SERIE Z FESTIVAL 2003 – Jueves 28, viernes 29 y sábado 30 de agosto de 2003, Feria de Muestras IFECA, Jerez de la Frontera (Cádiz)

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Jueves 28

Tras serios debates internos de si aprovechar las vacaciones para asistir cómodamente a la cita anual en Jerez con lo mejor del rockerío internacional o si de emplearlas para cosas más provechosas, finalmente optamos por lo primero (menuda elección) y a media tarde del jueves nos plantábamos en el lujoso Trip Jerez para asentar nuestra trinchera (no más ‘zonas de acampada’, por favor).

Entre el cansancio del viaje y la ya tardía llegada de por sí, COMMANDO 9MMROCK-A-HULASMOTOCHRIST y THE LORDS OF ALTAMONT nos pasaron desapercibidos (de los dos últimos hablaremos más tarde), siendo la escandalosa TEXAS TERRI la encargada de darnos la bienvenida al show.

Según nos aproximábamos al IFECA (recinto donde se celebra el evento, a 15 minutos a pie de nuestro hospedaje) ya íbamos escuchando a la doble T hacer gala de sus histéricos berridos. Lamentablemente, tras el canjeo de entradas por pulseras, el escaneo de rigor del recinto una vez dentro y el posicionarnos debidamente la Texas Terri Band se adentraba en la recta final de su repertorio, concretamente con el ya clásico “Sonic Reducer” de los Dead Boys del inimitable Stiv Bators y el mítico “I Wanna Be Your Dog” de los Stooges, que hicieron las delicias del respetable. En cuanto a la frontwoman decir que sigue con su cuelgue habitual, finiquitando con el torso desnudo (y enseñándonos las posaderas de postre) y haciendo gala de esas tiritas en los pezones al más puro estilo Wendy O Williams (qué más quisiera ella). Después de su actuación la pudimos ver campando a sus anchas por el recinto y haciéndose fotos con todo hijo de vecino (yo hasta me tropecé con ella). Por cierto, digan lo que digan sigo pensando que ahí dentro hay un tío.

En cuanto a THE WILDHEARTS no sé si alguien los vio, pero el que suscribe desde luego no, y los GEORGIA SATELLITES se retrasaron un poco (salieron al día siguiente), así que más que consultar el programa parecía que estabas haciendo un crucigrama. En ese sentido sí que hay que pegar un buen toque a la organización, eso de ir a ver si finalmente viene tu grupo está bastante mal (personalmente eché de menos a WARRIOR SOUL, otros ‘caídos en combate’).

El country-rocker JASON RINGENBERG venía sin sus Scorchers a presentarnos su reciente trabajo “All Over Creation”, y al final fue de todo un poco pero un tanto deslucido (según la opinión mayoritaria se echó de menos a su clásica banda secundándole). Aun así, y a pesar de no ser devoto del country precisamente, encontré el show entretenido, con esos “ioleré-i-u” tan carismáticos y esos alegres ritmos de viejo vaquero. En síntesis, un concierto en el que las tablas del frontman lo salvaron de la quema.

Pero la nota surrealista de la jornada venía sin duda de la mano de los japoneses THE MICHELLE GUN ELEPHANT, tanto por su procedencia como por encabezar una de las jornadas (¿por qué no estaban ahí Hellacopters, por ejemplo?). El grado de surrealismo se incrementó al ver a los cuatro músicos de Tokio trajeados para la ocasión, guitarras en ristre e incluso alguna cresta (ese batería!), con el respetable intercambiándose miradas de incertidumbre y estupefacción. Eso sí, una vez sonó el primer acorde las miradas desaparecieron como por arte de magia y no quedó otra que disfrutar de esa mezcla explosiva de punk garajero musicalmente incorrecto y tremendamente preciso. Al final de su actuación caras de sorpresa y satisfacción, aunque personalmente siga sin cuadrarme que exista una tradición punk nipona.

