LEGENDS OF ROCK: ULI JON ROTH + JACK BRUCE + GLENN HUGHES + FRANK MARINO – Domingo 17 de noviembre del 2002, Shepherd’s Bush Empire (Londres)

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El domingo 17 de noviembre iba a tener lugar en Londres uno de esos conciertos que son de obligada asistencia. Por dos simples razones: una es la dificultad de ver a estos músicos en directo, y la segunda es la dificultad añadida de verlos en un mismo escenario. En un principio el concierto iba a tener lugar en la Brixton Academy, una sala con una acústica ideal y con una visión también muy buena (la pista está en cuesta y es de agradecer por tipos que como yo que no pasan del 1’65). Sin embargo, unas dos semanas antes cambiaron el sitio al, desconocido para mi, Shepherd’s Bush Empire. Pensé que sería por la alta demanda de entradas, y que el nuevo sitio iba a ser más grande que la Brixton Academy, pero tal idea se desmintió en cuanto llegamos a la entrada. Con media hora para que abrieran las puertas y sólo unas 30 personas esperando. Nos daba en la nariz que iba a ser un concierto de los de estar por casa, por una parte mejor para verlo tranquilamente, pero por otro lado una pena por los músicos.

A las 7 en punto abrieron las puertas, y la gente fuimos entrando. Lo primero que hicimos fue ir al punto de ventas de mercancía y pillarme el CD doble del Legends of Rock 2001: Live at Castle Donington, al módico precio de £12 (tenéis una reseña en Renacer Eléctrico, y no, no me llevo comisión). ¡¡Y firmado por Uli Jon Roth!! Después pillamos un sitio arriba de la pista, y allí estuvimos esperando a que empezara el concierto. Poco a poco la pista se fue llenando, y en total habría unos 200 asistentes, lleno, pero sin agobios. Entre ellos Janick Gers, al que tuve todo el concierto delante-abajo a unos cuatro-cinco metros. La verdad es que me puse hasta nervioso cuando le vi.

A eso de las 7’35 salió Uli Jon Roth, con sus pintillas de hippie, a introducir lo que sería el concierto y la idea que pretendía llevar a cabo con el Legends of Rock. Ni más ni menos que devolver la magia, la emoción y la espontaneidad al rock, algo que hoy en día, según él, se ha perdido en gran parte. Y sin mayores preámbulos nos introdujo al primero de la noche. Frank Marino es un guitarrista que lleva ya bastante tiempo en el mundo de la música pero del que no conocía nada. Así que no puedo poner su set-list. El concierto se basó principalmente en su virtuosismo con la guitarra, llegando a tocarla con los dientes a lo Hendrix. Estuvo acompañado por el guitarrista JJ Marsh (el que tocó con HTP), bajo y batería, pero el protagonismo era de Frank Marino. A pesar de que la base rítmica apenas se notaba, hicieron una muy buena labor. Los temas que tocó durante sus 35 minutos sonaron mucho a Rock de los 60-70, con esa fuerza y energía que caracteriza a los guitarras de la época. El escenario no tenía ningún tipo de adorno y las luces eran más bien pobres, nada de espectáculo visual salvo el de ver a un muy buen guitarrista en acción. El escenario y las luces no cambiaron en toda la noche.

