda se pudo fijar en este hombre, lo lógico es que cuando en un grupo se hacen cambios sea para mejor, para dar un paso hacia delante, y en el caso de Ramón la cosa no está nada clara de que así sea. A Marco el nuevo batería ya le conocíamos de su etapa en La Destilería y nada que objetar, pero la voz de Ramón no pega ni con cola en la música de Avalanch. Tiene mucha menos potencia, tiene que cantar las canciones en tonos muchísimo más bajos y su voz es mucha más melosa, más pop para que me entendáis. El resultado es que parece que se hayan cargado todos los temas y que aunque el público fue en todo momento respetuoso con el grupo, las caras y comentarios de desaprobación fueran visibles entre una gran parte de la parroquia que allí se congregaba. Basaron todo el repertorio en “El Ángel Caído” y “Llanto de un héroe”. No tocaron ningún tema del primer disco, ni siquiera “La taberna” y las versiones han desaparecido del set list. Además destrozaron algunos temas ya míticos como “Xana” que sonó faltal y por supuesto los temas compuestos por Víctor como el himno “Allí estaré” ya no existen.

Al tocar en casa, estuvieron en todo momento arropados por la gente de las primeras filas, lógico por otra parte. Mi opinión es que no debemos cebarnos aún en críticas hacia el grupo. Debemos ser pacientes, y esperar a los nuevos temas de Avalanch (el nuevo disco es probable que esté listo a finales de octubre). Pudimos hablar con gente muy cercana a la banda que nos comentaron que los temas que tenían compuestos para su próximo disco ya están hechos teniendo en cuenta la voz de Ramón y que no echaríamos de menos a Víctor, tirando todos ellos hacia el progresivo y alejándose un poco del ya más que quemado Power Metal, el carro al que todo el mundo se sube.

Así que os aconsejo que hagáis lo mismo que yo. Sed pacientes con el grupo y no comparéis a Ramón con Víctor o si sois muy seguidores del grupo os quedará sensación de mal cuerpo o como en mi caso de disgusto. Porque así fue, salí del concierto no cabreado o enfadado, sino disgustado por lo que había visto, observar como el grupo más representativo de mi tierra había dado un paso atrás, aunque aún me queda la esperanza de que lo corrijan con la salida del nuevo álbum.

Siempre me acordaré de cuando Bruce Dickinson endiosado dejó a mis amados Iron Maiden para irse a hacer estupideces en solitario. La llegada de Blaze fue terrible. La prensa se cebó con ellos, pero lo cierto es que los temas del “X-Factor” y del “Virtual XI” siempre serán de Blaze. Si te coges un disco en directo de aquellos tours mundiales que hicieron con el ex vocalista de Wolsbane y escuchas los temas de la época Dickinson te caerá el alma al suelo, pero cuando empiezas a oír temas como “The Clansman”, “Futureal” o “Two worlds colide” te das cuenta de lo buen vocalista que es Blaze como demuestra hoy en día con su propio grupo, habiendo sacado dos discos de sobresaliente.

No nos queda más remedio, tendremos que cambiar el chip y olvidar lo que ha pasado. Avalanch son unos músicos impresionantes, no hay tantos grupos en nuestro país de su nivel y si han dado este paso será por algo, se juegan mucho y no son tontos como para tirar por la borda tantos años de trabajo. Démosles una oportunidad y no les enterremos tan pronto.

A pesar de que la gente no se fue muy satisfecha de la actuación, todo el mundo aprovechó para pillar a los componentes de los otros grupos que por allí pululaban, Warcry, Darna y Northwind, que se hincharon a hacer fotos y a firmar autógrafos.

Larga vida a Avalanch.

Texto: Larry