STONED AT POMPEII + ELECTRIC FENCE – Viernes 20 de abril de 2018, sala Trashcan Music Club (Madrid)

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Había varios motivos por los que este concierto lo tenía marcado en rojo en mi calendario. Por un lado, siempre es un placer disfrutar de Electric Fence en directo, toda una garantía para disfrutar de un gran grupo que pronto debería llamar a la puerta de los grandes. Por otra parte, sería mi estreno en directo con Stoned At Pompeii, ya que a pesar de que el grupo vigués pisa con asiduidad escenarios madrileños, nunca había tenido ocasión de verles sobre las tablas, algo que me apetecía mucho después de comentar (y disfrutar) su disco “Ancroidal”. La guinda del pastel iba a ser una sorpresa que iba a hacer este concierto especial e inolvidable, de la que hablaré más adelante.

Todo ello hizo que la sala Trashcan rozara el lleno absoluto. Bien es cierto que su aforo no es demasiado grande, pero siempre es una satisfacción ver cómo se llena un concierto de rock, en los tiempos que corren.

Tras numerosos cambios de formación y tres discos bajo el ala, Electric Fence parece haber encontrado la estabilidad necesaria para ofrecernos su mejor versión en esta formación de cuarteto, con una sola guitarra. De aquel primer grupo que echó a andar en 2002 únicamente queda el bajista Eduardo Morales “Dudu”. En este tiempo, el desfile de músicos que ha pasado por la banda ha desembocado en la que seguramente sea la mejor formación que han tenido en su carrera, con Sergio Gabaldón “Hares” a la guitarra, Luis Maldonado a la batería y la espectacular voz de Jorge Coello “Gorjo”.

Electric Fence basó su concierto en temas de su último disco, “Motorkiller”, con la única excepción de su ya clásico “Get Some Rock’n’roll Tonite” con el que cerraron el concierto, recuperado de su disco “Shock’N’Roll”. Hay que decir que tenían previsto estrenar un tema nuevo llamado “Iron Surgery” que irá en un futuro cuarto disco, pero por premuras de tiempo se quedó en el tintero.

La sensación general entre los que somos asiduos a sus conciertos es que la banda suena mejor con una sola guitarra. Si bien esto genera un trabajo extra a Hares, el sonido resulta más limpio y nítido y la conexión con el público es igual o mayor. La base rítmica formada por Dudu  y Luis sigue siendo una de las claves del sonido cañero y sureño que destilan los temas, siempre comandados por la enorme voz de Gorjo, que dejó boquiabiertos en especial a quienes era la primera vez que le veían en directo.

Arrancaron con “Don’t Dare”, con buen sonido y muchas ganas, aunque fue con “Stole The Fire” cuando se ganaron definitivamente al público que llenaba la sala, con coros unánimes de los asistentes en uno de los temas clave en todos sus conciertos.

Los aromas setenteros de “Red Moon Eclipse” nos llevaron a otros de los puntos álgidos del concierto con el rock and roll descarnado de “Turn It On”, que en directo siempre se muestra más cercano a AC/DC que su versión en disco, a la que siguió la rocanrolera “Hold My Claw On You”.

El público estaba entregado, en especial en las primeras filas donde se apostaban los más habituales seguidores del grupo, que lanzaban constantes mensajes de ánimo a la banda, así como la habitual petición al bajista Dudu para que se quitara la camisa, algo que en esta ocasión no atendió. En este momento, Gorjo aprovechó para saludar a sus padres, presentes en la sala, dedicando el precioso “What I Am” a su madre, ya que este delicado tema es su favorito.

El concierto avanzaba y el tiempo corría más deprisa de lo previsto, así que nos plantearon la posibilidad de elegir entre tocar el tema nuevo que tenían previsto presentarnos, “Iron Surgery”, o pasar directamente a “Black Widow”. La elección del público fue rápida y contundente, ya que “Black Widow” es uno de los temas que mejor les funciona en directo. Así que Hares comenzó a tocar y la sala se volcó patas arriba, con todo el mundo saltando y coreando el que ya es el himno más esperado de Electric Fence.

Para finalizar el concierto la banda se desmelenó del todo, empalmando el tema que da título al último disco, Motorkiller” con su ya clásico “Get Some Rock’n’Roll Tonite”, dejándonos plenamente satisfechos y con ganas de más.

No había más tiempo porque nos esperaba otro gran grupo como Stoned at Pompeii, a los cuales tenía muchas ganas de ver. Su disco “Ancroidal”, comentado recientemente en la web, me gustó mucho, así que me dispuse a disfrutar del directo de este grupo venido desde Vigo.

Tras el mínimo tiempo necesario para adecuar el backline, Stoned at Pompeii salieron al escenario. Visualmente contrasta la cuidada imagen de Adolfo (guitarra y voz) con la más sobria de Paul Rodga (guitarra). Al bajo, Antón “Piru” es un torbellino que no para de saltar, tirarse al suelo y sentir la música, algo que transmite al público. Tras todos ellos, Cristian García se mostró como un excelente batería que es el sustento necesario para la energía que transmite la banda.