Texto: Bubba

 

Viernes 29

¿Existe el amor a primera vista?. Debe existir, porque me enamoré del cartel del Festival Serie Z nada mas verlo. Y es que a veces no se trata de ver a tal o cual banda, de hecho hay muchas bandas a las que les tengo más ganas que a estas que tocaron en Jerez, pero se trata de aprovechar el momento, del ahora o nunca y ahí, el Serie Z daba en el clavo. ¿Quién iba a pensar que después de casi toda una vida íbamos a volver a ver a Twisted Sister sobre un escenario?, ¿y a Junkyard o Georgia Satellites?. Ni en los mejores sueños o masturbaciones mentales hubiera llegado yo a elaborar un cartel como este. Cuando la mayoría de festivales tira al “sota, caballo y rey”, en Jerez íbamos a tener la oportunidad, única, de disfrutar de bandas que hasta hace un par de meses ni siquiera existían y que al día de hoy ya han dejado de existir. Que alguien, en este país, se atreva a traer este “material”, o está loco, o es un genio con las pelotas más grandes que el ego de Blackmore.

Pero no todo iba a ser bueno. No bastan los huevos para hacer las cosas bien. Hay también que tener profesionalidad y sobre todo capacidad. Que tu boca no te meta donde no puedan sacarte tus piernas. Si la parte “artística” del festival era una maravilla, la parte “organizativa” fue un caos y de los gordos. Se anunció a bombo y platillo una “zona de acampada” (¿?) decente cuando aquello fue algo más parecido a un campo de concentración nazi. Las personas de la organización necesitaban el libro gordo de Petete hasta para responder a unas “buenas tardes”, y lo peor de todo, no se puede hacer un festival donde se caigan tantas bandas y haya tantos cambios de “última hora”. Hay gente que paga, y mucho, para ver a un determinado grupo, que se traslada bastantes kilómetros, y es triste que luego se encuentre con que este grupo ha “desaparecido” de la programación. Mal vamos si estos “pequeños” detalles no se solucionan con tiempo. Que la policía no es tonta ni todo el monte es orégano.

El viernes día 29 estaba “clavao” como un reloj a las 16:00 horas en la puerta del recinto IFECA de Jerez. Del cartel que anunciaba a Bummer, Sin City Six, Leadfoot, Rock City Angels, Warrior Soul, Georgia Satellites, Junkyard, The Quireboys y Twisted Sister, se cayeron Leadfoot, una pena porque tenía muchísimas ganas de verlos, Rock City Angels, y esto sí que fue frustrante, ya que era una oportunidad única de ver a esta banda maldita pero cuentan las habladurías que el cantante se largó con la pasta, y Warrior Soul. Y se reubicó a última hora a los japoneses The Savoy Truffle, lo cual fue toda una bendición para las orejas como se verá mas adelante. Así que ante tal desolador panorama de caídas y movimientos pendulares sólo me quedó, previo trámite de conseguir mis entradas en taquilla, ya pagadas vía fax, con su desorden organizativo habitual, meterme para dentro a tomar el sol y una cervecita mientras salían a escena los primeros valientes.

Puedo aseguraros que el jodido sol pegaba de lo lindo y que aquel escenario debía ser un auténtico horno para rockeros. Las pocas personas, que no llegaríamos ni a 30, que nos metíamos en el único resquicio de sombra que había, gozamos, y digo bien, gozamos de una actuación que fue toda una patada en la cara. Al grito de “caralho” (en gallego, como más tarde me desveló uno de sus guitarristas) comenzaban BUMMER a patear culos a base de buen hacer. Con un buen sonido y mucha marcha, en poco más de media hora demostraron que el rock se lleva dentro y que es capaz de vencer a los elementos más adversos. Tocaban para 30 a pleno sol y parecía que estaban reventando el Marquee. Yo no había oído nada de ellos con anterioridad, me presentaba virgen, y ahora ando como loco detrás de su último disco “Vintage rock”. Impagable la colaboración del bueno de Kike Turmix.