Tras la fuerza y la energía de Frank Marino, a las 8’20 tocaba la tranquilidad y el virtuosismo clásico de Uli Jon Roth. Abrió con una pieza que no conozco, pero que presentó como algo que escribió en el ’99 (y probablemente pertenezca a su Trascendental Sky Guitar). Tras la apertura nos deleitó con versiones del verano de las cuatro estaciones de Vivaldi, sacando con su guitarra un sonido más parecido al de un violín que al de una guitarra de rock, continuó con otra pieza clásica conocida pero cuyo autor desconozco (y que presentó como «Maria»), y de nuevo volvió a Vivaldi con el «Invierno», que abrieron los dos teclistas con efectos de vendaval, y al que añadió una extravagancia guitarrera de su propia cosecha. El tema que cerró su actuación en solitario fue «Hiroshima», una sinfonía que escribió en el año 94 para conmemorar el 50 aniversario de la atrocidad de la bomba atómica. Esta pieza se abre con una parte vocal que interpretó Liz Vandall, y ¡madre mía qué voz y qué sentimiento!, y continúa con una parte instrumental en la que Uli Jon Roth te mete en la piel el sentimiento de tamaña atrocidad. Uli Jon Roth puso la nota tranquila con un concierto que duró 45 minutos, de sonido limpísimo, con una guitarra que era protagonista, y acompañado por una buena base rítmica y de teclados. Como él mismo reconoció, su concierto fue una nota discordante en un concierto de Rock, pero quería presentar algo nuevo y a la vez excitante, la interpretación de música clásica en forma de Rock. A destacar también es su guitarra, que tenía forma de lo que a mi me recordó una clave de música.

Tras unos dos o tres minutos de descanso, salió un tipo al escenario presentando a la voz del Rock, Glenn Hughes («Please welcome the Voice of Rock: Glenn Hughes!»). E inmediatamente empezó a sonar «Stormbringer» y salió el que en mi opinión fue el mejor de la noche. ¡Qué fuerza, qué personalidad, qué manera de llenar un escenario, increíble lo de Glenn Hughes! Además de «Stormbringer» cayeron «Mistreated» (con final apoteósico de Glenn Hughes demostrando por qué lo de la Voz del Rock), «The Gypsy»«Burn»«Getting Tighter» y «You Keep On Moving». Le acompañaba JJ Marsh a la guitarra, y cómo se nota que se compenetran bien y que están a gusto tocando juntos. Además de que me parece un muy buen guitarrista que saca el sonido Blackmore bastante bien. Glenn Hughes se mostró como en el concierto de HTP, muy hablador y simpático con el público, y un torbellino durante la música. Y aunque la voz la tenía fría al principio, cuando la terminó de calentar, ¡madre mía! Bueno, los que vierais el concierto de HTP ya sabéis de qué va. En total estuvo en el escenario 45 minutos apoteósicos.

De nuevo salió Uli Jon Roth a introducirnos a la cuarta leyenda del rock, Jack Bruce, bajista de Cream. Este salió con mucha marcha, y aunque se le ve bastante envejecido, todavía tiene una voz muy buena. Arrancó con «Sunshine Of Your Love» y cayeron en los 25 minutos que estuvo tocando, «NSU»«Swalbr»«We Are Going Wrong» y «White Room». Estuvo acompañándole a la guitarra Uli Jon Roth, y la combinación de rock sesentero con la guitarra virtuosa del alemán quedó muy bien, dándole un sabor a Eric Clapton, pero con el sonido de Roth. Tras la actuación del ex-Cream, salió de nuevo Frank Marino a deleitarnos con dos versiones de Hendrix, la primera «Voodoo Child», y la segunda, acompañado por Uli Jon Roth, fue «All Along The Watchover». Magníficas las versiones, y con un sonido muy Hendrix. Fue increíble ver a estos dos guitarristas en el mismo escenario. Y esto prometía, ya que volvió a salir Jack Bruce y se marcaron una versión de «I Feel Free» de Cream. Tras dicha canción salió de nuevo Glenn Hughes y se unió a los que ya estaban en el escenario para darnos una versión de, si no recuerdo mal, «Eleanor Rigby» de The Beatles y de «A Whiter Shade Of Pale», una canción de 1967 muy conocida pero que sólo buscando por la letra he conseguido saber que es de Procol Harum. Un final muy dulce y melódico para un concierto de Rock que, seguro, no decepcionó a nadie. ¡¡¡Tres horas y media de espectáculo!!! Y con esa sensación, Irene y yo salimos zumbando para pillar el tren de vuelta a casa y a la realidad… pero con una sonrisa en la boca.

Texto: Ramiro Morales (Motorhead)