El concierto repasó por completo su disco “Ancroidal”, aunque en diferente orden que viene en el CD. Comenzaron, eso sí, con “Life Is My Name” y desde el primer momento engancharon con el público, en especial Adolfo, quien es el mayor vínculo del grupo con la audiencia: canta, toca la guitarra e interactúa con el público en todo momento. Buena voz, buen guitarrista y un frontman completo.

Siguieron con “The Slave In Me”, con claras influencias de Metallica, para gozo de la porción más heavy de sus seguidores. Por cierto, había un buen grupo de ellos venidos desde Vigo para acompañar al grupo en su andadura madrileña y mostrarles todo su apoyo desde las primeras filas, algo que siempre es de agradecer.

El concierto continuó desgranando los temas del disco. “Hit The Ground” tiene el punto de comercialidad bien entendida que le permite conectar con toda clase de público. Todo un single en potencia.

La intensidad bajó con “Nobody Will See You”, un tema más exquisito que muestra cómo la banda puede acometer con éxito estilos muy diferentes entre sí. De hecho, es una de sus mayores virtudes.

“That Train Is Not Gonna Wait” supuso uno de los mejores momentos de su concierto, algo que aprovecharon para hacer cantar al público, dejándonos sensaciones aún mejores que en el disco. A pesar de que es un grupo relativamente joven, han ganado experiencia a pasos agigantados. Todos sus componentes se mueven con soltura en el escenario y la conexión con el público es perfecta.

Desde que escuché el disco estaba deseando experimentar en directo el tema que le da título, “Ancroidal”. Aunque en el CD viene dividido en dos partes, siempre lo consideré un tema único. Por eso, cuando Adolfo lo presentó me preparé para lo mejor. Sin embargo, no terminó de engancharme como esperaba. Ciertos problemas de sonido, leves pero molestos, y el hecho de que siempre me han dado alergia los sonidos pregrabados (teclados en este caso), hicieron que no disfrutara al 100% de lo que para mí es su mejor tema. Entiendo la necesidad de recurrir a esta tecnología, pero siempre me produce cierto repelús. Aun así, la sensación no era compartida por el resto de público, quienes disfrutaron de la introducción suave de “Ancroidal Part I” y el desenlace en la más completa “Ancroidal Part II”. La interpretación vocal de Adolfo fue espectacular, bien acompañado por el resto de la banda.

El concierto se retomó con más alternancia entre energía y sentimiento, con “Vortex” y “Epìc Fall”, donde volvieron a aparecer los teclados pregrabados y, afortunadamente, desaparecieron los problemas de sonido.

Me gusto especialmente “The Story Will Remain”, un tema extenso, tierno y emocionante que va ganando poco a poco en intensidad hasta llegar a un final épico a dos guitarras que se extendió hasta llegar a un clímax final impresionante.

Tras él, llegó la sorpresa que haría de esa noche algo inolvidable para todos los presentes y en especial para los dos afectados: Stoned at Pompeii invitaron a subir al escenario a Gorjo, cantante de Electric Fence, para hacer juntos una versión de “Crazy Little Called Loved” de Queen. Nada más subir, Gorjo se lo dedicó a Lore, su novia, muy fan de Queen y que llevaba todo el concierto disfrutando en primera fila.

Ciertamente la interpretación de la versión fue brillante, con la gran voz de Gorjo sobre el soporte instrumental de Stoned at Pompeii, pero lo mejor vino hacia el final del tema, cuando Gorjo subió a su novia al escenario, quien aceptó con cara de extrañeza. Y entonces, cuando Lore ponía cara de “¿y qué hago yo aquí?”, Gorjo se llevó la mano al bolsillo, sacó un anillo de compromiso y le pidió matrimonio en ese mismo momento.

La ovación fue increíble. Todo el público se apelotonaba en primera fila para inmortalizar en su memoria el momento. La respuesta afirmativa de Lore y el grito de Gorjo “¡¡hay boda, señores!!” queda ya como uno de los momentos inolvidables de mi larga trayectoria concertil.

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Dada la emoción del momento, quizás no hicimos todo el caso debido al final del concierto de Stoned at Pompeii, quienes acabaron su set con “Heels Are Made To Be Broken”, mientras que todo el mundo se apelotonaba para felicitar a los nuevos prometidos. Aun así, este tema final fue la fiesta que este concierto merecía.

No hubo tiempo para más. Mis expectativas previas sobre esa noche se cumplieron con creces: Volví a ver a Electric Fence en directo, que siempre son una garantía, descubrí que Stoned At Pompeii son tan buenos en directo como en disco, y presencié uno de los momentos más románticos que un rockero puede vivir.

A ver cómo superáis esto, chicos.

Texto y fotos: Santi Fernández “Shan Tee”

Vídeo: Nerea Gómez