Tenía muchas expectativas con SIN CITY SIX. Siempre me gustaron Pleasure Fuckers y quería ver cómo se desenvolvía la banda en esta nueva, y diferente, propuesta. He de reconocer que si ya tenía admiración por estos tipos, especialmente por Norah, que dio toda una lección de lo que es tener presencia sobre un escenario, ahora tengo mucho más. El nuevo cantante, que ha entrado en la banda tras la triste desaparición de Lee Robinson, Rusell Conway se dejó el pellejo literalmente. No sé cómo este hombre aguantó lo que aguantó moviéndose a esa velocidad y cantando con esa rabia, embutido en esa chaqueta de cuero a más de 40 grados. En media hora, -¿para cuándo más tiempo a todos los grupos?-, dieron un repaso a su ultimo disco, “Home of the brave”. Con un buen sonido, algo guarrón pero que dotaba de más fuerza a las coplas, y mucha caña dejaron preparado al personal, todavía escaso, para lo que se nos venía encima.

Los parones entre grupo y grupo vienen bien como descanso, para comentar la jugada y para avituallarse de provisiones. Aunque mejor dejar correr el tema de los precios de la bebida, que por lo menos estaba fresquita.

Como dije antes, Leadfoot, la banda que tendría que tocar a continuación, había sido cambiada por los japoneses SAVOY TRUFFLE, y aunque al principio me contrarió bastante, he de reconocer seguro que salimos ganando. Si no les ves los ojos rasgados jurarías que son del sur de los Estados Unidos sin dudarlo. Lynyrd Skynyrd, Black Oak Arkansas, Blackfoot o The Black Crowes, estos nipones no hubieran desentonado con ninguna de estas bandas y es que su nivel es de primera división. Si hubieran tocado más y con mejor sonido hubieran sido la revelación del festival, pero la maldita tontería de limitar el tiempo de las primeras bandas a media hora hizo que su actuación quedara a medias. ¿No iban a tocar 9 bandas y luego se quedó en 7?, ¿entonces por qué no alargar el tiempo a todos los grupos?. Misterios de la naturaleza. Por cierto, el encargado de echarlos de allí fue el “ilustre” Don Mariskal Romero, que estuvo de semi-presentador del evento, aunque poco más se le vio el pelo. Yo fui uno de los afortunados que pudo estrecharle la mano. Lástima que no me hiciera una foto. Engendros como éste deberían jubilarse o dedicarse a seguir promocionando a perlas como Amset y derivados y dejar a las personas de buen gusto en paz.

Pero volvamos a nuestros queridos japoneses. La banda formada por cantante, bajo, guitarra, batería y percusión nos dejó maravillados a los allí presentes. Desarrollos largos, con mucho protagonismo de la guitarra, una voz prodigiosa y el color que dota la percusión me encandilaron desde las primeras notas. Puedo aseguraros que las camisetas de la banda desaparecieron, literalmente, cinco minutos después de su actuación. Luego tuve la oportunidad de hacerles una entrevista pero desgraciadamente ni yo entiendo el japonés ni ellos mí ingles “nivel borracho”, no obstante creo que si entendieron el “I love you” que les solté arrodillado en señal de agradecimiento. Y es que lo poco que les dejaron ofrecernos fue de lo más intenso que nunca haya visto sobre un escenario.

La excitación crecía por momentos. Aunque ya sabíamos que no íbamos a ver una reunión en toda regla de THE GEORGIA SATELLITES, y bien que jodió eso, sí íbamos a tener delante nuestro a Dan Baird. Quizás pueda parecer exagerado pero, para mí, este señor se encuentra al mismo nivel que Mick Jagger, Angus Young o el mismísimo Jimi Hendrix. Teníamos delante a toda una institución del Rock and roll . Gracias a dios el sol se ocultaba ya en Jerez tiñendo la tarde de un color gris… ¿o serían las copas?. Como os digo no estaban los “Satellites” originales al completo, pero allí estaba el gordo de Ken McMahan de The Dusters ordeñando su guitarra y de qué manera para paliar las posibles faltas.

