Editorial Febrero 2018 “Las cartas sobre la mesa”

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El pasado diciembre, en este mismo espacio que me brinda el editorial de cada mes, hablé sobre los grandes defectos que asolan cada uno de los estamentos que componemos la escena actual del rock en España. Esta vez voy a ir un poco más allá, concretando en la brecha cada vez mayor que se ha abierto entre los promotores / managers y los Medios de Comunicación.

Quedan fuera de este análisis los Medios profesionales, quienes son ajenos a la confrontación actual ya que no tienen problemas en su trato con promotores y managers, siendo siempre la primera opción de promoción de un disco o concierto. Su mayor impacto en la escena y su campo de influencia es indudablemente más amplio. Otra cosa es que compensen la inversión económica que requieren, algo que no es objeto de este artículo.

También quedan fuera de este análisis los grupos emergentes, managers y promotores que manejan bandas con poca capacidad de convocatoria. Este colectivo suele ser muy agradecido y no presenta ningún problema a cuántos Medios quieran promocionarles. Grupos hay muchos y el tiempo y capacidad de atenderlos es algo muy limitado, así que es habitual que no se pueda complacer a la gran mayoría de estas bandas.

El verdadero problema ha surgido con conciertos, festivales o grupos que han alcanzado ya una cierta entidad. Todos ellos han conseguido crecer con su propio trabajo y tesón, pero también ayudados por buena parte de los Medios de Comunicación actuales. Esta simbiosis que tan bien ha funcionado durante muchos años ahora se está quebrando de forma alarmante. Cada vez son más los promotores que han dejado de considerar necesarios a los Medios de Comunicación, a valorar y, sobre todo, a facilitar nuestro trabajo. Por supuesto no son todos, generalizar siempre es un error y además es injusto, pero la peligrosa tendencia actual se está extendiendo cada vez más.

La mayoría de Medios estables lo estamos sufriendo y no son pocas las voces discordantes que están denunciando la situación. Para explicarme mejor, valga un ejemplo sufrido en nuestras propias carnes para escenificar el problema:

The Sentinel siempre ha colaborado sin problemas con un festival legendario que se organiza en España. Cada año efectuamos una promoción previa del evento, publicando el cartel en nuestra Agenda, haciéndonos eco en las Noticias de sus actividades promocionales anteriores al Festival e incluso anunciándolo en nuestro programa de radio. Todo ello de forma gratuita, ya que jamás The Sentinel ha cobrado nada a nadie. Llegado el momento del festival, solemos solicitar una acreditación para acudir al Festival y hacer la oportuna crónica. Algún año hemos faltado a la cita, ya que no siempre hemos tenido algún colaborador en disposición de cubrir un festival de varios días, pero cada vez que hemos solicitado acreditación hemos publicado posteriormente un siempre extenso reportaje de lo sucedido en el Festival, algo que no sólo informa al público del rock, haya asistido o no al evento, sino que ayuda al propio festival a crecer con vistas al año siguiente.

El año pasado The Sentinel cumplió su parte, como siempre. Sin embargo, la acreditación nos fue denegada, sin ningún motivo que lo propiciara. Extrañados, preguntamos qué había pasado, recibiendo la callada por respuesta. La evidente consecuencia es que no hubo crónica del Festival. La organización es plenamente competente para dejar de confiar en The Sentinel o cualquier otro medio, uno sólo trabaja con quien quiere, pero hay que ser coherente en esta vida, ya que los meses anteriores al Festival nos solicitaron, como siempre, cobertura mediática para promocionar el festival. Nosotros cumplimos ese cometido para luego recibir el portazo en las narices. Como imaginaréis, eso no se va a repetir este año.

Este es un ejemplo del cambio de actitud de muchos promotores en este último año. The Sentinel no es el único medio afectado, ni mucho menos, ni este festival el único que ha cambiado su comportamiento. Parece que ha calado en muchos promotores la idea que los Medios no profesionales no somos necesarios. Y aunque yo crea lo contrario, les concedería el beneficio de la duda si no acudieran a nosotros cuando piensen que no deben dar nada a cambio. Porque el que pide y no da, está aprovechándose del trabajo ajeno.

Como denuncié en aquel editorial de diciembre, los estamentos que formamos el rock estamos tirando en direcciones opuestas. Quizás sea el principio del fin, el desmembramiento final que lleve al traste lo que queda de la escena.

Afortunadamente también hay managers, promotores y grupos que piensan de forma diferente. Que valoran el trabajo que de forma desinteresada hacen Medios como el que estás leyendo, y muchos otros iguales o mejores que, cada uno en la medida de sus fuerzas, dotan del siempre necesario apoyo promocional a grupos, discos y conciertos, para que lleguen a sus potenciales seguidores.

Pongamos las cartas boca arriba. Cada grupo, manager o promotor puede decidir contar o no con nosotros para promocionar su actividad. Por eso pido que en el caso de no confiar en nuestra labor, sean claros y se abstengan de contactar con nosotros. Aquí estaremos para el resto, los que piensan que 17 años de actividad ininterrumpida en la red nos dan la credibilidad necesaria para facilitarnos un trabajo en su beneficio por el que no les vamos a cobrar ni un céntimo. Para ellos seguiremos estando a su lado, en la medida de que nuestro tiempo y dedicación, siempre limitados, nos lo permitan.

Santi Fernández «Shan Tee»