HELLOWEEN + JADED HEART – Jueves 15 de diciembre de 2005, Sala Santana 27 (Bilbao)

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Una hora antes del concierto de Helloween y Jaded Heart me encontraba enfrascado en una emocionante partida al parchís con mi hija Ainhoa, y no porque no tuviese prisa en ir a él, sino porque la sala donde se iría a celebrar el evento está situada a escasos 15 minutos en coche desde mi casa. ¿Y por qué digo esto?, pues porque uno ya está tan curtido en esto de tener que pillar el coche y pegarse ciento y pico kilómetros para poder ver un concierto, que lo de este día le parecía una bendición divina. ¡Ojo! y no digo que en el norte no se celebren conciertos (todo lo contrario), sino que en Bilbao conciertos del nivel que nos ocupa éste muy poquitos hasta ahora. Cierto es que desde unos meses atrás la situación esta cambiando, todo ello ayudado por la sala Santana 27, la cual parece que está cobrando cierto protagonismo a la hora de albergar conciertos en detrimento de la sala Jam de Bergara.

Steve Vai, Hellacopters, Gotthard… bandas que con el éxito de publico que han tenido en esta sala han conseguido abrir camino para que en lo sucesivo se sigan organizando eventos de este tipo, y así de paso ir jubilando a la Jam de Bergara, la cual (y me duele escribirlo) se está quedando bastante obsoleta.

Y es que Santana 27 se encuentra en un enclave idóneo, con parada de Metro relativamente cerca de ella, y situada al final de unos pabellones industriales, con lo que ya puede tener toda la tralla del mundo que no molesta ni a Dios. Y con el principal añadido de que posee una acústica envidiable, está carente de elementos que puedan dificultar la vista (columnas por ejemplo), y si vas en coche, lo aparcas donde quieres. ¿Se puede pedir mas? Pues no. ¡Ah sí!, el precio de las bebidas. Un puñetero atraco a mano armada. No penséis que todo sería bueno.

Bueno, el asunto es que para las 20:30 debían salir a escena los cinco componentes de esta banda alemana, y con puntualidad así lo hicieron. Para entonces la sala estaba cogiendo ambiente y empecé a prever la gran entrada que después habría.

El caso es que no sé porqué la gente tiene la mala costumbre de ningunear a las bandas mal llamadas teloneras, y con Jaded Heart no fue menos. Cierto es que los que vimos la actuación de esta gente salimos encantados, y a mi me hubiese gustado verles con las mismas condiciones que Helloween. Otro gallo hubiese cantado.

Con bastantes discos a sus espaldas, vinieron a presentar su ultimo trabajo “Helluva Time”, que ha conseguido ver la luz mediante Frontiers Records hace escasos meses y que al menos a mi me ha enganchado sobradamente.

Esta gente ejecuta un Hard Rock de muchos quilates y lo que es mas importante, en directo son una auténtica pasada, con una fuerza y un saber estar en las tablas.

Su nuevo cantante, el sueco Johan Fahlberg, aparte de ser más alto que una torre, tiene un chorro de voz impresionante y conduce con total maestría la perfecta maquinaria que tiene esta gente en forma de música. Habla con el publico, participa con él e intenta disfrutar en todo momento con lo que está haciendo. Al fin y al cabo de eso se trata.

Comenzaron precisamente con “Tomorrow Comes”, canción que abre su último disco, trallazo de autentico Hard Rock que llega directamente al corazón.

El único pero era el sonido, sobre todo en lo que a los coros se refiere, aun así esto no empañó el principio del show, porque para el tercer tema el asunto ya sonaba a la perfección y el disfrute era generalizado.

No se olvidaron de su pasado e hicieron un repaso muy acertado en el poco tiempo de que dispusieron. Así, de su primer disco descargaron el tema que le da nombre “Inside Out” (1994), de su disco “IV” tocaron “Live And Let Die”, y también el tema que da título al disco “Journey Will Never End” (2002)

Me llamó la atención el bajista Michael Müller, con unas luces azules en el mástil de su bajo las cuales encendía y apagaba a su antojo; aparte de eso, este músico tiene una labor fundamental a la hora de realizar los coros, y que junto con el teclista Henning Wanner hacen un juego de voces soberbio.

Obviamente su ultimo disco fue el que mayor protagonismo tuvo y canciones como “Somewhere”“Hole In My Heart”, la impresionante “Shores Of Paradise”, o la potente “Love To Live” no se quedaron en el tintero.

Como curiosidad decir el gran parecido que tiene el batería Axel Kruse con su colega Matt Sorum. No sé si será cosa mía, pero el parecido es bastante grande, y no solo por los tambores.

En definitiva, que Jaded Heart hicieron tres cuartos de hora de auténtico lujazo y todavía no entiendo como hasta hace bien poco esta banda era totalmente desconocida para mi. De momento su disco “Helluva Time” ya está fijo entre mis favoritos del año, y su concierto grabado en mi retina para muchísimo tiempo. La próxima vez como cabezas de cartel. Calidad de sobra para ello.

Después del buen sabor de orejas que me dejaron Jaded Heart les tocaba el turno a los veteranos Helloween. Siendo sincero, os diré que me decidí a ir a este concierto por la proximidad de él con respecto a mi domicilio, y no porque estuviera especialmente emocionado con Helloween. Lo cierto es que entre la salida de Roland Grapow y Uli Kusch, el ladrillo de disco que supuso “Rabbit Don´t Come Easy”, lo frío que me ha dejado su ultimo trabajo, y que esta seria la sexta vez que les vería en directo, la apatía era considerable.