Hay una cosa que me gusta mucho de este festival y es la cercanía que se tiene con respecto a los músicos. Es, por decirlo de alguna manera, una sala al aire libre, un pequeño garito de verano donde compartir unas buenas noches de rock and roll. Y que a escasos metros de mí se encuentre Dan Baird me hace ponerme como una groupie histérica, me pone cachondo vamos. Qué maravilla salía de aquella vieja telecaster, un clásico detrás de otro, “Don´t Pass Me By”“Nights Of Mistery” o la maravilla sonora que es “Keep Your Hands To Yourself”, donde la voz de Dan alcanzaba cotas de auténtico éxtasis, ¿o era yo el que lo alcanzaba?

Siempre he dicho que no hay nada más jodido que intentar explicar la música, el sentimiento que ella provoca con palabras, y es que se hace difícil, muy difícil, racionalizar algo tan irracional como lo que sentimos el par de miles de personas que vimos a The Georgia Satellites, y es que Dan Baird vive cada nota, borda cada segundo como si fuera el último de su vida. Sólo había que ver su cara para darse cuenta de que amaba lo que estaba haciendo, ninguna pose, ningún efecto de cara a la galería que nos distrajera de lo que estábamos oyendo. Con la mayor naturalidad del mundo, con la habilidad del prestidigitador y con la maestría que sólo tienen los elegidos fue capaz de llevarnos al paraíso. Estábamos a mitad de camino y aquello ya había valido la pena.

Texto: Perico Salinas (Pears)

Foto: Starbreaker

No podía faltar a mi cita con tierras jerezanas para disfrutar del Z, porque para mi y para muchos que peregrinan a deleitarse en tan magno evento no es un simple festival más. Allí se vive el Rock sin artificios y con muchas ganas, aunque personajes vestidos/as para la ocasión y personajillos/as, hay como en todo gran evento.

Lo malo de todo es que no pude asistir a los tres días, pero más vale algo que nada. Así que al mediodía huíamos despavoridos de la capital almeriense y de su ruidosa y bulliciosa feria del mediodía. Costumbre “importada” de las ferias de Sevilla y Málaga que ha servidor cada año que pasa le da más asco, con música de usar y tirar y sevillanas metidas con calzador (¿dónde está el folclore típico de la tierra?), y donde se mira con gracia que la gente se emborrache en estas fechas, ¡menuda hipocresía!. Bueno no sigamos contando cosas de los festejos que me pierdo…

Largo camino que atravesamos para llegar a Jerez y cuando nos acercábamos a las inmediaciones del recinto empezaban a sonar Dan Baird y sus muchachos. Pero no pude meterme aún a ver la actuación porque la taquilla de las acreditaciones estaba en la parte opuesta de la entrada principal. Damos la vuelta y solicitamos nuestra pulserilla blanca de acreditados y además de eso nos dan un (“cencerro”) pase de fotógrafo, ¡estupendo!

Ya con mi pulsera de acreditado podía pasar directamente al backstage, pero como iba con un amigo (Pedro) y me apetece ver los conciertos como a uno cualquiera, vuelta a dar el rodeo para entrar por la puerta principal. Nos colocamos tras la mesa de mezclas y ya por fin vimos tranquilamente a “El Corazón de Georgia Satellites”. Desde ese lugar el sonido llegaba demasiado grave, pero pudimos disfrutar de Baird y su banda, no me alargo más en lo que me pareció el concierto porque ya lo ha comentado antes el amigo Perico.

Tras los Satellites nos encontramos con los amigos y compañeros de la página, aunque a Bubba y sus dos acompañantes los había visto un día antes en una visita fugaz a Almería camino de la cita rockera. Saludos, abrazos, risas, información de lo acontecido el día anterior, risas, los grupos caídos de ayer y hoy, mosqueos, risas, Perico que saluda a su manera al Marisco , muchas más risas…vamos a pillar algo para no deshidratarnos…jejeje. 

