THE DICTATORS + WHITE CABARET – Viernes 3 de octubre de 2008, sala Heineken (Madrid)

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Lo confieso, todo fue por él. Si me acerqué al universo de The Dictators fue por su presencia en el grupo. No en vano fue uno de mis grupos referencia durante mucho tiempo, y dejó de serlo poco después de que los dejara. No podía dejar de lado la presencia de Ross The Boss tocando justo al lado de donde curro. Imposible.

Una vez decidido a ir, bueno, un poco de empape acerca del grupo no estaba mal. Les conocía de oídas, de todas formas ¿a quién no le suena The Dictators? Grupo protopunk americano, de Nueva York como los Ramones. Historia viva del punk. Otro de los alicientes era que en teoría (eso espero), era una mini-gira de despedida y montada sólo para España. A estos judíos les gusta mucho el jamón y el vinito de por aquí. Bueno y ver de nuevo a Ross, después de tanto tiempo de aquel concierto de Manowar en el Pabellón del Real Madrid (¡ay, el Pabellón!).

Me bajé la discografía, corta, del grupo y qué mejor que un directo para empezar. “Viva Dictators!” fue el elegido. Unas escuchas y bingo, el grupo no era sólo el tío Ross. Música variadas, desde el Punk al Rock, rozando el Surf y llegando al Heavy. Dos guitarras en un grupo Punk te llevan al Hard Rock. Mucha marcha y ese toque final de Ross. Píllale en Manowar, bájale de revoluciones, un poquito más de blues y tienes el sonido Dictators. Bueno, esto es una reducción bastante simple. No se puede quitar mérito al resto de los componentes. En la batería J.P. “Thundebolt” Patterson, arreando con gusto una batería bastante sobria. En la rítmica Scott “Top Ten” Kempner (de vuelta al grupo y con una imagen muy The Clash, con camisa de manga corta), perfecto escudero de Ross The Boss. A la voz Handsome Dick Manitoba (literalmente y como él mismo cito “Polla bonita Manitoba”), un tío que tiene muchas tablas, carisma de sobra, aparte de una voz bastante rasposa y quedona. Finalmente al bajo, el alma mater del grupo, Andy Shernoff, voces (solitas en ocasiones), compositor de casi todo y el que lleva la dirección del grupo. Por cierto, tiene negocios vinícolas en nuestro país. Lo dicho, punks viejunos que se las saben todas.

Del grupo telonero, pues decir que no sabía ni quién tocaba. Lo siento, pero en la mayoría de los carteles repartidos por Madrid, no lo ponía. Quinteto de Pop-Rock, con algún que otro tinte Punk. Bien aseados, con buen frontman y dos buenos guitarras. Música divertida y quedona. Tienen futuro si tienen suerte que alguien invierta en su nombre en los 40 criminales. De otra forma, pues como tantos grupos buenos, a luchar por sacar la cabeza.

Llega el momento y tengo al tío Ross enfrente (segunda fila aproximadamente). El concierto se va a basar en un repertorio casi calcado al del disco “Viva Dictators!” (para mi deleite). No tocaran nada de su segundo disco “Manifest Destiny”. Quieren dejar claro de dónde vienen (es imprescindible nunca olvidarse de dónde viene uno), y arrancan con “New York New York”. “La mejor ciudad del mundo” exclama Manitoba, aunque deja claro que para ellos Madrid es su “segunda casa” (tienen muchos vínculos con la capital). Continúan con un tema del disco pre-reunión de The Dictators, “Party” del proyecto de Manitoba con Andy Shernoff. Miro hacia atrás y la Heniken está petada. La fauna era muy variada y convivíamos desde rockers, heavies, modernos y hasta punks con cresta. No sabíamos lo que se nos venía encima. A la tercera, el delirio “Master Race Rock”, tan rockera y heavy a la vez. Empiezan las avalanchas. Solo genial de Ross The Boss. Un apunte, el tipo está mazas de cojones. Tatuajes muy patrióticos en los brazos (otro Ted Nugent – Zakk Wylde, me imagino). Las siguientes, tres clásicos. Nos cuenta Manitoba de qué calles de Nueva York son, entonces suena “Avenue A”, de su último disco en estudio D.F.F.D. Tras esta todo un clasicazo: “Baby Let´s Twist”, quedona, bailona, divertida. Finalizan este bloque con “Weekend”, con Shernoff a la voz. Historias de barrio, de gente común, historias de Nueva York.