A las 21:45 se apagaron las luces con la sala Santana totalmente abarrotada, con un numero aproximado de 1500 personas, lo que hizo que mi amigo Luis y yo intentáramos buscarnos un sitio lo más desahogado posible. Al final, y de mala manera, lo conseguimos instalándonos en las primeras filas pero en el lateral derecho, lo que hacía que nuestros ojos no verían la batería de Dani Loeble, pero al menos serviría para intentar sacar alguna foto, porque como digo aquello estaba a reventar.

Recién instalados comenzaron los primeros acordes de “The King for 1000 Years”. Tenia mis dudas de si empezarían con este tema, no porque me desagrade (lo considero el mejor tema de este “Keeper III The Legacy”) sino por su duración (casi 14 minutos). El caso es que se echaron la manta a la cabeza y se lo marcaron enterito. ¿Acertado? No lo sé, pero al menos a mi me gustó, a pesar de que donde estábamos ubicados el sonido nos llegaba bastante apelotonado, en especial la guitarra de Michael Weikath, la cual nos estaba tapando el sonido del nuevo guitarrista, el larguirucho y tímido Sascha Gerstner.

Y ya que estoy con el amigo Weikath, no quiero desaprovechar la oportunidad de hacer un pequeño comentario sobre él. De verdad que no sé de que va este tío. O va de “super-guitar-hero”, o va de “gracioso”, o va de “aquí el jefe soy yo porque soy el que mejor toca”, o todo mezclado en uno. A mi desde luego me dejó la impresión de que es un chorra como un piano de grande (perdón por lo de chorra, pero es que no se cómo calificarlo). El caso es que parecía que estaba metido en su mundo, y las muecas y movimientos que hacía, provocaron más de una carcajada en el personal. Eso si, carcajadas de autérntica pena. Yo desde luego le llamaría “Mr. Ego”, seguro que os suena a titulo de canción.

Dejando aparte al elemento este, me gustaría alabar la actitud y las ganas tanto de Andi Deris como de Markus Grosskopf. Sinceramente, después de lo vivido esa noche, si Helloween merece seguir con vida es gracias a ellos. Por una parte el poder de comunicación de Deris con el respetable es digno de elogio, desde el primer minuto de concierto se involucró con los que estábamos abajo, y en todo momento se dirigió a nosotros en un más que aceptable castellano. Y por otra parte el humor y cachondeo de Grosskopf, saltando y corriendo de un lado para otro, con una sonrisa de oreja a oreja que no la perdió en toda la noche.

En cuanto a su set–list, para mi fue muy discutible ¿Por qué? Pues porque metieron varias canciones de bastante minutaje y eso repercutió en un set bastante reducido. Vamos, que nos metieron entre pecho y espalda la ya comentada “King For 1000 Years”, “Keeper of the Seven Keys” (otros 14 minutos) y “Ocassion Avenue” (casi 12 minutos) con lo que una cuarta parte del concierto ya estaba fundido con esos temas. Set discutible porque se olvidaron totalmente de “Master of the Rings” lo que para mi supuso un fallo imperdonable, porque supongo que no hará falta recordar cual fue el disco que les volvió a resucitar allá por el año 1994. Y set discutible porque se liaron a hacer unos solos de guitarra y batería eternos y de autentico bochorno que lo único que sirvieron fue para acortar mas el tiempo de duración real del concierto.

Todo esto hizo que para mi el concierto no llegase al aprobado y sobre todo que me acordase aún mas de la vez que me fui hasta Melgar de Fernamental (Burgos) para verles presentar “Master of the Rings” con unos Helloween totalmente renovados y entregados, haciendo de aquel un concierto inolvidable.

Pero eso es pasado. Ahora estamos en el presente y esto es lo que hay. Lo que no se les puede negar es la gran cantidad de gente que siguen arrastrando, y eso lo demostraron con una sala que como he escrito antes estaba hasta los topes.

También me quedó la impresión de que los dos nuevos componentes de la banda, el guitarrista Sascha Gerstner y el batería Dani Loeble son meras comparsas de la banda, vamos que no les vi totalmente integrados en Helloween como en su día estuvieron Grapow o Uli Kusch. Quizás sea paranoia mía, pero esa sensación me dejaron. Y como he comentado antes sus respectivos solos fueron de juzgado de guardia. Malos, malos.

A mitad del concierto, optamos por irnos hacia el final de la sala para ver la ultima parte del show un poco más tranquilos, sin tantos agobios y también para poder disfrutar de un mejor sonido, lo cual fue agradecido por nuestros oídos y por nuestros pies, que sufrieron más de un doloroso pisotón.

Lo que si tengo claro es que probablemente haya sido la última vez que vea a Helloween encima de un escenario y aunque nunca se puede decir aquello de que “de esta agua nunca beberé”, de verdad que no creo que vuelva a pagar 24 € por volver a verles.

Siento no poder escribir más sobre este concierto, pero de verdad que no se me ocurre nada más. Salí de la Santana mas frío que la temperatura que hubo aquella noche en el exterior.

Set List

– King for 1000 Years

– Eagle Fly Free

– Hell Was Made in Heaven

– Keeper of the Seven Keys

– A Tale That Wasn´t Right

– Solo de Batería

– Ocassion Avenue

– Mr.Torture

– If I Could Fly

– Solo de Guitarra de Sacha Gerstner

– Power

– Future World

– Invisible Man

 BISES

– Mrs. God

– I Want Out

– Dr. Stein

Texto: Bittor Urrutia

Fotos: Bittor Urrutia / Luis Castro