Los siguientes en actuar tenían que ser Quireboys, pero los camaradas nos avisan, y nos cercioramos en una pequeña hoja con el cartel del día que hay en la mesa de mezclas, que son los americanos JUNKYARD los siguientes. Grupo que publicó su primer disco de título homónimo cuando el Hard Rock angelino (Sleazy) estaba en todo lo suyo y que pasó desapercibido mereciéndose mucho más de lo que cosecharon, al igual que Circus of Power, por ejemplo. Y es que en esos días había saturación de grupos de ese estilo que surgieron como chinches con el éxito de Guns´n´Roses. Recuerdo que cuando me pasaron nada más publicarse en España su disco homónimo, “Junkyard” (1989), me dije: «¡vaya, otro grupo más siguiendo la estela de Slash y los suyos!”, pero no, tras unas cuantas escuchas estos tenían algo especial, además de muy buenos temas, más mala leche, su sonido era más macarra y Punk. Tras otro disco más de estudio decidieron separarse. Pero a partir del 2000 aparecen esporádicamente en directo (gira por Japón…). Gracias a la actuación en el pasado festival de Speedbugy (con el batería de la formación angelina, Pat Muzingo) se contactaba con la banda y se reunían de manera especial para este evento y para tocar cuatro días antes en un show en Hollywood.

¿Qué nos depararía un grupo reunido para la ocasión y que no está rodado?… pues, aunque parezca increíble, un fenomenal e histórico concierto, señoras y señores. De verdad, desde el primer tema hasta el final hubo una unión grandiosa entre el público y el quinteto, especialmente con el vocalista David Roach, ¡menudo genio!. ¡Vaya personalidad!, comiéndose las tablas con su presencia, mirada, movimientos sencillos y metiéndose al público en el bolsillo, sobre todo cuando bajó al foso de fotógrafos durante “Bloozed” y encaró la canción ante la locura de las primeras filas.

El inicio fue devastador con tres piezas de su primer larga duración, “Life Sentence”“Hot Rod” y “Long Way Home” (sonando esta muy a lo AC/DC) enlazadas una tras otra sin dar tregua.

Recuerdo a su “Sixes, sevens & nines” (1991) con “Misery Loves Company”, para volver al primer disco, que copó casi toda la actuación, con “Hollywood”. El cantante con una botella de vino bebiendo, cantando…aquello fue grandioso.

Tras “Clean The Dirt”, el momento emotivo de “Blooze” (con botella en ristre) ya comentado antes. David presenta a la banda: de la vieja guardia junto al vocalista están Chris Gates a la guitarra y con parecido al Gordo de Ratos de Porao como comentamos Perico y yo, el baterista Patrick Michael Muzingo, además del bajista Todd Muscat y el guitarrista Tim Mosher – que ya estuvo con la formación durante tres años – (¿alguien echó de menos a Brian Baker, desde hace ya tiempo con Bad Religion?), los dos, viejos amigos del grupo. Ya no tienen las pintas que llevaban en sus primeros tiempos, y eso qué más da, si se da un concierto tan grande como el que dieron.

Otro detalle con el público cuando el grandote Gates fotografía a los allí congregados. Continuando la fiesta entre los americanos y los presentes con “Simple Man” y sin parar unen a “Shot In The Dark” con los guitarristas al borde del escenario al comienzo.

Después del sabor rockanrolero clásico de “Texas”, donde los guitarristas se sientan en los “chivatos” sin parar de tocar, respiro con la baladilla “Hands Off” y recta final con descarga de adrenalina a borbotones con “Lost In The City”, una versión del “Tush” de ZZ Top (¡sorpresón!) y el desparrame con “Whole Lotta Rosie” (el tema que más me gusta de AC/DC), la gente cantando con todas sus fuerzas y volviéndose aquello en un psiquiátrico.

Acababan sobre las 22:30, cerca de una hora dando todo lo que tenían (que fue muchísimo) y la gente correspondiéndoles fervorosamente.

