ÑU – Viernes 3 de noviembre de 2006, Sala Heineken (Madrid)

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La ocasión estaba marcada en rojo en las agendas de todos los seguidores de Ñu. No es para menos. No todos los días una de nuestras bandas favoritas se lanzan a la aventura de grabar un DVD en directo, algo que hasta hace poco parecía reservado a los grupos internacionales.

La cita era en la sala Heineken, en Madrid, y los días previos el ambiente en los foros de Internet se fue calentando. Supongo que no sólo en ellos, sino también en el mundo no-virtual, pero estos son los más fáciles de comprobar. El caso es que allí nos dimos cita seguidores del grupo venidos de todos los puntos de la geografía nacional. Variado era también el espectro de edades de los asistentes, desde los más antiguos seguidores de Ñu desde sus principios más remotos hasta jóvenes que se han enganchado al carro de José Carlos Molina en los últimos tiempos, pasando por los que estamos a medio camino. Personalmente, en todo momento tuve presentes los recuerdos de aquella grabación histórica del primer disco en directo de Ñu, aquel “No hay ningún loco” que supuso mi primera asistencia a uno de los conciertos del grupo. Ahora, 20 años más tarde, las cosas se ven de otra forma, pero la ilusión permanece intacta.

El conocido horario tempranero de la sala nos hizo ser previsores y llegar pronto a las inmediaciones de la sala. Allí ya me esperaban algunos amigos, con los que me coloqué (en el buen sentido) en la cola (en el buen sentido otra vez…), esperando la apertura de puertas. Poco antes de las ocho y media pudimos acceder al recinto. Dentro, muchas caras conocidas. Al final en estos saraos siempre coincidimos con muchos habituales de otras veces, lo que da un sentimiento familiar a este tipo de conciertos. Saludos con gente de nuestro foro, del foro de Nuestrorock80 que con tanta pasión acudieron a la cita, y a otros viejos amigos que, como yo, estaban ansiosos por participar en lo que sabíamos que iba a ser un día histórico. El primer punto del orden del día estaba cubierto con éxito: la sala se llenó hasta la bandera.

A las 9 en punto las luces se apagaron, y los músicos tomaron posiciones en el escenario. La formación, una de las más estables de la larga carrera de Ñu, está compuesta desde hace tiempo por el histórico Manolo Arias a la guitarra, los burgaleses Gorka Alegre al bajo y Javier Arnáiz “Bumper” a la batería, y desde hace poco ha vuelto al “redil” el teclista Jorge Calvo. Todos ellos comenzaron la inequívoca introducción de “Cuentos de ayer y de hoy”, exactamente igual que en el histórico “No hay ningún loco” antes comentado. Y de forma similar José Carlos Molina apareció en el escenario al llegar el momento de la primera estrofa, con la calurosa acogida del público. A diferencia de aquel primer disco en directo, el tema es interpretado al completo, no haciendo el conocido medley con “Preparan”. Pero el tema caería después, no es cuestión de impacientarse…

El público estaba volcado desde el primer momento, y desde luego no estábamos dispuestos a bajar los brazos. El segundo tema de la noche, “Manicomio” sonó como un cañón, con José Carlos Molina pletórico (¿este hombre tiene 50 años? ¡Pues quién lo diría!) y con el resto de la banda luciéndose. Y es que la formación actual de Ñu puede competir sin ningún tipo de complejos con la mejor de las anteriores. Gorka Alegre derrocha actitud en cada movimiento, Bumper es un torbellino que se lleva por delante lo que se propone (un milagro que la batería no acabara destrozada) y Jorge Calvo, más tímido, es el complemento perfecto al grupo, llenando de matices el sonido de Ñu, tanto con su teclado como por sus ocasionales incursiones con la flauta. Y por supuesto, Manolo Arias, uno de los grandes guitarristas que ha dado este país y que está en un estado de forma envidiable. Como bien dijo José Carlos Molina al presentarle, “aquí nos hemos juntado el parámetro de la injusticia, Ñu y Niágara”.

En estos temas iniciales sufrimos, al menos en la parte delantera donde yo me encontraba, algo de descompensación en el sonido, con el bajo de Gorka demasiado alto, tapando en demasía la guitarra y la flauta, algo que durante el concierto se fue corrigiendo poco a poco.

La larga carrera de Ñu impide que el grupo pueda tocar todos los temas que merecerían estar en el DVD, pero desde luego, ninguno de los elegidos estuvo de más. El tercer tema de la noche fue“Animales sueltos” fue cantado por todo el personal, pero nada comparado a la explosión que supuso “No hay ningún loco”, convertida en toda una fiesta arriba y abajo del escenario. El final del tema se fusionó con “La granja del loco”, sin bajar ni un ápice la intensidad.

A estas alturas del concierto ya estaba demostrado que estaba siendo todo un éxito y, para regocijo de todos, estaba siendo grabado para la posteridad. Un par de “camera-men” a cada lado del escenario recogían sin cesar las imágenes de los músicos, y de vez en cuando se giraban hacia el público para recoger el éxito del concierto entre nosotros.

