PENTAGRAM “Day of Reckoning” (1987)

¡ Comparte esta noticia !

pentagram_dayofreckoningCuando escuchamos a Pentagram nos envuelve, irremediablemente, un halo de misticismo y oscuridad tremendos, en parte por la música en sí, en parte por la historia del grupo, totalmente novelesca. Hablamos de una banda formada a principios de los años ’70 que no paró de sufrir cambios en su formación, por la que han ido desfilando grandes músicos del género, y que en este nuevo milenio ha sido objeto de una justa revalorización. Es por esto que merecen quedarse en esta sección, como pilares que son de un género underground que, paradójicamente, cada día tiene más seguidores.

“Day of Reckoning” es el segundo disco de larga duración de los de Virginia, que tardaron más de una década en materializar en LP su trabajo y que, desde aquel 1985, fecha de su disco homónimo, han sufrido parones constantes. Este segundo trabajo es, en mi opinión, el más conseguido de todos (incluidos sus EPs) porque supone una actualización magistral de su sonido al más puro estilo Black Sabbath.

Volvamos por un momento a principios de los años ’80. Si Judas Priest pusieron el “metal” y los de Birmingham el “heavy” en nuestro género, no hay duda de que los primeros tuvieron mucha más fortuna en su década, a nivel de repercusión. Me explico: siempre hablamos de bandas que seguían constantemente los pasos de Halford & co., pero resulta que, en los mismos ochenta, también hubo quien decidió abandonar las guitarras afiladas, la caña y los ritmos acelerados para emular a Black Sabbath y crear nuevas tendencias en base a éstos. Pentagram, y sobre todo este trabajo, deben enmarcarse precisamente en esta última (y marginada) línea.

¿Qué nos ofrece este segundo trabajo, pues? Ritmos pesados, cambios de tempo, melodías elaboradas y un carácter único que lo convierte en una muy buena introducción al Doom Metal más primerizo, donde la influencia de la NWOBHM deja entreverse cada dos por tres. “Evil Seed” (con guiño a Ozzy incluido), “When The Screams Come” o “Wartime” son totalmente recomendables, puro oscurantismo… pero la auténtica joya del disco es “Burning Saviour”, que se nos muestra como una colosal actualización de joyas de Black Sabbath que todos recordaréis, como por ejemplo “Sabbath, Bloody Sabbath” o “Megalomania”. El abandono de la psicodelia hippie y la apuesta incondicional por un tono mórbido distinguen este disco de los seis canónicos de los ingleses; a su vez, unas composiciones más elaboradas lo sitúan, para mi gusto, por encima de su álbum homónimo del ’85.

La voz del peculiar frontman, Bobby Liebling, es la seña de identidad más auténtica del grupo, junto con el sonido apenumbrado de las guitarras, que te envuelven, en todos los trabajos del grupo (de calidad y con sello propio), en este halo del que hablaba al principio, clamando, como un mantra, aquello de “Lucifer lives – it’s no illusion, your mind is in confusion…”. Así pues, nada mejor que desempolvar este clásico maldito y escucharlo atentamente a modo de ritual para introducirse en la escena underground de nuestra música… que precisamente está empezando a exhumarse.

[youtube]http://youtu.be/-nkKZtj55BY[/youtube]

Jaume «MrBison»