Editorial Diciembre 2007: “The song remains the same”

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Doy por sentado que tú, querido lector que te molestas en emplear un poco de tu tiempo en visitarnos, amas el Rock tanto como nosotros. Los que llevamos adelante este webzine somos unos apasionados de esta música que además, en la medida de nuestras posibilidades, damos rienda suelta a nuestra pasión escribiendo nuestras opiniones, unas veces mejor y otras peor, y sabemos que tú, fiel seguidor o lector ocasional, sientes algo parecido a nosotros.

Coincidirás conmigo en que lo realmente importante, lo que de verdad nos llena y nos hace vibrar, es la música. Y por ende, los verdaderos y únicos responsables de ello son los músicos. Ellos son los creadores, los que ponen su talento y su esfuerzo a nuestra disposición, dándonos la posibilidad de disfrutar día tan día con esto que nos hace tan felices, a menudo sin tener ningún tipo de compensación más que el orgullo del reconocimiento público.

Ellos, intérpretes y compositores (la mayoría de las veces ambas cosas a la vez) son los verdaderamente importantes. Esto, que parece una perogrullada, algunos lo han olvidado. Hay fans que exigen a los músicos un determinado proceder, con qué compañeros tienen que tocar o qué tipo de música tienen que componer, olvidando que la creatividad tiene que aflorar sin presiones desde el corazón de sus creadores. También hay promotores que tratan a los grupos con desdén, negándoles unas mínimas condiciones y exigiendo un pago previo por utilizar sus instalaciones. “El riesgo es suyo y las ganancias, mías”, dirán. Ya dediqué un antiguo editorial de este asunto y no voy a repetirme de nuevo.

Como creo que sabes, querido lector, The Sentinel es un medio totalmente amateur. No tenemos ningún tipo de compensación económica, ni la queremos, ni siquiera para cubrir gastos. Esto siempre ha sido así y siempre lo será. Quizás por eso (o quizás no), seguimos considerando que los músicos son los verdaderos protagonistas de esta historia. No se nos ocurrirá nunca exigir un “sobre” a un grupo por salir en nuestras páginas, ni molestaremos a un músico a horas intempestivas para ofenderle con preguntas y comentarios hirientes, debido a nuestro estado etílico. Ni vetarle porque no haya “pasado por el aro” en alguna ocasión anterior. Porque, aunque sea vergonzoso, estas cosas sí pasan en el mundo del Rock. Y pasan porque los gurús de los medios, esos que llevan manejando el cotarro del Rock en España desde hace muchos años, se han creído más importantes que los propios músicos. Han creído (y han dicho en público) cosas como “yo, que he hecho tanto por el Rock de este país…” En una época pasada en la que apenas había medios por los que los músicos pudieran promocionarse, estas “estrellas mediáticas” recibieron un gran poder, inmerecido y que no supieron asimilar. Creyeron que eran los verdaderos protagonistas, y manejaron los destinos de músicos y fans a su antojo, peleando las migajas de un pastel que no les corresponde.

Los tiempos han cambiado, pero ellos no. Desde su pedestal siguen haciendo y deshaciendo, tratando con desprecio a músicos y fans, y haciendo caja por cada “aportación a la causa”. Pero su pedestal ya no es el que era. Por todas partes surgen oportunidades de acceder a la información de una manera menos condicionada, más libre y sincera. Webs como The Sentinel (y otras mejores) o programas de radio como “Concierto para ell@s”, demostramos cada día que hay alternativas, que la información y la opinión en el mundo del Rock no tiene por qué estar comprada, y que las cosas se pueden -se deben- hacer de otra forma.

Hace poco, un conocido cantante me dijo “menos mal que hay gente como vosotros”. No estoy de acuerdo. Menos mal que hay gente como los músicos, verdaderos artífices de que el Rock en España siga creciendo. Por nuestra parte, nos conformamos con ser trasmisores de vuestro talento.

Por todo ello, no nos queda otra que daros las gracias a todos. A ti, lector, por emplear tu tiempo en leernos. A los músicos, por ofrecernos su trabajo y por mostrarse tan cercanos y asequibles a este humilde webzine. Y, sobre todo, a todos los históricos “grandes periodistas del Rock” de este país, de los cuales hemos aprendido tanto en todos estos años, al mostrarnos lo que NO hay que hacer.

Shan Tee