SIRENIA + TRAIL OF TEARS + EDENBRIDGE + BATTLELORE – Miércoles 28 de mayo de 2003, sala Caracol (Madrid)

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“The Magic of Angels Festival Tour 2003”, ese era el nombre dado a la gira europea que unía a cinco bandas del viejo continente con diversas propuestas musicales cada una. Aunque meses antes se había anunciado a Lacrimas Proundere, finalmente los que se unían a la gira eran los alemanes Saltatio Mortis.

En la misma taquilla de la sala, José de TapeRock Productions me informaba de la caída del cartel a última hora de los alemanes. Como el concierto ya había empezado no me paré a preguntar las causas de la falta de los germanos y aún a día de hoy sigo sin saberlas.

Bueno, el caso es que tras atravesar la tercera puerta de la sala a las 20:20 contemplé que BATTLELORE ya la estaban liando en escena. Ustedes disculpen que no haya fotos de los fineses, pero mientras tomaba aire por las prisas, tomaba posiciones (a pesar de la poca gente que había) …y me quedaba sorprendido por la música y lo que estaba viendo, pues al final no saqué ni una mala instantánea.

El grupo buen seguidor de la obra de Tolkien, ¿otros?, sí, pero no vayas a pensar que son un grupo más de lo que ahora llaman Power Metal, dan un muy buen espectáculo sobre las tablas. Siete personas arriba, varios con las caras pintadas, entre ellos el cantante Patrik Mennander que asustaba con su voz cavernosa, su cara de guerrero loco y su peto hecho con pequeñas placas metálicas unidas unas con otras.

Vi sólo los últimos doce minutos de su actuación (al parecer sólo estuvieron media hora) con “Buccaneers Inn”, de su segundo y último trabajo (“Sword´s song”, 2003), predominando una buena melodía pegadiza de las teclas de Maria (con vestido blanco), con todo el grupo moviéndose y Patrik sin parar de animar, sacando hacia el final una gran hacha doble.

La vocalista Kaisa Jouhki caracterizada de elfa (orejas puntiagudas) presentaba otra del reciente disco, “The War Of Wrath”, épica, con el cantante dispuesto para la guerra sacando una espada y alzando a la vez el acero y el hacha. A pesar de que el número de la espada está más que visto y ya huele, esta vez impresionaba con la voz furiosa del cantante, arengando con sus armas al aire.

La última fue “Raging Goblin” (del primer disco, “…Where the shadows lie”, 2002), muy Doom y con cambio a ritmo Death. Lo poco que vi me gustó bastante y creo que a la mayoría de los que los vieron también, ya que recibieron calurosas ovaciones tras los temas y respondían con entusiasmo a los berridos de ánimo del frontman.

Sobre las 20:40 comenzaba a sonar una Intro para los austriacos EDENBRIDGE, para salir el quinteto comandado por la vocalista Sabine Edelsbacher y comenzar con los sonidos orientales de “The Undiscovered Land” y tras despojarse la cantante de su trescuartos (¿no había notado antes de salir que hacía calor en la sala?, o como otros/as ¿es sólo para dar imagen?) y saludar con un “¡Hola, Madrid!”, continuaban revisando su tercer y último disco, “Apheleion” (2003), con “Skyward”, con las teclas pregrabadas y sonido Power.

Nos recordaba la morena del país que procedían y con el inicio de teclas con sonidos orientales interpretaban del “Arcana” (2001) “Into The Light”, intercambiando durante unos instantes los guitarristas sus puestos (Lanvall hacia la izquierda y Andreas hacia la derecha), abandonando Sabine la escena un momento durante el solo de guitarra por parte del técnico Lanvall, con doble tapping por parte de los seis cuerdas.

La frontwoman preguntaba que cómo nos sentíamos intentando que la gente gritara más, diciendo quería oírnos mejor. Volvían a revisar su última grabación con dos temas, “Perennial Dreams” y “The Final Curtain”, marcándose Andreas, antes del comienzo de la balada, las primeras notas de “Sweet home Alabama” y el baterista tatuado Roland Navratil tocando de su kit los platillos en pie en la tranquila canción.

“Starlight Reverie” trajo de nuevo el tan en boga sonido Power, con los guitarristas juntos en la zona derecha en determinadas ocasiones.

Turno para su debut discográfico “Sunrise in Eden” (2000), con “Holy Fire”, juntándose el bajista Mike Koren (de Visions of Atlantis y contratado para la gira) con Lanvall, que luego tuvo algunos problemas con su guitarra y debió cambiarla durante la interpretación. Bastantes aplausos al término del tema y Sabine presentaba uno por uno al grupo y el guitarrista de melena rizada hacía lo mismo con la fémina.

El virtuoso seis cuerdas seguía con sus marcadas posturas al tocar su instrumento, y headbanging por parte de Mike y Andreas en el speedico “Suspiria”.

La morena anunciaba la última canción, “Cheyenne Spirit”, con la gente siguiendo el ritmo con palmas. Se despedían con un “¡Thank you, Madrid!. ¡See you the next time!”. Saludando todo el grupo sobre las 21:32.

Me dijeron más bien poco estos centroeuropeos, y aunque no lo hacen mal no puedes dejar de acordarte cuando los oyes de Nightwish.