Cuando surgieron a finales de los ´80 QUIREBOYS uno ya estaba cansado de que vendieran a los grupos del Reino Unido como lo máximo. El grupo de Spike cosechó gran fama con su primer disco, “A bit of what you fancy” (1990), y luego se fueron diluyendo tras la edición de su segundo trabajo, a mi nunca me llegaron a calar, excepto alguna que otra copla, pero también hay que decir que por aquella época prefería mucho antes sonidos thrashicos, aunque no le hacía ascos a nada. De esta manera tenía algo de ganas de ver la vuelta a escena del “hijo bastardo” de Rod Stewart y su Rock and Roll, a ver si me convencían definitivamente.

Doce temas interpretaron Spike (con su pañuelo en la cabeza y sus bamboleantes movimientos), el guitarrista Guy y sus cuatro acompañantes, entre ellos el batería Michael Lee (que hace poco había estado con Thin Lizzy – es un decir, ¡morro tiene Sykes! – y que en su historial entre muchos otros ha pasado por Little Angels, Page & Plant…) y la nueva incorporación a la guitarra, Paul Guerin. Mezclaron canciones del nuevo disco de estudio, “This is Rock´n´Roll”, con temas antiguos: “C´mon” (segunda en sonar de su actuación), “Whippin´Boy”“Hey You”“This Is Rock´n´Roll”“There She Goes Again”“Misled”“Tramps & Thieves” y para el final los más conocidos viejos clásicos de la banda, la preciosa balada “I Don´t Love You Anymore”, y las festivas y rockanroleras “7 O´clock”con armónica y “Sex Party”. Finalizando minutos antes de la media noche.

En líneas generales el concierto estuvo bien, pero no terminaron de convencerme, también hay que decir que durante unos cuantos temas no pude prestar atención porque tuve problemas con el pase de fotógrafo que lamentablemente perdí, aunque modestamente creo que salieron mejor las fotos entre el mogollón que desde el foso. Ustedes dirán.

Este año se puede decir que ha sido el año que he visto bastantes grupos que jamás había pensado que llegase a ver, y menos en territorio hispano. ¡¿TWISTED SISTER en el Z?!, cuando me enteré de la noticia pensé que fuesen los grupos que fuesen ya merecía la pena el desplazamiento para ver a los neoyorkinos. Dicen que la gira que han hecho de reunión es para despedirse de su público en condiciones, pero tras ver en el estado genial de forma en el que están dudo de que tras la gira vuelvan a sus quehaceres de los últimos años tras su separación.

Círculo con logo del grupo (compuesto por cuatro trozos de las portadas de sus discos más exitosos) en el centro del telón y la palabra Twisted a la izquierda del redondel y Sister a la derecha (según mirábamos). Cerca de las 00:35 sonaba como introducción “It´s a long way to the top” (AC/DC) y el primero en salir es A.J. Pero que se coloca tras su batería, aclamado por el respetable y es que había muchas ganas de ver a los americanos. Después de unos minutos salen los cuerdas del grupo y se colocan de espaldas al público, se masticaba en el ambiente que aquello iba a explotar de un momento a otro e iba a ser una actuación para no olvidar jamás. Presentación con inicio del “What You Don´t Know (Sure Can Hurt You)” y….. “The Kids Are Back”, junto a “Stay Hungry”Parecía que el tiempo no había pasado apenas, mismas vestimentas, mismos maquillajes, estado perfecto y Dee Snider, me atrevería a decir que está mejor que en el pasado, tanto de forma física como cantando, era todo un torbellino, animando, vociferando, moviéndose de un lado a otro… además, aquello sonaba atronador.

Nos comenta que iban a patear nuestros culos y del primer disco de larga duración cae “Destroyer”, con el bajista Mark “The Animal” Mendoza (el único que no lucía look como antaño) demostrándonos el porqué de su apodo, arreándole unos buenos castañazos al bajo con el puño. Con solo de guitarra a cargo de Jay Jay French y el bajista lanzando un grito gutural al final. Sin tregua a nuestros oídos despliegan “Like A Knife In The Back” y que la gente demostraba o que estaban impactados por la caña y puesta en escena del grupo o que no conocían esta copla (me decanto por esto último), ya que alrededor nuestra e incluso en las primeras filas poco movimiento había. El voceras se retira en la parte instrumental del tema, como había hecho y haría en otras ocasiones, tras los amplificadores, ¿para tomar oxígeno?, a saber, pero fue todo un tornado durante el concierto.

