VARGAS BLUES BAND + EL LUNÁTICO + HOUGAR – Viernes 2 de abril de 2004, sala Génesis (Almería)

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Cartel variopinto el de aquella noche que servía para la presentación del XVIII festival Candil Rock y del III concurso de maquetas del veterano programa radiofónico almeriense Bella Durmiente. Aunque allí nadie hizo mención de esos dos eventos, yo tan solo vi publicidad cerca de la mesa de mezclas, no sé si en la barras pondrían también algunos folletos, pero como “mi religión” me prohíbe gastarme como mínimo tres euros por un vaso de plástico con cerveza (una caña o menos aún), pues ni me acerqué por donde sirven bebidas… no quiero ni imaginar lo que cobrarán por un cubata.

Los organizadores o promotores se “lucieron” con la entrada. Además de cutre, supuso el ahorrarse la imprenta, valiéndose de las sobrantes entradas de otro concierto de la formación de Javier Vargas. ¡Menudos chapuzeros!

Las dos bandas que precedían al plato fuerte de la noche eran de Almería, pero no tuve conocimiento de ellas hasta pocos días antes. Bien es cierto que hay que escuchar de todo y en la variedad está el gusto, pero si esa noche no hubiesen tocado esos dos grupos hubiese sido mucho mejor.

HOUGAR fueron los primeros en subirse a las tablas, a eso de las 23 horas. El cuarteto formado a finales del 2002 pasó con más pena que gloria aquella noche. Ni sus versiones de clásicos del Rock internacional y alguna que otra del Pop-Rock hispano, ni los fallidos intentos de su “hombre-orquesta” Óscar (voz, en ocasiones teclados y en otras guitarra) por animar a los allí presentes, lograron que se les hiciera caso, apenas se percibió algún atisbo de aprobación, si acaso, por educación, cortos aplausos tras cada tema.

Y es que el repertorio elegido no es suficiente para animar, también debe haber algo de sustancia entre los músicos, pero tocaban como desganados (exceptuando al cantante), especialmente el guitarrista José, dando como resultado que en la pista donde se ubica la gente para ver los conciertos hubiese menos público que vello púbico en la zona correspondiente de una muñeca (dicho finamente).

Las dos primeras versiones fueron, “One Vision” (Queen) y “It´s My Life” (Bon Jovi), luego fueron interpretando, entre otras, con mayor o menor acierto (predominando esto último…) “Llamando a la tierra” (bien conocida por la adaptación de M-Clan, pero original de Steve Miller Band), “Rayando el sol” (Maná)… la nefasta interpretación de “Maldito duende” (Héroes del Silencio), “Knocking On Heaven´s Door” (Guns ´n´ Roses, genuina de Bob Dylan) y acabaron (tras cerca de cincuenta minutos, ¡por fin!) con “I Got You (I Feel Good)” (James Brown). Típico grupo que si te lo encuentras tocando en las fiestas de un pueblo perdido y va uno bien contento pueden hacer la noche algo más amena, si no… para olvidar. Posiblemente otro grupo le hubiese puesto más ganas.

Con los siguientes empezó a llenarse la pista, y es que visto lo visto EL LUNÁTICO cuenta con un buen número de seguidores/as. Los padres del invento, Juanmi Capel (voz y guitarra española) y Antonio García (guitarra acústica, española y eléctrica) comienzan en el 2000. Después de un año realizando un buen número de conciertos por toda la geografía almeriense, deciden presentar una maqueta con cuatro temas, “Calle del aire”, al III Festival Pop-Rock Ciudad de Almería, resultando ganadores y pasando a grabar su primer CD, “Volver a verte” (2003). El dúo se hace acompañar en directo de seis buenos músicos del panorama almeriense: Antonio Verdegay (guitarra eléctrica), José A. Villodres (percusión), José Cruz (coros y cajón), “Chico” (batería), Jimy (teclados) y Esteban Vargas (bajo). Así que todo el batallón de El Lunático hicieron menear y cantar a la gente con su buen Pop-Rock con mezclas de flamenco y músicas diversas (mestizaje al estilo de Manu Chao). Sonaron excelentemente, tocando temas de su disco, dejando para el final dos piezas que no entraron en el trabajo, invitando a una de ellas a un amigo que los acompañó con su armónica. No es un estilo que me apasione, pero tengo que reconocer que lo hacen de maravilla y que si alguna compañía poderosa los colocara en muchos sitios seguro que iban a triunfar.

A pesar de todo, hubiese estado más acorde con el evento, y yo lo hubiese preferido, el grupo murciano de igual nombre (pero en plural), Los Lunáticos (con el ex M-Clan Santiago Campillo y Miguel Bañón-Los Marañones).