“Títeres” fue recibida con algo más de frialdad, quizás para recuperar algo de fuerzas de cara a la segunda mitad del concierto. Aún así, no puedo dejar de destacar el gran solo con que nos obsequió Manolo Arias, todo un lujo para cualquier grupo tenerle en sus filas, al igual que sucedió en “Mono”, tema del cual siempre me quedo con la letra y esa especial “dedicatoria” tan merecida.

Llegados a este momento, el grupo se permite un respiro. José Carlos Molina se cuelga una guitarra acústica y nos regala una preciosa versión de “El juglar” que nos pone los pelos de punta, con Jorge Calvo haciéndose cargo de la parte de flauta. La emotividad se palpaba en el ambiente. La estructura del tema, con cambios de ritmo y fases más cañeras, hizo de este complejo tema uno de los puntos álgidos del concierto. En la parte central, Manolo Arias lo borda, con una fase en la que se hace protagonista absoluto. Sólo con este tema ya estaba amortizado el precio de la entrada.

Una espléndida versión de “Preparan”, con un gran despliegue vocal de José Carlos Molina, sirvió de puente para llegar al momento más tierno de la noche: la hermosa “Tocaba correr” con José Carlos Molina y Manolo Arias armados con sendas guitarras acústicas en el tema más sentimental de los que pudimos disfrutar esa noche.

El concierto continuó con “Destierro” y “Perro ladrador”, con una exhibición de energía de “Bumper” y con una sutil dedicatoria de José Carlos al poder (desde luego, menor de lo que se le pedía desde el público…)

En este momento del concierto, José Carlos Molina desaparece del escenario dejando al resto del grupo solos en el que una pequeña intro de teclado nos deja retazos de “Entrada al Reino” y parte de “Sé quién”, hasta que José Carlos vuelve al escenario para atacar con “El flautista”, con el grupo y el público volcados, a cual más, tanto que las voces del público logran acallar a José Carlos, que nos deja que cantemos buena parte de la canción. Muy acertada también la parte central, donde el solo de flauta se convierte en dúo al combinarse la travesera de José Carlos Molina con la de Jorge Calvo en un acertado nuevo arreglo de la canción.

José Carlos está más que satisfecho con la actuación, se le ve la alegría en la cara. El grupo despliega energía y talento como pocos, y Manolo y José Carlos, los más veteranos del grupo, no le van a la zaga al resto, demostrando su buen hacer. José Carlos demuestra esa satisfacción acercándose todo lo posible a las primeras filas a estrechar las manos de todos los que puede, y sentándose en los monitores al borde del escenario lidera al grupo en la instrumental “De fiesta”, incluyendo unos breves pasajes de los temas de Deep Purple “Smoke on the water”“Black night”“Strange kind of woman”… que hicieron las delicias de todos nosotros. Al final, el grupo va abandonando el escenario dejando a Javier Arnáiz “Bumper” y su solo, pletórico de fuerza y energía.

Tras el solo de batería, la banda al completo vuelve a escena y José Carlos nos presenta “una canción de un grupo muy famoso en los ‘80”, irónica presentación de “El Tren” que José Carlos compuso al alimón con Rosendo en aquella pretérita formación de Ñu y que Leño llevó a la fama poco después. El tema se alargó bastante en su parte intermedia, incluyendo el consabido solo de flauta con el vacile de “la cabra, la cabra, la puta de la cabra…” que ya no nos sorprende por sabido, pero que sigue quedando cachondo.

“Si controlas tu viaje, serás feliz” sirvió como despedida del concierto, al menos en su parte “oficial”. Despedida, que no sería tal, del grupo, y peticiones de bis por parte del personal, hasta que el grupo volvió a escena. Primero fue Jorge Calvo quien se situó tras sus teclados y comenzó a tocar. Pronto se le unió Manolo Arias en un precioso dúo teclados-guitarra al que poco a poco se le fueron añadiendo el resto del grupo hasta desembocar en el esperado “Más duro que nunca” en el que banda y público echamos el resto, con un curioso solo de armónica de José Carlos Molina, quien luego la regalaría a un espectador. Tras el histórico tema, la banda se despide pero no se llega a ir del escenario, ya que la insistencia del público les hace darnos otra propina, concretamente “Imperio de paletos” con el que, ahora sí, se despiden con lanzamiento de baquetas, púas e incluso de una pandereta preciosa que habían utilizado durante el show.

Y así pusieron fin a dos horas de actuación históricas. Si el equipo de audio y vídeo ha logrado captar el espíritu y el sentimiento de lo que vivimos allí, sin duda tendremos un DVD con la verdadera esencia de uno de los grupos más históricos y a la vez más en forma que tenemos en España.

Dentro de unos meses lo comprobaremos.

Texto y fotos: Shan Tee