MOTORHEAD + THE BON SCOTT BAND – Viernes 1 de noviembre del 2002, Sala Repvblicca (Valencia)

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“Don’t forget us” dijo Lemmy antes de despedirse de nosotros con “Overkill”… ¿Pero cómo os vamos a olvidar? Con conciertos como este, Motörhead siempre tendrá un lugar especial en la historia del rock n roll…

Pero… empecemos por el principio, y así seguramente entendáis mejor esta crónica. A eso de las 8 y media ya rondábamos por las afueras de Republicca para disfrutar de este concierto. Primero, cómo no, saludos de rigor entre los foreros de esta casa (¡un saludo a todos!) y enseguida vamos para dentro. Tras un poco de espera, salen los teloneros de la noche, THE BON SCOTT BAND, que venía a ofrecernos algún tema de lo que será su próximo disco de estudio. Sinceramente, tenía un cabreo importante con los promotores por no haber traído a Anthrax como en el resto de fechas europeas, pero bueno, lo hecho, hecho está, así que decidí disfrutar de lo que nos ofrecía Tite y compañía. 

Empezaron fuertes, con un Back In Black muy bueno, la verdad es que clavan todos los clásicos de los australianos y consiguieron animar desde el primer momento a la gente que empezaba a entrar. Y durante media hora, nos ofrecieron algunos temas de la banda de Angus (“TNT”“Thunderstruck”“Highway To Hell”…) más dos canciones nuevas escritas por la banda, “Iced Beer” y “Enjoy”, si no me equivoco, que realmente, siguen siendo 100% AC/DC. Sinceramente, creo que a la hora de elaborar sus propios temas podrían estrujarse más la cabeza, que AC/DC ya hay unos, pero bueno, por lo menos nos hicieron pasar un buen rato.

Una vez se retiraron los barceloneses, en mi cabeza había un único pensamiento…”Quiero que salgan Motörhead ya!!!!!”. La sala presentaba un aspecto muy bueno, alrededor de tres cuartos de entrada, y un ambiente inmejorable. Tardaron unos cuantos minutos en salir que me parecieron interminables hasta que finalmente, Mikkey ocupaba su banqueta en la batería y emergían al escenario el guitarrista Phil Campbell y el inimitable Lemmy Kilmister, que como siempre, coge el micro y ya sabéis… “WE ARE MOTORHEAD, BORN TO KICK YOUR ASS!!”

Con “We Are Motörhead” empezó una descarga de watios y caña continuada con el viejo clásico “No Class” y ese temazo del Ace Of Spades llamado “Shoot You In The Back”. El ambiente era impresionante, las primeras filas eran un autentico infierno de seguidores entregados a la tormenta sónica de Lemmy y sus compinches. Hasta este punto el sonido era aceptable pero podía ser mejor, aunque afortunadamente mejoraría a partir de las primeras canciones. La siguiente en caer fue “Civil War”, que sonó aplastante, con un juego de luces parpadeantes muy bueno. Al acabar ésta Lemmy comentó que el volumen no era lo suficientemente alto… y lo subieron más todavía. Ok, mis oídos ya estaban sufriendo pero da igual, moriremos con las botas puestas viendo a Lemmy en el escenario, ¡¡no hay una forma de perecer mejor!!.

La fiesta continua… y Lemmy pregunta si hay punks entre el publico, ya que la siguiente canción iba dedicada a ellos. Pues si que los había, y la que se armó en la versión de los Sex Pistols “God Save The Queen” daba miedo, ¡vaya ambientazo!, el concierto estaba llevando unos derroteros inmejorables, tralla y más tralla, con el grupo entregándose al máximo, y afortunadamente esto no cambiaría. Al himno punk le siguió la vieja Metropolis. Aquí el sonido ya era casi perfecto, es increíble ver con que vitalidad suena este tema de finales de los 70, tremenda.

Llega la hora de dar cancha a los temas de su último gran disco Hammered, con Lemmy y Phil bromeando sobre quien de los asistentes había comprado el nuevo disco. Y la verdad, creo que hay temas bastante mejores que “Brave New World” para el directo (ahora mismo pienso en Red Raw, o Down The Line, por ejemplo) pero bueno, aún así suena muy bien, aunque el solo de Phil Campbell me resultó un poco frío.