Cuando faltaban poco minutos para las 21:50 con una Intro salían los noruegos TRAIL OF TEARS, los últimos componentes en aparecer el vocalista Ronny Thorsen con su torso desnudo y poniendo su brazos en cruz y la vocalista Cathrine Paulsen con su falda de camuflaje.

Fueron los grandes triunfadores de la noche, con su mezcla de Black Metal, Gothic Metal, Death… moviéndose en escena mucho, el que más el guitarrista de rasgos orientales Terje Heiseldal, toda una fiera, meneando sin parar como un torbellino su larguísima cabellera y poniendo caras de auténtica furia, en contra del más parado guitarrista Runar Hansen.

Se entregaron con muchas ganas en escena y la gente les correspondió con gran fervor. En algunos temas salía para cantar con voz normal el grandote y rapado Kjetil Nordhus (de Green Carnation). El vocalista sabía dirigir con furia desgarradora al grupo, y la vocalista con su dulce voz operística dio muestras de derroche vocal, cantando varias veces alejada de su micrófono y oyéndose a la perfección.

Repasaron sus tres discos con temas como “Sign Of The Shameless”, ritmos industriales con las teclas de Frank Roald Hagen (hermano gemelo del bajista Kjell Rune Hagen) en “Denial And Pride”“When Silence Cries…”.

Finalizando con las tres voces en los temas “Ecstatic”, con dedicatoria a las bandas que le acompañaban, la gente dando palmas y vociferando con mucho agrado (ya se habían ganado a toda la sala desde hacía tiempo), haciendo señas a la mesa el guitarrista Terje de que no se oía; y “Crashing Down”, saliéndose aquí la vocalista con un chorro de voz increíble. A las 22:32 saludaba todo el grupo al borde del escenario.

Los noruegos habían arrasado con su actuación. En ese instante del festival había disfrutado con la propuesta que había visto de Battlelore, no me había convencido la música de Edenbridge y había alucinado con Trail Of Tears, así que los siguientes iban a tener muy difícil llegar a convencer a la mitad de la sala (esa fue la asistencia de público, ¿dónde estaban los que se quejan de que siempre vienen los mismo grupos, góticos metálicos y demás fauna?)

Marcando el reloj las 22:45 sonaba la Intro de los noruegos SIRENIA, que habían sufrido dos bajas durante la gira (Rudi y Pete). Así que la formación en trío estaba compuesta por el líder Morten Veland, el guitarrista y cantante Kristian Gundersen y la vocalista Henriette Bordvik, de la batería se encargaba el buen baterista de origen chileno Jonathan Pérez de sus compatriotas Trail Of Tears, así que tuvo doble trabajo.

Emplearon mucho sonidos enlatados (teclados, coros…), quedando así bastante fría su actuación y si a eso sumamos el cambio de estilos de la caña de Trail Of Tears a los ritmos góticos metálicos de los de Veland, no me convencieron, saliendo de su show bastante decepcionado. Basaron su concierto en el único disco que posee la banda, creyéndome que harían alguna del grupo anterior de Morten, Tristania, pero no fue así.

Tocaron “Meridian”“Manic Aeon”, con el rubio frontman encorvado meneando la cabeza, o adoptando su típica postura mientras cantaba (pie izquierdo apoyado en el “chivato”) y el acompañamiento vocal de Kristian.

Presentaba “A Shadow Of Your Own Self” con mucha frialdad, a pesar de los “e-e-e-e…” que soltaba Veland para que lo siguiera la gente.

La fémina nos daba las gracias, al igual que el grandote noruego y nombraba al baterista, tras esto “On The Wane”, con la voz de Morten grave y demoníaca y la vocalista volviendo a hacer los mismos movimientos de brazos y bailando de la misma manera durante todo el rato que estuvo en escena, a estas alturas ya no atraía la mirada de uno, resultaba su danza cansina y monótona. El líder a veces se dedicaba a beber mientras les tocaba cantar a sus compañeros. ¡Qué gélidos eran!. Al finalizar Gundersen daba las “¡grasias!”

Después del tema título de su disco, “At Sixes And Sevens”, dedicaban a sus hermanos y hermanas de los otros grupos “In A Manica”, preguntando donde estaba la audiencia y es que la gente no estaba respondiendo ni la mitad de lo que lo habían hecho anteriormente con sus compatriotas, se habían contagiando de la frialdad que desprendían desde arriba. Apenas recibían respuesta ni tras el “Motherfucker!” para los del fondo.

Anunciando la última “Sister Nightfall”, alargando al decirlo la última palabra, intentos de animar de nuevo y el guitarrista de rodillas. Daban las gracias a Madrid y nos decían que hasta la próxima.

Un grupo de extranjeros vociferaron “We want more!…..”, saliendo al instante, dando las gracias la vocalista y Morten llevándose la mano a su oreja para que la gente gritase más, el cierre definitivo fue con “Lethargica”, con palmas de la peña. A las 23:40 se despedían definitivamente con gracias, que nos amaban, que nos verían la próxima vez…

Marcador final: dos de cal y dos de arena.

Texto y fotos: Starbreaker