Tras el pequeño respiro con “Weekend” ponen patas arriba la sala con “Next Big Thing”. Una de mis favoritas. Ross The Boss se luce. Musicalmente lleva la voz cantante, pues todos le miran cuando improvisa o alarga alguna parte. Entre canción y canción sonrisas, bromas. Es un tío muy elegante a la guitarra, con un gran sentido de los punteos rítmicos. Ya demostró que sabía correr con Manowar. No he comentado el aspecto de Manitoba. Gorro de NY, lleno de collares, camisa imposible de bailongo, y muñequeras. Parece más un rapero que un rockero. Pero el tío llena y sabe llevar las manijas del espectáculo. Dejó claro que ellos fueron los primeros en publicar un disco de Punk en los USA, meses antes del debut de Ramones. Anécdota también fue cuando empezaron un tema y el batería no sé si se quedó sin baqueta o qué, pero estaba todo el rato pegando voces diciendo que pararán. En esto que todos se dan cuenta y paran. El tío hecho una furia y el Manitoba que se gira y abriendo los brazos le pregunta “¿qué? ¿qué?” Se pega la vuelta y mira a la gente sacudiendo la cabeza como diciendo “no tiene remedio”. Afortunadamente al batera se le pasó el mosqueo y siguió a lo suyo; intentando matar a golpes a la batería.

Las siguientes en sonar fueron “Pussy And Money” (el título lo dice todo), y “The Savage Beat”. Esta última más facilona y cercana a la música surf de la costa oeste americana.

Llegó el momento de escuchar una de las dos canciones que me conocía de The Dictators, sin saber que eran de ellos. “Minnesota Strip” es una versión que hacen en directo Sex Museum. Es una canción excepcional, aunque por costumbre me gusta más la versión de los Sex, más pesada y con el toque de órgano Hammond de Marta Ruíz.

Pasado el golpe de que suene la canción más celebrada de Dictators, llegamos a una parte más relajada. Manitoba se va y quedan los instrumentistas haciendo “Channel Surfing”. Os podéis hacer cuenta de qué va esta instrumental. Sigue el cantante sin aparecer cuando arrancan con la comercialísma “Loyola”. A las voces el bajista, que para eso la ha compuesto. Pegadiza.

Afrontamos la última parte del concierto con “Who Will Save Rock´N´Roll”, toda una declaración de intenciones; “Faster And Louder”, cañerísima; “I Am Right”, rápida y muy muy punk (avalanchas, pogos, dolor de espalda, etc.). Finalizan con “Stay With Me”, más tranquila y rocanrolera que las anteriores. Se retiran sudorosos y nos dejan a nosotros sudorosos y contentos con ganas de más.

Al rato volvieron entre vítores. Nos dejaron tres perlitas más y se acabó. “Two Tub Man”, y un par de versiones. “Sonic Reducer” de los Dead Boys y “California Sun” de Los Rivieras. Tope surf.

No sé si se ha puesto el scan que hice del set. En él pone que la última es “Haircut & Attitude” (versión que también hacen Sex Museum), pero debieron de pensárselo mejor, o más bien quizá se vieron apurados por el hecho que después hay sesión discotequera en la Heineken.

En definitiva, gran concierto, buen sonido, gran actitud, ganas de diversión y de comerse el escenario. Gran banda. No, grandísima banda. Banda sin la repercusión de Ramones, pero para mí con un contenido y versatilidad bastante más larga que éstos.

Al finalizar estuvieron todos firmando y haciéndose fotos con la peña. Simpáticos y accesibles. Me llevé una copia del “Viva Dictators !”, firmada y vendida por Andy Shernoff.

Un apunte. en “Who Will Save Rock´N´Roll”, Shernoff escribe “mi generación no es la salvación, ¿quién va a salvar al Rock´N´Roll?”. Pues digo yo que mientras lleguen los relevos que no se vayan los veteranos, que son los que mantienen actualmente esto.

Me lo pasé como un enano. Que no se separen. O que se junten de vez en cuando.

Saludos.

Texto y fotos: Jfzepp