BARRICADA – Sábado 22 de septiembre de 2007, Plaza de Toros (Santomera, Murcia)

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Veinticinco años, ni más ni menos, sin apenas descanso, celebran los navarros Barricada. Uno de los mejores grupos de nuestro Rock patrio. Echando la vista atrás aún recuerdo la primera vez que los vi, precisamente en otro pueblo de Murcia, Molina de Segura, el viernes 18 de septiembre de 1987, junto a Anatema y ARX, y cuyo concierto de éstos últimos y de los navarros grabé con una grabadora de mano de la época; con masiva invasión de escenario unas cuantas veces durante la descarga de los Barri. Luego los vi más veces, aunque cada vez me fueran gustando menos los discos que iban sacando… hasta verlos, creo que por última vez, si mal no recuerdo, en Granada, ¿en las fiestas del Zaidín podría ser o quizás en un pueblo cercano a la capital, presentando en directo el disco “La araña”. Ahí ya me dije que los navarros habían tocado fondo, equivocándose en algunos temas y viéndoles en horas muy bajas, llegando incluso a sacar durante el concierto un esperpento en forma de araña mecánica muy cutre. Con sus últimos discos de estudio, al parecer, estaban volviendo a los buenos tiempos, aunque yo era algo escéptico, escuchando de pasada algunos temas. Con la publicación del “Hombre mate hombre” volví a interesarme en ellos. 

Por Internet se leía que en los conciertos celebrando su XXV aniversario se estaban saliendo, tocando más de dos horas y rescatando antiguas y clásicas canciones que hacía tiempo no tocaban. El amigo y compañero Alvar de Flack nos ponía los dientes largos en su reseña del concierto de mayo en Talavera de la Reina (Toledo). Y como no se acercaban por nuestra ciudad, había que hacer lo posible por ir a verlos, aunque fuera desplazándose fuera de la provincia. Aunque con dudas hasta el mismo día de ir o no ir, y buscando información por la Red, finalmente decidimos liarnos la manta a la cabeza y en el coche del amigo Pepe, acompañarlo el también amigo Sera y servidor. 

Íbamos un poco a la aventura, ya que ninguno de los tres había estado anteriormente en el pueblo murciano. La misma mañana había encontrado información del concierto un foro donde veía el número de un teléfono móvil para reservar entradas. Así que un poco escéptico mandé un mensaje para reservarlas y me respondieron que no había problema. Pocas horas después de salir de Almería en el Pepe-móvil llegamos a Santomera, que se encontraba en fiestas, y aunque había unas pobres indicaciones que dirigían al lugar del concierto, nos fue algo complicado dar con la Plaza de Toros portátil. Una vez allí fuimos a taquilla a recoger y pagar las entradas, diciéndonos la taquillera que no tenía ni idea, le expliqué mejor, llamó a alguien y tuvimos que ir a la puerta para hablar con un chaval que al principio tampoco sabía lo de las reservas, pero finalmente cayó y sin problema ninguno pagamos en taquilla como anticipadas (15 €). Aunque los tres euros que nos ahorramos en la entrada luego nos fueron sustraídos con alevosía y nocturnidad en un puesto ambulante de comida y bebida llamado “Los Primos”, y ¡vaya que si hicimos “el primo”! Cada uno de nosotros pedimos una cerveza (de lata), no muy fresca, y un bocadillo de lomo, queso y tomate, que luego resulto ser un bollito chico con un filetillo delgado cual radiografía de lomo, vamos, como si fuera una tapa normal y corriente de la que te puedan poner en Almería o Granada. Al rato de pagar salí de mi nube, dándome cuenta del precio reaccioné y empecé a quedarme alucinado de la clavada que nos habían dado. 

Dentro ya del coso taurino portátil nos pedimos un litro de cerveza y fuimos al puesto de camisetas, habiendo una gran variedad, comprando mis amigos y yo una cada uno de diferente modelo y color. Había posibilidad de que las simpáticas y amables chicas que atendían el puesto las guardaran hasta el final del concierto, así que así se lo pedimos y ellas muy amablemente lo hicieron. Por si leen esto (que lo dudo): ¡Muchas gracias, lindas damas! 

Menos mal que aunque se anunciaban que tocaban en el “Limón Rock”, sonando ese nombre a festival, sólo tocarían ellos. Siendo mejor para nosotros, ya que el concierto acabaría a una hora, más o menos, prudencial para regresar al terminar a nuestra ciudad. 

Mientras esperábamos la salida de los cuatro navarros veíamos el amplio escenario, con telas blancas con agujeros, al estilo camuflaje, cubriendo parte del equipo, y el nombre de la banda con letras amarillas en un telón al fondo, arriba de la batería.

Se apagan las luces a las 23.23 h., tan sólo veintitrés minutos en salir en cuanto a la hora que se anunciaba en el cartel y la entrada (23 h.). Comienza a sonar una música circense y el primero que sale es el guitarrista Alfredo, con un look parecido al de su hijo Iker (Dikers) y una amplia sonrisa, luego su compañero a las seis cuerdas (y vocalista) Boni, ya con Ibi tras la batería, y el último en salir Enrique Villareal. No hay mejor elección para abrir que con “Sean bienvenidos”, de su último disco en estudio, cantada por el bajista arropándole los guitarristas en los coros. Con energía desde el principio, botando “El Drogas”, y Alfredo y Boni moviéndose por el escenario. El sonido estaba saturado de graves y batería, que luego se fue solucionando. 

