DREAM THEATER – Jueves 12 febrero 2004, Coliseu do Porto (Oporto, Portugal)

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Mi primer concierto en estas tierras oporteñas, y es que no proliferan los conciertos de grupos internacionales por este país a pesar de no quedarse a la zaga respecto a España en cuanto a interés por el rock y el metal. Y así se vino a demostrar en el Coliseu do Porto, donde hubo un lleno completo para ver a Dream Theater, lo que supone unas 3500 personas, algunas de ellas venidas de la vecina Galicia.

A las 9 en punto se apagaban las luces del Coliseu y en una pantalla se podía leer: “A long time ago, In a Galaxy far away…” tras lo cual un “1984” y un video comenzaba a proyectar imágenes de la historia del grupo desde los inicios. Lo más curioso fue ver imágenes de cuando se llamaban Majesty, enfundados en mallas y muy ochenteros ellos.

Las imágenes fueron pasando por todos los discos sacados hasta que salió la fecha 2004. En ese momento comenzaron a salir los componentes del grupo, Jordan Rudess luciendo una peluca de pelo largo que duraría puesta el primer tema. Comenzaban con fuerza, el tema “As I Am” sonaba atronador y contagiaba mucha energía a los que allí asistíamos al espectáculo.

La acústica del Coliseu era muy buena y se distinguían los instrumentos de manera que podríamos disfrutar de la calidad de los músicos sin ningún problema toda la noche. Tras el primer tema enlazaron “This Dying Soul”, también perteneciente al último trabajo de la banda. Empezaban con fuerza, sonido muy thrasher, y ya me relamía ante la posibilidad de que tocaran todo el último disco de un tirón como había leído que habían hecho en alguna ciudad europea. De hecho, los dos temas interpretados, y pertenecientes a su último trabajo, habían sonado muy bien en directo.

Pero pronto se encargaría LaBrie de desmentirme ya que tras dar las buenas noches nos comunicó que tocarían temas del “Train Of Tought” dispersos entre el resto del set-list. Y tras este breve descanso continuaban con “Beyond This Life”, parece que seguían con temas rápidos. La gente estaba ya totalmente metida dentro del concierto, aunque a mí me pareció que el grupo no estaba muy comunicativo. “Beyond This Life” fue extendida con un solo de guitarra de Petrucci, en el que nos demostró la calidad técnica que tiene, y que gracias a las pantallas se pudo observar con todo lujo de detalle.

Tras el solo de Petrucci le tocaba el turno a Rudess, que a mi particularmente me encantó y divirtió mucho (este hombre es un auténtico showman aunque estuvo, como el resto, menos divertido que la otra vez que les he visto), y que se marcó al final un duelo con Portnoy mientras salían imágenes de Frank Zappa en las pantallas. Precisamente esta jam parece que fue un recuerdo al loco de Zappa. Tras la vacilada instrumental el concierto pegó un frenazo con la preciosa “Hollow Years” para volver a alcanzar una velocidad y energía vertiginosa con “War Inside My Head” y “The Test That Stumped Them All”“Under A Glass Moon”, “Endless Sacrifice” y “Finally Free” (¡qué preciosidad de tema!) fueron los restantes temas de la primera parte del concierto, tras los que se metieron en el back stage y nos dejaron con un tren en las pantallas de video y un “The next train leaves in 15 minutes” (el próximo tren sale en 15 minutos), los minutos cambiando según pasaba la cuenta atrás.

Sonaba de fondo el Damnation de Opeth, que más se podía pedir!, y era momento de hacer cuentas sobre lo que esta primera parte había supuesto. Mucha energía, mucha calidad, mucho sentimiento y un público que estábamos entregados cantando y bailando aunque, como ya he comentado antes, a mi me fallaba la comunicación del grupo. De Myung y Petrucci no se puede pedir mucho porque son poco comunicativos en el escenario, pero del resto, Rudess y Portnoy estuvieron más fríos de lo que yo les recuerdo en Londres en la gira anterior, y LaBrie había sido casi el único que lo intentó con insistencia.

Pero la cosa cambiaría en esta segunda parte. Al final de la cuenta atrás volvieron a apagarse las luces del Coliseu y el grupo arrancó con “Trail Of Tears”. Quizás un comienzo demasiado lento como para calentar de nuevo al público tras el descanso. De esto se encargó “Honour Thy Father” que fue el siguiente tema que sonó, seguido de otro solo de Rudess en el que estuvo más simpático y vacilón, más natural, con el público.

Tras el solo enganchaban con la parte primera instrumental de “A Mind Beside Itself”, “Erotomania”, con un Mike Portnoy tocando prácticamente con la mano derecha mientras lanzaba baquetas a LaBrie que estaba en el lateral del escenario, y que a su vez se las devolvía a ver si Portnoy las cogía al vuelo. Siguieron de manera natural “Voices” y “The Silent Man”, para acabar el show con “In The Name Of God”, mientras se mostraban imágenes emotivas de Nueva York en las pantallas.

Se metieron los músicos en el back-stage y nosotros empezamos a gritar, corear el nombre del grupo y aporrear el suelo con los pies (qué diferencia con los ingleses, madre mía!!) porque obviamente queríamos más. Y ellos ya tenían en mente el primer bis: “Metropolis pt.1”. La gente comenzó a botar, a cantar y vibrar de nuevo con el grupo. Por qué será que muchas veces la gente se vuelca más en los bises que durante el resto del concierto? Al menos esa fue mi impresión. En los instantes finales de “Metropolis pt. 1” se cambiaron los instrumentos, LaBrie se fue a la batería, Portnoy cogió el bajo a Myung, Petrucci se fue a los teclados de Rudess y éste se enfundó la guitarra de Petrucci. Myung se metió para dentro (y creo que hasta le conseguí ver una sonrisa) aunque volvió a salir a ayudar a Portnoy con su bajo, o a controlar que no se lo rompiera, quién sabe! Nosotros aplaudiendo y gritando a raudales porque queríamos más.

Desgraciadamente no hubo más. Tras saludar a los asistentes, irse al back-stage, volver a salir a saludar (Portnoy con batín tipo boxeador), se encendieron las luces y la música de ambiente volvió a sonar.

Otra noche mágica había pasado, dividida en dos partes de las que quizás me gustara más la primera, y en compañía de un grupo que en directo ganan enteros, siempre a mi entender, claro. Y ya estoy esperando al próximo concierto con ganas. Esto de la música en directo es increíble, y más si el grupo está formado por magos como éstos.

Texto: Ramiro Morales “Motorhead”