AVALANCH – Viernes 26 de noviembre de 2004, sala Génesis (Almería)

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Era la segunda vez que venían Avalanch por estas tierras, viniendo la primera vez hace justamente un año por estas fechas. Aplazando mi viaje a Granada, para ir el sábado al Piorno, me dispuse a ir al concierto sin tener ni idea dónde y a qué hora empezaba, aunque tuve la suerte de llegar 5 minutos antes del inicio del concierto.

Eran las 22:55 aproximadamente cuando el sexteto salió a escena tocando los primeros acordes de “Las ruinas del Edén”. La sala presentaba una buena entrada, a pesar de la nula publicidad del mismo (yo no vi ningún cartel por la ciudad) y donde el publico eran jóvenes, apenas había viejas glorias, dando así paso a una nueva generación.

Fueron tocando la mayoría de sus éxitos: “Cambaral”“Cien veces”“Madre Tierra”“Corazón negro”“Vientos del Sur”… las cuales han adaptado a la voz de Ramón como hacen en su nuevo disco “ Las Ruinas del Edén”, el cual venían a presentar esta noche y donde hay que decir que Ramón hace estas canciones como si fueran suyas, alejándose del Power Metal y adentrándose en un sonido renovado debido esto a la voz mas melódica de Ramón.

El público estaba totalmente entregado con el grupo, siendo el cantante durante toda la noche aclamado, el cual no defraudó, siendo quizás el que más sobresalió esta noche, se le veía más asentado y suelto con respecto a su inicios, donde creo que ha soltado la presión que tenía de sustituir a Víctor y con la polémica creada nadie veía que este cambio fuera para mejorar. Problemas a parte entre ellos, creo que Rionda le ha sabido dar un cambio aceptable al sonido del grupo y donde ahora se están viendo sus frutos.

El escenario no era lo más propicio para que el grupo pudiera moverse, debido a sus escasas dimensiones, pero aún así quizás estuvieron un poco estáticos, a excepción de de Ramón, que como repito, para mí fue el gran triunfador de la noche, y a Rionda se le ve muy serio o concienciado en hacer perfecto su trabajo durante la interpretación de las canciones, aunque en algunos momentos se le podía nota una pequeña sonrisa cuando motivaba al publico.

El concierto continuó y llegó el momento para el típico duelo de guitarras que nos tienen acostumbrados entre Alberto y Dany. En este caso le faltó feeling, en comparación con la otra vez que vinieron. La anécdota fue que cuando uno supuestamente hacía una nota imposible, el otro le daba una botella de whisky para que le diera un trago, y posteriormente los dos, uno a cada lado del escenario involucraron al público a ver qué lado de la sala gritaba el más fuerte “¡eh!” aunque había un asistente entre el público que él sólo se bastaba para gritar haciendo soltar una risa a Alberto y Dany.

Volvió el resto del grupo y Ramón seguía cometiendo el único fallo de todo el concierto, y es que no paraba de repetir entre canción y canción que si queríamos otra o no. Posteriormente sonaron “Antojo de un Dios”“El ángel caído”“Pelayo” y al final de este tema Marco realizo un solo de batería. En los días que corren no sé cómo los grupos siguen pecando con estas demostraciones.

Al acabar daría paso a una versión en inglés de la cual desconozco su nombre (he visto en otras crónicas de sus conciertos que se trata de una versión de U2) que dejó al público durante su interpretación bastante frío y que encima tuvieron la mala suerte de que a Dany se le rompiera la guitarra y al finalizar este tema supuestamente se despidieron hasta otra.

El grupo volvió para el consiguiente bis pero la verdad es que, como luego diría el grupo, el público no hizo mucho para que estos volvieran, parecía que estaban agotados o que como sabían que volverían no quisieron esforzarse mucho, no hubo ni siquiera un grito de Avalanch para que estos continuaran con el concierto.

Para acabar tocaron una balada de cuyo nombre no me acuerdo, donde el público se enfrió. Yo creo que para un bis podrían busca canciones con más fuerza entre el público, y para terminar concluir la aclamada por todo el respetable “Lucero”.

La verdad es que al grupo se le ve mucho más compenetrado y dieron todo un recital de cómo hacer la cosas bien, donde el sonido estuvo de acuerdo a las circunstancias exceptuando unos pequeños fallos técnicos que provocaban unos cambios de gestos en la cara de Rionda y que el teclado apenas se oía en algunas canciones.

El concierto terminó sobre las 01:25, donde durante casi 2 horas y media el público realmente disfrutó con un grupo que, aunque a algunos no le gusten, ha sabido evolucionar y se siguen manteniendo entre los punteros de este país, y que creo que el cambio al fin le va a dar la razón, evolucionando hacia una dirección mucho más melódica y teniendo un directo con mucha fuerza.

Texto y fotos: Pedro M. F.