Editorial Septiembre 2018 “Des-concierto contra el Hambre Infantil”

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Si todo hubiera salido según lo previsto, el editorial de este mes estaría dedicado a contaros en qué consistiría la 3ª Edición del festival “Rock contra el Hambre Infantil”. Lamentablemente, os tengo que contar que esta nueva edición no se va a celebrar. Y os voy a explicar por qué.

Han pasado dos años largos desde que el gran batería José Martos lanzara el guante para organizar un festival de rock para paliar la malnutrición infantil en nuestro país. A su reto respondimos Justo Urbano (organizador de una más modesta primera edición), David Collados y yo mismo. El resultado fue un éxito total, con una asistencia de más de 500 personas, lo que sumado a la venta de merchandising y las aportaciones a la Fila Cero, nos permitieron recaudar más de cuatro mil euros que fueron a parar directamente a la ONG elegida para gestionar esta ayuda.

El festival en sí se desarrolló a la perfección, gracias a todos los colaboradores que arrimaron el hombro, cada uno en su tarea, y a la buena disposición de todos los grupos que actuaron de forma altruista: Ramoncín, Topo, Sherpa, The Val, Rafa Martín, Juanjo Melero, Atlas y Leonor Marchesi.

Dos años después, José Martos volvió a proponernos la organización de un nuevo festival en la misma línea. En esta ocasión Justo Urbano declinó participar debido a razones personales, y su lugar lo ocupó Carlos “Nano” Hervás, histórico bajista de Casablanca (ahora en Ron & Blues y All Men Brothers”), cuya aportación personal iba a ser muy positiva.

En la línea de salida teníamos muy claras varias cosas: Primero, no podíamos bajar el listón de la edición anterior, sino al contrario, debería ser un evento igual o superior. Segundo, habría menos grupos participantes para que pudieran tocar más tiempo cada uno. Y tercero, no íbamos a repetir grupos del festival anterior.

Pronto hicimos una excepción en el tercer punto. Hablamos con Ramoncín, quien desde el primer momento (como ya hizo en la edición de 2016), se puso a nuestra disposición de forma incondicional para actuar con su banda al completo en el festival. Fue tal su determinación que ni queríamos ni podíamos dejarle fuera. Es curioso como Ramoncín, quien no goza de simpatías en algunos círculos, se nos mostró (repito, igual que hizo en el festival anterior) como un ejemplo de compromiso y generosidad. Nada que ver con otros artistas, con mucha mejor “prensa”, que nos dieron con la puerta en las narices.

Con estas premisas, decidimos que el festival consistiría en un mínimo de dos bandas “grandes”, otras dos “medias” y la aportación de un power trío formado ex-profeso para la ocasión por Eduardo Pinilla, José Martos y Nano Hervás. Uno de los puestos “grandes” lo teníamos cubierto con Ramoncín, así que creímos que lo tendríamos relativamente sencillo para completar el cartel.

Comenzamos las labores de organización, con las ventajas que daba la experiencia de la edición anterior. Valoramos varias salas en Madrid y arrancamos con todas las labores que están en la sombra pero que son indispensables para un evento de estas características. Colaboradores anteriores como Fernando Cobo (para el backline) o Marcos Sánchez Perandones nos dieron el sí inmediato para que pudiéramos contar con ellos de nuevo.

Dado el buen resultado y la buena disposición de los presentadores de la edición anterior, a la sazón Beatriz Rico y Óscar Sancho, se lo volvimos a proponer. Aceptaron de inmediato. No fue una sorpresa, ambos tienen sobradamente demostrada su disposición y altruismo.

Una vez en marcha, nos pusimos a hablar con los posibles grupos que integrarían el cartel. Como os digo, de la edición anterior no quisimos repetir a ninguno salvo Ramoncín, y tampoco contactamos con aquellos que hace dos años se negaron a participar sin que hubiera un motivo de coincidencia de fechas con alguno de sus conciertos. Como ya pasara hace dos años, recibimos multitud de ofertas de grupos pequeños o semi-desconocidos que querrían participar, a los cuales estamos muy agradecidos, pero nuestra intención era llenar el cartel de grupos consagrados que aseguraran una buena asistencia, ya que el objetivo era superar, o al menos igualar, la convocatoria anterior y el dinero recaudado para los niños necesitados, el verdadero objetivo del festival.

Y aquí fue cuando comenzaron los problemas. Nos dimos cuenta que las puertas a las que llamábamos no se abrían, a veces con razones fundadas, otras veces con excusas peregrinas y también hubo algún NO rotundo. Finalmente parecía que lo íbamos a conseguir: Tuvimos el SÍ de José Andrea y Stafas, así que sólo nos faltaba un grupo “grande” que acompañara a Ramoncín en lo más alto del cartel. Hicimos una lista de artistas de talla reconocida y comenzamos las consultas. Fue frustrante ver cómo una tras otra nuestras esperanzas se iban truncando, bien por problemas de agenda o bien por evasivas poco creíbles. Sin embargo, una de esas opciones sí dio sus frutos, ya que Jorge Salán aceptó nuestra propuesta. Era uno de nuestros preferidos, así que Salán sería el colofón perfecto para el festival.

Sin embargo, cuando estábamos a punto de hacer público el cartel del festival, Jorge Salán nos llamó apenado para decirnos que le acababan de confirmar una serie de conciertos por toda Europa acompañando a Dee Snider y que ello le impedía actuar en nuestro festival por coincidencia de fechas.

El desánimo se apoderó de nosotros. Nos negábamos a hacer un festival de menos envergadura que el anterior, así que bajamos los brazos. Mejor una retirada a tiempo que una derrota. Por eso, esta tercera edición del festival no se va a celebrar. Al menos por ahora.

En la maleta nos llevamos la ilusión de los que quisieron estar y el desencanto hacia quienes pudieron y no quisieron. Y la constatación de que a veces la imagen pública de un artista no tiene nada que ver con la realidad. A veces para bien (caso de Ramoncín) y otras veces para mal.

Quizás dentro de un tiempo nos volvamos a plantear algo así. José Martos, David Collados, Carlos Hervás y yo mismo somos demasiado cabezotas como para tirar la toalla indefinidamente aunque ahora el mundo del rock, que tantas satisfacciones nos ha dado en la vida, nos ha defraudado.

Texto: Santi Fernández “Shan Tee”

Foto: Inma Carrión (Festival Rock contra el Hambre Infantil 2016)