¡Aupa, Santomera! ¡Buenas noches, felicidades! y tras el saludo de rigor me llevo una gran sorpresa al sonar una de mis canciones preferidas de ellos y del Rock hispano en general, “Esta es una noche de Rock and Roll”, aunque no me terminó de convencer del todo la reciente versión, cantada por Boni, del tema del primer disco. El guitarra sigue a la voz principal en “Abrir y cerrar”, cantando la canción la mayoría, como en las anteriores, de público que se encontraba en el recinto taurino, ¿alrededor de 1000 almas? “El Drogas” con pañuelo cual pirata en la cabeza, apoyando en voces, y sin parar de moverse con su bajo por las rodillas, dando vueltas por el centro de las tablas. Seguían cayendo temas de los primeros discos, “La hora del carnaval”, y la gente alucinada cantando. Enrique animaba entre tema y tema y presentaba “Tiempos que arden”, esta vez ocupándose de los coros Alfredo. La pegadiza y de aires comerciales “Yo soy quien tú necesitas esta noche” me hizo recordar su sexto disco “Pasión por el ruido” que no me gustó a pesar de escucharlo y escucharlo, y el que significó, para mi, el irse distanciando cada vez más del sonido de sus tres primeros trabajos. Alfredo comienza a su guitarra “Como yo a ti”, gustándome los coros de los guitarras. 

Apenas hay respiro entre una canción y otra, para nuestro goce, y eso experimento con la maravillosa “Esperando en un billar” y luego “Tan fácil”, una de las pocas que salvaba del “Pasión por el ruido”, dando miedo la imagen de “El Drogas” iluminada por una la luz de color rojo. Otra grandiosa sorpresa cuando suena “Quiero perderme”, cantada por Alfredo, y si ya en disco su voz es regular, en directo aún se nota más que lo de cantar solista no es lo suyo. “Obsesión” del “Rojo”, ¡joder, la de años que no escuchaba ese tema! Hace más de diez años no tocamos… “El mejor de tus días”. Siguen repasando temas de finales/comienzos de los 80/90 con “Objetivo a rendir”, “Campo amargo” suena como antaño, macarra y desafiante. En “Por salir corriendo” pegando saltillos y encorvado “El Drogas”, como otras veces, a quien le lanzan un sombrero de paja y se intenta agachar con el bajo para cogerlo, y finalmente se lo ponen, con el siguiente cachondeo diciendo que le queda grande y que no le deja ver bien. “Sofokao”, la canción que abre el “Hombre mate hombre” con ese aire de antaño de la banda, suena de vicio. Devolviendo el sombrero Enrique al final. 

Se suceden y disfrutamos y cantamos con Okupa, okupa… “Okupación”, “No pongas el culo”, “Haz lo que quieras (tu cuerpo)”, “Bajo control”, “Barrio conflictivo”

Continúan con “El trompo”, diciendo al final Enrique ¡Ese trompo del Kutxi, barbudo cabrón!, “No sé bien porqué” unida a “Hombre mate hombre”. La nueva revisión a “Pasión por el ruido” que no me llega a gustar. “Tentando a la suerte” con presentación del Drogas recordando una historia de mear, la txantrea… Durante “Víctima” la gente canta y acompaña con palmas, como solía hacer durante la mayoría de los temas. 

Nos invitan para que nos abracemos, besemos… que va a ser que no, y menos con acompañantes del sexo masculino, jajaja. Llega la parte tranquila y acústica con “Juegos ocultos”, “Mañana será igual”, “Pídemelo otra vez”, siendo ésta la que más me gusta como queda, y “Aún queda un sitio”

Se acaba lo tranquilo, y por allí vuelve a verse de nuevo el sombrero de paja, y tocan “No sé qué hacer contigo”, “A toda velocidad”, a capella Drogas canta el estribillo de la próxima canción, “Lentejuelas”. Luego “Balas blancas”, una que viene que ni pintada para el emplazamiento, “Rojo”, “Animal caliente”, con la peña coreando el ritmo del comienzo de la batería de Ibi, y cantando casi todo el tema, acabando con ¡Déjate arrastrar, Santomera! 

Un minuto para las dos menos veinte de la madrugada, cuando se retiran y regresan al instante, para comenzar a sonar una intro, sirenas… la risotada de “El Drogas” para “En la silla eléctrica”, sigue dando pavor el foco rojo que le da en la cara mientras canta este tema. A ese clasicazo unen “Deja que esto no acabe nunca”, cantada horriblemente por Alfredo. La peña entregada con oes, y ahora viene lo que viene… “Todos mirando” volviendo a llevar la voz principal la gente. Se despiden con “Esta noche no es para andar por esas calles”, quedándose al final la gente cantando el estribillo y los tres del frente abandonar el escenario, quedándose Ibi siguiendo con su batería el ritmo, poniéndose en pie, animando y echando una foto a la peña. Faltaban tres minutos para las dos de la madrugada, y dos minutos después regresan, dedicando “El Drogas” a Sergio, por no poder estar allí, “Contra la pared” y sin respiro “No hay tregua”, más agradecimientos y ya sí, acaban con “En blanco y negro”. Pura fiesta, y final a las 2.11 h. sonando para finalizar la sintonía del circo. 

Ahí quedó eso para el recuerdo, concierto extenso, sin apenas respiro, a un muy gran nivel, incluyendo clásicos, temas antiguos que hacía mucho tiempo no tocaban, mezclados con temas más actuales y la parte acústica, no bajando para nada el ritmo del concierto. Están en un estado de forma envidiable que ya quisieran muchos grupos, tanto actuales como veteranos. Algunas bandas clásicas ya viven de las rentas, otras se notan los altibajos cuando tocan temas clásicos y recientes, pero los navarros están que se salen en su XXV aniversario. ¡Aupa, Barricada por muchos años más en esta forma!

Texto y fotos: Starbreaker