Y por fin sobre las 01.23 h. el baterista ocupaba su puesto y los otros dos músicos (con gorras) se colgaban sus instrumentos para arrancar con un tema instrumental y a partir de ahí quedarme ensimismado por las notas que saca de su guitarra Javier Vargas, acompañado, como siempre, de excelentes músicos. Esta vez sólo con dos más, lo básico, a lo Cream. Después del magnífico tema de inicio Javier nos daba las buenas noches, agradecimientos por estar allí y recordarnos que como VARGAS BLUES BAND ya llevan doce años (este año + 1) en candelero, continuando, como mejor saben hacerlo, con piezas de alta calidad, “Get Ready”.

La verdad es que no soy un gran conocedor de la música del grupo (hay que ponerle remedio sin falta cuanto antes), pero siempre he considerado a Javier un músico de enorme valía en nuestro país, y que para variar, creo que no tiene el suficiente reconocimiento por parte del gran público y de la industria.

“Scratch Me Back”, era bautizada graciosamente por el vocalista y bajista como “Ráscame la espalda, Esmeralda”. Fueron desgranando temas de Blues-Rock de toda su extensa discografía, caso de “Blues Magic”, tras el cual Javier presentaba al bajista y cantante Luis Mayo desde Argentina, que comenzaba un pequeño solo de bajo (acompañado por palmas) utilizando la técnica del slap para iniciar “Body Shock”. Luego nombraban al batería Gustavo Segura, desde Buenos Aires, teniendo su momento de lucimiento en solitario. Hacer mención que Javier desde pequeño siempre ha estado ligado al país de la bandera albiceleste, donde comenzó a tocar la guitarra tras regresar sus padres (emigrantes españoles) a aquellas tierras. Después de un pequeño solo de Javier que unieron a un tema, homenajearon a Muddy Waters con el instrumental “Rumbling And Tumbling”.

El guitarrista se quejaba de que no hubiese aire acondicionado, sudaba de lo lindo entregándose en cada nota, llegando en ocasiones a utilizar el tubo metálico para restregar las cuerdas del mástil, como así hizo en “Make Sweet Love 2 You”, donde se marcó un solo de guitarra impresionante. Diciendo de nuevo los nombres de sus acompañantes argentinos.

Luis Mayo presentaba “Jugo de tomate frío”, perteneciente a una banda argentina de Blues desconocida, Manal. Al tema en castellano le siguieron “2001 Blues” (vuelta a nombrar el líder a sus dos colegas), y un tema del disco “Bluestrology”.

Comentaba el reputado instrumentista que su vieja guitarra Strato(caster) había viajado mucho (y es que el madrileño ha recorrido gran parte del mundo para tocar), recordando a su amigo Miguel Ríos (formó parte de la banda de este y grabó varios discos…) así que para que la guitarra no se pusiera celosa la cogió e hicieron “Madrid-Memphis”, la parte del solo en este tema fue para entrar en éxtasis.

Presentaba la siguiente recordando que la había hecho con Jeff Espinoza (cuando formaba parte de la banda y ahora en Red House), “Black Cat Boogie”, con un extenso solo, tras el cual Luis nombraba al artífice de este. Luego, como si de una improvisación se tratara fueron enlazando pequeños trozos de clásicos del Rock, acompañados en ocasiones por palmas, de Cream (si mal no recuerdo), “Pretty Woman”“Satisfaction”, hizo el genial “Eruption” de Van Halen que tanto influyó a guitarristas tras la publicación del primer disco de los americanos, “You Really Got Me”, y para cerrar “Born To Be Wild” cantado y cantando la gente. Alucinante final.

La gente pedía más, aunque no con muchas energías. También es cierto que a esas horas (sobre las 03.00) había menos gente en comparación a la actuación de El Lunático. Para mi una aberración, pero bueno, puede ser que al día siguiente tuviesen que trabajar, no les gustase o hubiesen preferido irse de juerga (hay gustos para todo). Tampoco se hicieron de rogar mucho, volvieron a bajar las escaleras que conducen al escenario y mientras Javier afinaba, los dos argentinos improvisaban, pasando después a hacer un tema con orgasmo instrumental iniciado con aires flamencos y haciendo que la guitarra prácticamente hablara, aunque ya la gente estaba poco participativa.

Genial concierto (cerca de dos horas) de uno de nuestros mejores guitarristas. Si alguna vez tienes oportunidad de ver a la banda no te lo pienses dos veces. Música exquisita tocada con puro sentimiento y con el corazón, y eso hoy en día es mucho mucho.

Texto y fotos: Starbreaker