Muchos se preguntarán: ¿Quién es este tío? Pues para mi es uno de los mejores cantantes que hubo, hay y habrá en el panorama Rock español, o si me apuráis, de la música en general de este país. Si os recuerdo que formó parte y grabó dos de los mejores discos («Más que una intención» 1983 y «Cronophobia» 1984) que tienen los queridos Asfalto (aunque de los madrileños es bueno todo, todo) cuando gozaban de más popularidad, ya si os sonará algo más, ¿no? Tras la marcha del grupo pocas noticias se han tenido del vocalista (parece que los medios rockeros de este país se han olvidado de él). En los comienzos de los ´90 junto a Guny (ex-bajista de Asfalto), Pepe (guitarra de Trafalgar, grupo por el que pasó también Oñate), Fernando Sánchez (batería de Obús) y Tito (teclista que estuvo en Topo), formaron EL CLUB, dedicándose a tocar versiones por pequeños pubs de la capital del estado. A finales de los ´90 me enteré que seguía tocando en solitario por pequeños garitos de Madrid, bien acompañado por una banda o haciendo conciertos acústicos.
Hacía un año veía por primera vez a Miguel Oñate en directo, esa vez iba acompañado de los que forman la base rítmica de Ñu en la actualidad (Gorka al bajo y Javi Bumper a la batería) y a la guitarra estaba M. A. Sánchez, además de colaborar en algunos temas el guitarrista Luis Cruz (ex-Topo). El lugar donde dio su concierto era el mismo donde iba a tener oportunidad de verlo por segunda vez, todo un lujo y encima gratis (como es costumbre en ese local).
Cuando pasaban unos minutos de las 23 h. salen los cuatro músicos que acompañan esa noche a Miguel y empiezan a tocar durante unos instantes con sonido bluesero. Tras unos minutos aparece el cantante (con chaqueta y corbata) y enlazan con un tema rockanrolero (siento no poder deciros algunos temas de todo el repertorio de esa noche, porque los desconocía o no los presentaba). Sin parar, turno para el recuerdo (y ¡menudo recuerdo!) con «Es nuestro momento» (Asfalto), genial, con los guitarristas haciéndose cargo de los coros y Miguel animando para que la gente cantara. Unen con «Los tiempos siguen cambiando», de cosecha propia y con estribillo pegadizo.
El vocalista llama a Luis Rico, para que suba a las tablas y los acompañe con su armónica. Se demora un poco el comienzo del tema porque Miguel preparaba el atril donde venían algunas de las letras de temas que cantaría esa noche. Ya con todo preparado nos deleitan con «Unchain My Heart» (tema conocido especialmente en la voz de Joe Cocker, pero que también hiciera en su época Ray Charles). Además de la armónica del invitado, Oñate tocaba una pandereta (de las «modernas»). Los coros de los guitarristas excelentes, con aires negroides. Final tranquilito con voz y armónica nada más.
Nos da las buenas noches y recuerda que desde las pasadas Navidades no tocaba allí, esperando que pasáramos un buen rato. Se cuelga una guitarra acústica e interpretan «El reposo del guerrero» (preciosa copla), «Sin piedad» (creo que así se titulan los temas) y «El fenicio» (muy buena), presentándola como una caricatura en vez de una canción.
Momento de otra versión, «Para la libertad» (poema de Miguel Hernández y que le puso música el gran Joan Manuel Serrat). Todavía se me ponen los pelos de punta al recordar cómo cantó este tema el gran Miguel Oñate.
La dedicación del «villancisco» (como dijo) fue para el alcalde de Madrid, adaptación al castellano del «Jingle bells» con el título «El oso y el madroño», con una letra desternillante (estribillo: «Navidad, Navidad, un trago de anís, no bajan el pan ni legalizan el hachís. Navidad, Navidad, tú cómo lo ves, mientras te decides que nos pongan de beber» (jajaja, grandioso).
«No voy a beber más cerveza de ésta» (jajaja, y se refería al botellín vacío). Nos dice que no porque sea Navidad podíamos hacer palmas, acercarnos al escenario, pero sin pisar ni vomitar (jajaja, además de excelente cantante, cantidad de simpático y gracioso). Tras desco/o/narnos con las ocurrencias de Miguel, continuaban con otra versión, «Some Kind Of Wonderful» (The Drifters).
El vocalista pide un taburete y alguien del público le pasa uno, pero pequeñajo, jajaja. Nos recuerda que España va mal… y ya con un taburete en condiciones y con la acústica otra vez en ristre, tocan una canción que trata sobre los problemas del mundo y que me recordó a Asfalto, ¿«Mientras» podría ser el título? Prosiguen sin descanso con «La señorita depresión», abandonando Miguel la banqueta con su guitarra en la parte instrumental. Hacen un inciso en la canción para presentarnos a la banda: a la derecha nuestra el guitarrista Pedro (comentó de donde procedía, pero no lo pude oír en condiciones), a la otra guitarra y a nuestra izquierda, Carlos (Desastre), al bajo Perico (Los Canallas) y a la batería, desde la huerta murciana, Manolo López. Nos da las gracias y se despide con un hasta siempre, y finalizan el tema. Oñate se va a los camerinos y los músicos siguen con una pieza instrumental. Al rato vuelve a subir Miguel y hacen la genial «La paz es verde» (Asfalto), con el vocalista luciendo una pegatina de «Nunca máis». Pelos como gigantes escarpias.
Vuelve a reclamar a Luis Rico, además de volver a tomar la acústica. Realizan «El bar de Katie«, tema muy divertido y que hace que la gente haga palmas y cante el estribillo («En el bar de Katie, entras pero no sabes cuándo vas a salir»).
Alrededor de las 00:30 h. terminan, pero como no nos íbamos, sale Pedro y realiza un solo con recuerdo a Rainbow. Con el vocalista (en camiseta blanca recortada por las mangas y la pegatina de «Nunca máis») se marcan «Is This Love» (Whitesnake). Nos pregunta: «¿Cómo están ustedes?» Y otra vez acompañados por armónica y acústica hacen «El blues de la camarera» (excelente y con letra de morirse de risa). Acabando sin parar con la rockera «Pura filosofía». Final sobre las 00:47 h..
Maravilloso concierto, que hace que siga considerando a Miguel Oñate como uno de los grandes de la música española. Luego pude comprobar que también es una persona muy agradable y simpática. Muchas gracias Miguel por seguir al pie del cañón. ¡Quiero disco, ya, por favor!
Texto y fotos: Starbreaker