Dr. Rock fue una agradable sorpresa, que nos remontaba al glorioso disco de 1986, Orgasmatron, aunque el verdadero sorpresón de la noche fue la inclusión en el set-list de “Over The Top”, un buenísimo tema que solo se encuentra en caras-b y recopilaciones. Disfruté como un enano de este tema, rock n roll a la máxima potencia, ¡¡Motörhead en estado puro!! Por supuesto, no podía faltar un pequeño homenaje en memoria de los malogrados Joey y Dee Dee Ramone en forma de “R.A.M.O.N.E.S.”, a toda velocidad, con el que escribe esto volando por los aires, jeje. Me encantó como quedó “Shut Your Mouth” en directo, es mi corte favorito de Hammered y en vivo no me defraudó lo más mínimo, su intenso riff hizo temblar los cimientos de Republicca.

Ya pasado el ecuador de este gran show la noche comienza a tomar tintes épicos. A partir de este momento llegó la artillería pesada, y os aseguro que Mr. Kilmister no estaba por la labor de hacer prisioneros. Lamentablemente Lemmy tenía problemas con sus monitores y eso se vio reflejado en “Sacrifice”, donde se perdió totalmente y cantó el estribillo totalmente fuera de tiempo, aun así sonó muy contundente, gracias en gran parte a una persona de la que apenas había hablado aún, Mikkey Dee. De diploma lo de este hombre con las baquetas. Le aporta una fuerza al grupo que ni Philty Taylor ni Pete Gill podrían haber igualado nunca, es todo un espectáculo verle peleándose con su kit de batería, parece que en cada golpe está decidido a romper los parches. Como es costumbre, nos ofreció un espectacular solo de batería en la parte intermedia de “Sacrifice”, aunque hay que decir en su contra que lo alargó un poco más de la cuenta. Aun así, un 10 para la actuación del danés.

Un servidor a estas alturas además de extasiado estaba realmente agotado, y precisamente “Damage Case”“Going To Brazil” no ayudan a recuperar el aliento, sino todo lo contrario, no podía hacer más que saltar y cantar como un loco, y todos sabíamos que lo mejor estaba por llegar… se apagan todas las luces y se enciende un foco verde a los pies de Lemmy y Phil, y comienza a sonar un “Orgasmatron” que literalmente aplastó a la audiencia, con ese hipnótico riff que tocaron con una mala leche tremenda… I am the one, Orgasmatron... Lemmy escupía con expresión de maldad sus apocalípticas letras, ¡realmente daba miedo verle!, sin duda uno de los momentos cumbres del concierto.

Más himnos irrepetibles, en este caso su clásico de 1984 “Killed By Death”, soberbia, aunque el sonido falló en algún instante. Al finalizar la canción Phil Campbell hizo un corto solo de guitarra, que si bien no fue nada del otro mundo, sí que sirvió para coger un poco de aire. Realmente la actuación de Phil Campbell fue excelente en líneas generales, como la de la banda en conjunto, y es que este line-up ya lleva 10 años juntos, y eso se nota, es una máquina de matar perfectamente engrasada. Tras este cañonazo, la banda nos asaltó con “Iron Fist”, que si os digo la verdad, me gustó incluso más que la versión incluida en el poderoso directo “Everything Louder Than Everybody Else”.

La banda se retira pero todo el mundo sabe que tienen que volver. Los días anteriores había tenido cierta “preocupación” ya que la banda no tocó “Bomber” en alguna de sus fechas, pero cuando sonó la sirena anunciando el inminente ataque aéreo, mis dudas se disiparon inmediatamente. Genial interpretación de este gran clásico, y si con “Bomber” la gente ya estaba histérica, con “Ace Of Spades”, la canción de Motörhead por excelencia, aquello era una olla a presión a punto de estallar.

Lamentablemente, todo llega a su fin, y esta gran noche acababa aquí. “Don’t forget us” dijo Lemmy antes de despedirse de nosotros con “Overkill”… ¿Pero cómo os vamos a olvidar? Con conciertos como este, Motörhead siempre tendrá un lugar especial en la historia del rock n roll, pero aun no necesitamos mantenerlos en el recuerdo, porque Motörhead hoy por hoy es una banda muy viva que seguro que nos guarda un par de alegrías en el futuro. Así pues, tras los agradecimientos y las presentaciones de los músicos, dieron paso a un “Overkill” donde público y banda nos dejamos todo lo que nos quedaba dentro.

Y aquí terminó todo. Una hora y cuarenta minutos de potencia, velocidad, grandes canciones, rabia, buen humor y sobre todo ganas de pasarlo bien. Lástima que no haya conciertos así todos las semanas, muchas bandas noveles deberían aprender.

Alguno pensará que simplemente vimos a tres tíos que solo hacían ruido. Puede ser, pero seguro que es el mejor ruido que se ha hecho en mucho tiempo. Nos vemos en la próxima, yo por lo menos estaré allí.

Texto y fotos: Juan Pérez (Gizmo)