Durante “Under The Blade” nos enseñan algo de coreografía ensayada y Snider tira finalizando el pie de micro. El guitarrista espigado nos presenta a su compañero Eddie “Fingers” Ojeda y comienza a charlar en castellano, comentando que tenía familia en Asturias y Barcelona y que estaba orgulloso de estar en España, además de decir que estaban presentado 10 shows en Europa después de 16 años, ¡anda que no largaba y controlaba el joío!.

Se suceden sonando atronadoras “You Can´t Stop Rock´n´Roll”“I Am (I´m Me)” y “The Fire Still Burns”Vuelta a platicar Ojeda (había ya tomado carrerilla, jejeje).

En “Ride To Live, Live To Ride”, servidor botando junto a Vicente (amigo de Bubba) y más subidón con “Shoot ´em Down” (luciendo ya totalmente el vocalista una camiseta negra de rejillas sin mangas). ¿Había algún tema que sobrara o aburriese?……¡NINGUNO!. Unían la anterior a “We´re Not Gonna Take It”, poniéndose todo el mundo a pegar botes, cosa que no habían hecho muchos anteriormente, ¿acaso sólo conocían esta?……¡apufff!. Paran un poco el tema para que Eddie nos haga cantar “No los vamos a coeeeeeer…”, para continuar y la gente vociferando con “oeoeoeoe…”, siguen y al final cánticos de nuevo de la gente. Cosa que nos agradecen llevándose la mano al corazón.

“The Price” es enlazada a “I Believe In Rock´n´Roll”, volviendo a hacer que la gente cante el estribillo hasta la extenuación.

Voz gutural de Snider al presentar “Burn In Hell”, con luces rojizas que vienen de maravilla, pelos como un erizo ante un ataque. Intercalan durante el tema el solo de batería, la cual es elevada unos cuantos metros (la verdad es que me esperaba más cosa). Presentando Dee al baqueteador y continuando para finalizar la canción.

Traducción de Ojeda de lo que iba diciendo Snider, haciéndonos que nos desco/o/náramos con lo que decía y con la expresión de que era el vocalista “con más huevas que un buho”. Buen rollo había entre la banda y con el público ni qué decir.

El guitarrista moreno nos pregunta “¿están listos?” y otro himno de los más conocidos “I Wanna Rock”. Haciendo una y otra vez que nos dejáramos la garganta berreando el estribillo y para culminar el frontman poniendo a todo el público brincando con el puño en alto y cantando. Imborrable momento.

Se retiraban a las 2 de la madrugada, pero tenían que darnos la estocada final. Inicio de… me encanta este comienzo y el frenético tema… “Come Out And Play”Me vuelvo loco y me voy a primera fila, pegao a la valla, pero sin agobiar ni empujar, cosa que al parecer molestó a una chica ¿?, que pensaría que esa zona era suya, en fin, para alucinar.

Concluían con “S.M.F.”, volviendo al juego con el público en el estribillo y acabando con pirotecnia ardiendo el logo del grupo.

Exhausto quedé con el concierto de las bestias maquilladas y con una amplia sonrisa de haber visto algo histórico.

Texto y fotos: Starbreaker

 

Sábado 30

Entre el cansancio de llevar dos días de festival (con sus correspondientes noches) y escarmentados de la penosa organización a la hora de cumplir con horarios y grupos (por lo demás bien, que conste), el sábado llegamos directamente al grano.

HYDROMATICS fueron lo primero que divisamos al entrar por tercer día consecutivo al recinto (Distraction fueron otra de las bajas, suma y sigue), y al tercer tema ya estábamos hartos. Simples, repetitivos y cansinos, algo que se acentuó más si cabe por el mero hecho de que Blane Cartwright y sus NINE POUND HAMMER eran los siguientes en salir, y había más que ganas.

