BARÓN ROJO – Miércoles 21 de febrero de 2007, Auditorio Municipal Maestro Padilla (Almería)

¡ Comparte esta noticia !

Me enteraba en los últimos días del pasado año 2006 que los históricos Barón Rojo regresaban a la ciudad almeriense. No había pasado ni un año de su anterior visita por estas tierras (el 10 de junio en la sala El Rockero), aunque en esta ocasión venían a presentar su nuevo disco, “Últimasmentes”.

Nada más saber que tocarían en el auditorio de la ciudad me alegré muchísimo, ya que albergaba la posibilidad de que el concierto fuera dentro del Maestro Padilla, aunque hubo confusión al principio si sería dentro o, como en otras ocasiones (especialmente en las actuaciones musicales en verano), a la espalda del recinto (bien al aire libre o habilitando una carpa). Finalmente nuestras dudas se disiparon al saber que sería en buenas condiciones.

Habiéndolos visto infinidad de veces en diversos sitios, la oportunidad de verlos en un recinto cerrado con buena acústica hacía pensar que aquello sonaría de lujo. Aunque a mucha gente le echó para atrás el tener que verlos sentado, a mí poco me importaba verlos de tal guisa. He desparramado mucho en otros conciertos de los Barones y de otros grupos, pero tenía especial ganas de verlos en esas condiciones y olvidar su actuación en el festival leyendas del Rock del verano pasado que me desilusionó. Un tirón de orejas al responsable de elegir la foto para la entrada y utilizar una de la anterior formación (con Vale Rodríguez).

Escuchar siempre clásicos del Rock español como “Larga vida al Rock and Roll”, “Concierto para ellos”, “Cuerdas de acero”, “Con botas sucias”, “Siempre estás allí”, “Los rockeros van al Infierno”, “Resistiré”, “Hijos de Caín”… con el juego de guitarras de los de Castro y la compacta y demoledora base rítmica de Ángel Arias y el regreso de José Martos (toda un acierto su vuelta) siempre es gratificante y uno vibra con lo que le transmiten esas composiciones y con los himnos con los que creció.

Cuando acabó el concierto con la adrenalina subida uno decía que había sido un muy buen concierto, pero con el paso de los días y analizándolo en frío… sigue quedando en un muy buen concierto pero: No vamos a comparar a los Barones de hoy en día con los clásicos, ni a favor ni en contra, uno ya está cansado de las estúpidas discusiones de que si los auténticos, de si reunión sí o no, Sherpa vs. Barón Rojo… cansa, cansa y mucho. Hoy en día los Barones, como otros muchos grupos históricos y míticos, tanto nacionales como internacionales, muy mal lo tienen que hacer para que al tocar sus clásicos temas en sus conciertos la gente no disfrute; y para que no se les critique de que se anclan en el pasado meter algunas coplas nuevas, pero con el paso del tiempo, pocos temas de los de nueva hornada seguirán formando parte del listado de canciones en directo.

En esta ocasión incluyeron bastantes canciones del nuevo disco (siete de los trece cortes) editado por Santo Grial (algunos ni sabían que habían editado un nuevo álbum), pero fueron recibidas de una manera fría por el público. Y es que éste estaba algo fuera de lugar, tanto por estar sentados, como cuando sonaban las nuevas composiciones, aunque con las clásicas tampoco se desmadraran mucho, excepto un personaje que en el lateral derecho intentó acercarse al escenario, pero fue contenido por el veterano guardia, y era todo un espectáculo ver al personaje en cuestión menearse al ritmo de la música y el guardia apoyando sus manos en los hombros del tipo.

Me pareció triste que la mayor ovación fue cuando sonaron los fragmentos de las mega-sobadas versiones de Deep Purple y AC/DC que incluyen cuando hacen “Los rockeros van al Infierno” Una lástima que no se llenara del todo el auditorio y así demostrar que la gente quiere Rock en Almería, puede que al ser entre semana influyera a la hora de acudir la gente.

Indiscutiblemente Armando de Castro es el motor del grupo, fue y sigue siendo uno de los mejores guitarristas de nuestro país, y se echa a sus espaldas el grupo y con su energía, animando, saltando, botando, girando, moviéndose con su guitarra de un lado a otro de las tablas, dirigiéndose la mayoría de veces al público para presentar los temas y pedir palmas, cantando algunas canciones, contagiando en ocasiones a su hermano Carlos para moverse al unísono, haciendo el baile del pato… es toda una máquina y animal de escenario que sin su fuerza Barón Rojo ya hubiera dejado de existir hace mucho tiempo. Sin embargo Carlos, en este concierto menos apático que otras veces, con una voz que ya no da más de sí (¿alguna vez dio algo?), trasmite muy poquito. Y siento decir esto, pero siempre les tuve cariño a los Barones, y siempre los defendí cuando rompieron con José Luís Campuzano y Hermes Calabria y seguí la trayectoria de los Barones, pero que no me vengan muchos diciendo que son lo más grande hoy en día y tal y tal. Dejémonos de pensar en el pasado, añorando tiempos anteriores, viviendo de la nostalgia… hoy en día Barón Rojo es un grupo que instrumentalmente es un espejo para jóvenes músicos, y que en directo dan todo lo que pueden, tocan dos horas y pico (en esta ocasión desde las 21:09 hasta las 23:21), pero claro, alargando los temas e improvisando instrumentalmente. Pero no nos engañemos, ya no son lo más grande del Rock y el Heavy Metal en España.

Hubo elogios varios de Armando para el local, llegando a decir que ya les gustaría tener uno así en Madrid. Bueno, teatros y auditorios hay de sobras en la capital del país, otra cosa es que se empleen con asiduidad para conciertos de Rock.

Y si imaginé que aquella noche el auditorio se iba a caer con el excelente sonido que iban a conseguir dando guitarrazos y tralla, me equivoqué, llegaron a sonar algo saturados, y quizás si se hubiese bajado un poco el volumen aquello hubiera sonado mejor. El técnico de sonido, que me imagino que llevaban ellos, no sé a qué jugaba, ya que cuando Armando se dirigía al público en muchas ocasiones apenas se le entendía claramente, por no decir que alguna que otra vez tardó en abrir los micrófonos.

Temas tocados aquella noche: 

“Primerasmentes” (Intro)

“Al final, perderán”

“Los desertores del Rock”

“Larga vida al Rock & Roll”

“El hombre de las cavernas”

“Rockero indomable”

“Incomunicación” (Lanzando su gorra Armando al público. Alargando con juego de voces entre el público e instrumentalmente, con Carlos soplando la armónica).

“Caballo desbocado”

“Satánico plan (volumen brutal)”

Solo de batería (corto)

“Te espero en el Infierno”

“En el centro de la Tierra” (cantado por Armando)

“Concierto para ellos”

“Another One Bites The Dust” (fragmento)

“Cuerdas de acero”

Solo de Armando

“Czardas”

“Con botas sucias” (con solo de bajo – corto, y fragmentos de “Land Of A Thousand Dances”, “Born To Be Wild”, y “Crossroads”

“Siempre estás allí”

“Los rockeros van al Infierno” (con fragmentos de “Smoke On The Water” y “Highway To Hell”)

Bis:

“Nada que hablar” (cantado por Ángel Arias)

“Hermano del Rock & Roll” (cantado por Armando)

“Tu infierno”

“Resistiré”

Bis:

“Hijos de Caín”

Texto y fotos: Starbreaker