THE CULT – Domingo 4 de junio de 2006, sala La Riviera (Madrid)

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Ian Astbury + Billy Duffy = The Cult. Pues sí, lo queramos o no, es inconcebible imaginarse a The Cult sin uno de estos músicos (aunque cosas más raras se han visto a lo largo de la historia de la música, la verdad). Así que fuera egos, limando asperezas, descansando Astbury de Riders on the Storm y Duffy, de su nuevo proyecto, Circus Diablo… los dos británicos decidían poner de nuevo en marcha al grupo y hacer una gira por USA y Europa en este año 2006, alegrando a los seguidores de esta gran banda de Rock.

La pareja británica se hacía acompañar para este tour con el batería John Tempesta (ex-Exodus, Testament, Helmet, White Zombie, Rob Zombie), el bajista Chris Wyse, que participara en el último disco de estudio de la banda “Beyond Good and Evil” (2001), y el guitarrista rítmica Mike Dimkich.

El día anterior a su concierto en la capital lo hacían en Benidorm (Alicante), junto a Diamond Dogs. En Madrid no había grupo que abriera, y sin este aliciente y 32 € de entrada… ciertamente, esperábamos que por lo menos el concierto fuera más que correcto.

Hacía buen tiempo y llegamos a la sala no teniendo ni siquiera que guardar cola para entrar, por allí vemos hasta actores españoles. Nos situamos mi hermana y yo un poco más adelante que la barra que hay en frente del escenario. Poco a poco esa zona empieza a llenarse de gente. Las 21.30 h. ya son, hora en que se supone que deben de empezar y la puntualidad británica brilla por su ausencia. Parte de los Diamond Dogs están por el piso superior para ver a sus compañeros en acción… pero el reloj sigue corriendo y no aparecen. Los que si aparecen son los pipas probando una y otra vez instrumentos y micrófonos… a ver, sin grupo que abre esto debería estar más que probado, ¿no? Pues nada, prueba que te prueba y ya empezamos a impacientarnos, silbidos de desaprobación, insultos acordándose de la madre de más de uno… se está caldeando el ambiente para mal… pero claro todos nos apaciguamos como borregos al escuchar una hora más tarde de lo previsto (22.30 h.) la introducción con música de la grandiosa película“Clockwork Orange”, o sea, “La Naranja Mecánica” en castellano. A oscuras salen los músicos y ya con luces arrancan de manera espectacular con “Lil´ Devil” (Astbury con pandereta, no siendo la última vez que se hiciera acompañar por ella) y “Sweet Soul Sister”. La peña cantando, botando y dando palmas con gran satisfacción. Pronto nos olvidamos de la espera, bandíos.

El frontman, con parte de su mano y muñeca derecha vendada, su voz en buena forma (más o menos), pero sin el glamour de antaño, vestido como de andar por casa, con la parte de arriba de un chándal, barbas y pañuelo para el pelo, con una pinta un poco de vagabundo o `homeless´. Presenta la siguiente, con alguna que otra palabra en castellano, “The Witch”, con el vocalista con maracas, coros por parte del bajista y de Duffy, que se hace notar con sus guitarrazos y poses con su guitarra en vertical.

En castellano da las buenas noches a la ciudad donde los reciben, y nos habla de sentimiento… Franco…, preámbulo de “Electric Ocean”, a la que le sigue, precediéndole agradecimientos en castellano, y con cambio de guitarra por parte de Duffy, “Rain” (de la `old school´, en palabras de Ian), seguida por batir de palmas. De los músicos que les acompañan destaca sobre manera Tempesta, que con un sencillo kit de batería le saca mucho partido, con gran potencia de pegada. Los otros dos, Wyse y Dimkich, son meros acompañantes y se limitan a estar en su zona, parte izquierda del escenario según miramos.

Astbury nombra a su colega Billy Duffy y éste suelta un: “¡Hola, buenas noches!”. Con la calmada “Revolution” la peña sigue cantando con pasión y fervor. Tempesta da inicio a, la única que sonó del “Dreamtime” (Beggars Banquet, 1984), “Spiritwalker”, siguiéndole la gente con palmas, y luego botando (y sudando con gusto) al unísono (¡que recuerdos!), hasta un chaval es llevado en volandas por las cabezas de la peña.

Duffy vuelve a cambiar de guitarra (y seguirá…) y Astbury nos invita a bailar con la dura “In The Clouds”, con esos guitarrazos de Duffy que tienen más fuerza y sentimiento que cualquier aspirante a guitar hero de tres al cuarto. El vocalista botando y contagiando al público, aunque algunos no están muy familiarizados con el tema.

Ian sigue chapurreando castellano, pidiendo agua y diciendo “mucho caliente”. Presentando la siguiente del álbum “Ceremony” (Beggars Banquet, 1991), siendo el tema “Wonderland”, y haciendo mención al comandante Che Guevara, Picasso, Gernika… los riffs de Duffy geniales. Acabando el bajista fuera de su parcela en el centro del escenario.

Ian y Billy se cogen de la mano, se sientan los dos solos en el centro de las tablas y con acústica, seguidos por palmas, tocan “Edie (Ciao Baby)”. Duffy con los brazos abiertos y el público vitorea… guitarrazos y locura general con “Fire Woman”. Con Astbury empujando al bajista amistosamente.

“This is Rock and Roll!!!!!”, así presenta “Peace Dog”, botando una vez más Astbury y repartiendo botellines de agua a las primeras filas. “Rise” es la única concesión a “Beyond Good and Evil” (Atlantic, 2001)

Arrojan un cinturón y Astbury jocosamente intenta subastarlo, empezando desde un euro y subiendo de unidad en unidad… para al final arrojarlo al público. “Wild Flower” nos la dedica llamándonos cabrones en el idioma de Shakespeare.Nombrando al guitarrista en el solo y éste girando y girando su brazo en la parte final del tema. Enorme ovación y es que no es para menos.

“¿Una más?”, e intenta picar a la gente nombrando a Barcelona, sitio de su siguiente fecha. “Love Removal Machine” suena grandiosa y su final es bestial. Durante la interpretación el vocalista se va al extremo derecho del escenario y la gente botando al ritmo del tema. Abandonan el escenario sobre las 23.43, pero ante los “oes” salen al momento agradeciendo la respuesta.

El guitarra solista anima y hacen dos del lejano “Love” (Beggars Banquet, 1985), por un lado “The Phoenix”, y por otro, para terminar en total frenesí con la buenísima “She Sells Sanctuary”, con lanzamiento de dos balones del Mundial de Alemania, el primero que lanzan llega directamente a mi puño, siendo alguien “espabilado/da” devolviendo uno al escenario, y casi rozando la batería.

Faltando cuatro minutos para la media noche salimos de allí sudando y con gran alegría de haber visto en buena forma el regreso de esta gran banda.

Texto y fotos: Starbreaker