Blane repetía edición tras su triunfal visita el año anterior con Nashville Pussy, y si bien no se llevó las ovaciones de antaño (Ruyter esta vez no estaba delante, sino a un lado del escenario como manager), tanto él como su compañero -y co-líder- el gigantesco vocalista Scott Luallen (los únicos miembros fundadores, si no me equivoco) salieron a rockear agusto y a contagiarnos su cowboy-punk acelerado de la mejor forma posible. La esposa de Blane no paró de animar en el lateral (incluso salió con la bandera de Nashville a gritar «Nine Pound Hammer!»), y Blane y el bueno de Scott, camiseta de Kiss en ristre, acabaron intercambiando papeles en la recta final (Blane al micro y Scott a las seis cuerdas) para marcarse unos «Two Tub Man» (Dictators) y “Train Kept A Rollin’” que nos acabaron de calentar para los platos fuertes del día. Cañeros.

El primer plato fuerte, HELLACOPTERS, una de mis razones de peso por las que acudir al festival (junto a Twisted Sister, claro). Lo primero que me llamó la atención -supongo que a mí y a más gente- es que la frescura de los comienzos ha dejado paso a un rol más profesional, algo lógico por otra parte (ahora venden unos cuantos discos más), y lo que antes eran shows de auténtico desenfreno ahora son demostraciones de rock’n’roll con clase, tanto musical como estilísticamente hablando (esas poses estudiadas). El set-list fue claramente a su antojo, sin atender excesivamente al protocolo pero sin dejar de entusiasmar: los recientes “By The Grace Of God” abriendo, las dulces “Down Of Freestreet” y “Carry Me Home” y el marchoso “Better Than You”, el inevitable “Hopeless Case Of A Kid In Denial” con autodedicatoria incluida por parte de Nicke, “Toys And Flavors”“No Song Unheard”, la adrenalínica “Move Right Out Of Here” (eché en falta “The Devil Stole The Beat From The Lord” especialmente), las descomunales “You Are Nothin’”“Soulseller” y la primeriza “(Gotta Get Some Action) Now!” y, como colofón final, un “Search And Destroy” de los Stooges que puso el broche de oro a una actuación quizá demasiado sobria y corta pero soberbia. No me cabe duda, Nicke y su inseparable gorra ya conforman una de las imágenes del rock de última generación.

El segundo, RADIO BIRDMAN, sin duda alguna el sorpresón del festival (de Hellacopters no esperaba menos, y de los ‘Sister imaginaba lo que iba a pasar). ¿Cómo se puede rockear de esa manera con tantos años a cuestas? A Rob Younger parece como si le hubieran sacado de la tumba para dar un concierto póstumo, y casi nos volvemos con él. Era como si tuviera un interruptor y al comienzo de cada tema lo enchufaran (entre medias ni tan siquiera podía dirigirse al público, encargándose el guitarra). El repertorio letal (prácticamente su “The Essential (1974-1978)” al completo), versión de Blue Öyster Cult incluida, y el sonido simplemente bestial (el mejor del festival, sin duda). Por su parte, la puesta en escena no pudo ser más contagiosa, con esos bailes de Rob Younger a lo Iggy (brazos semipegados al cuerpo y movimientos ‘homo’) y el guitarrista luciendo imagen extravagante al más puro estilo Satriani, contrastando con un teclista que parecía haber salido directamente de un descanso de McDonald’s. Al final regalo del público a Rob Younger incluido (no sé lo que era lo que cayó en el escenario, pero se fue muy agradecido) y la ya mera convicción de que la gallina vieja es la que hace el mejor caldo. Dioses.

Y eso fue lo que dio de sí la improvisada edición del serie Z del 2003. Sólo resta agradecer a la organización las facilidades para nuestra asistencia, pero de paso pegarles un tirón de orejas por esos bailes de horarios y de grupos (a seguir mejorando). Dicen que ya están apalabrados grupos como Cinderella para la próxima entrega, si no pasa nada allí estaremos para verlo.

Texto: Bubba

Fotos: www.indyrock.es