No soy muy partidario de los grupos tributo. Uno lleva muchos años en esto como para haber tenido la fortuna de ver en directo a la mayoría de los grandes grupos del rock, y ver sus temas tocados por músicos ajenos siempre se me hace raro. Además, suelen ser repertorios muy “sobados” y el margen a la sorpresa suele ser muy pequeño.
Si tenéis la oportunidad de ver en directo a All Men Brothers Band, olvidaos del párrafo anterior, porque cualquier parecido sería pura coincidencia. Estamos ante un magnífico grupo de músicos de gran nivel que se reúnen de vez en cuando para tocar los gloriosos temas de The Allman Brothers Band, uno de los grupos más clásicos del rock que nunca se asomó a tocar en España, y apenas lo hizo en Europa más que en contadísimas ocasiones. Sus canciones, sus largas improvisaciones y su forma de entender el rock fueron el germen de lo que luego se conoció como rock sureño, además de influir, en mayor o menor medida, en multitud de grupos de varias generaciones. Y como no tuvimos nunca la oportunidad de disfrutarlo en directo, no se me ocurre mejor forma que hacerlo en las personas que forman All Men Brothers, músicos de primer nivel que llevan el rock de los Allman Bros. en las venas.
La idea surgió de Carlos “Nano” Hervás. Bajista que lo fue de Casablanca y actualmente de Ron & Blues, su pasión por los Allman Brothers y su contagioso entusiasmo le llevaron a contactar con los músicos necesarios para dignificar el legado de su grupo de cabecera. La tarea no era fácil, ya que además de la complejidad de los temas a interpretar, el hecho de recrear una banda con dos guitarras, dos baterías y un teclista, además del bajo y la voz, con unos temas en los que la improvisación es parte fundamental, requiere un nivel musical elevado.
La realidad demuestra que la elección de los músicos fue totalmente acertada. Dos excepcionales guitarristas como Nacho Ruiz y Eduardo Pinilla son fundamentales en este proyecto, y ambos cumplen sobradamente con la difícil tarea encomendada. Igualmente difícil es ensamblar a dos baterías, algo que se ha visto en pocas ocasiones en el rock. Pedro Navarro y Jesús Alegre se encargan de este difícil cometido, sin fisuras. Además, los teclados de Quique Rivero son también imprescindibles para llevar a buen puerto la música de Allman Brothers. Y para culminar la formación, nadie mejor que Peter Cast, vocalista canadiense afincado en España que derrocha siempre simpatía y buen gusto, además de una voz limpia, clara y bien entonada en todo momento.
Compatibilizar a tantos y buenos músicos, más la exigencia autoimpuesta de presentar el proyecto en un escenario tan adecuado como un teatro hace que sólo podamos disfrutar de estas actuaciones de forma muy espaciada en el tiempo. Ya tuvimos oportunidad de presenciar su debut el 28 de febrero en el Teatro del Círculo de Bellas Artes, en un concierto inmenso con las localidades agotadas que quedó inmortalizado en un DVD que se puede adquirir en la actualidad. Tras aquel día, yo tenía muy claro que repetiría mi asistencia en cuanto hubiera otra ocasión.
Y la ocasión se produjo el 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid. De nuevo un escenario de lujo y unas condiciones extraordinarias para disfrutar de la música de Allman Brothers Band.
El concierto no defraudó a ninguno de los asistentes. No voy a hacer una crónica detallada del evento porque estas cosas hay que vivirlas. Sentirlo y emocionarse junto con los músicos, recuperar un pedazo de la historia del rock que no podría ser vivida en la actualidad de otra forma.
El concierto estuvo dividido en tres partes. En la primera de ella interpretaron, al completo y en el mismo orden, “Live at Filmore East”, uno de los discos en directo más valorados de la historia del rock, reconocido como la consagración de Allman Brothers Band. Retomando el espíritu original de estos temas, éstos incluyen largas improvisaciones. Temas que tienen vida propia y que nunca sonarán dos veces igual, poniendo a prueba tanto el nivel técnico como el trabajo de sincronización de estos músicos.
Comenzando con “Statesboro Blues”, el orden obligado es “Done Somebody Wrong”, “Stormy Monday”, “You Don’t Love Me”, las instrumentales “Hot ‘Lanta” y “In Memory of Elizabeth Reed”, culminando con la mítica “Whipping Post”. Revivir un disco tan mítico como “Live at Filmore East” es toda una experiencia que nadie se debería perder. Todos los músicos demostraron su calidad, en especial Nacho Ruiz y Eduardo Pinilla, alternándose en largos solos llenos de sentimiento.
Al principio del concierto, Peter Cast quiso dedicar la actuación a su padre, recientemente fallecido. Más tarde nos dio más detalles, y supimos que el deceso ocurrió dos días antes del concierto. Apenas habían pasado 24 horas desde el entierro cuando Peter Cast estaba sobre el escenario, derrochando su simpatía habitual y por momentos emocionándose con la música y el recuerdo a su padre fallecido, dándonos una lección de profesionalidad y de calidad humana. Peter tiene el mayor de mis respetos.
Tras este repaso completo a “Live at Filmore East”, la siguiente fase del concierto fue un bonito set acústico, muy entrañable, formado por “Midnight Rider”, “Seven Turns” y esa tierna delicia que es “Melissa”. A destacar los coros de Nacho Ruiz, quien además de un gran guitarrista es un excelente cantante.
Tras el set acústico, el concierto se completó con otros temas de la historia de Allman Brothers Band, con el mismo espíritu que había conquistado ya a la audiencia, y con Peter Cast animando al público a levantarse de sus butacas y bailar sin reparo, algo que fue consiguiendo poco a poco. “Trouble No More” y “Southbound” dieron paso a una fantástica “Soulshine” que sonó intensa y muy emocional.
El público, conquistado, cada vez se levantaba en mayor número y conquistaba los pasillos del auditorio, con la misma expresión de plenitud en sus rostros que en los músicos que sobre el escenario estaban disfrutando con la música.
En un momento de esta última fase, Carlos “Nano” Hervás presentó uno a uno a todos los miembros de la banda. Al llegar a Peter, volvió a comentar el esfuerzo de tocar esa noche tan solo un día después de haber enterrado a su padre. Peter intentó contestar, pero no le salieron las palabras, emocionado. Un momento que nos llegó a todos y que fue superado como el resto de la noche: con música.
“Wasted Words”, “Ramblin’ Man” y “Revival” nos condujeron hasta el final, pero no estábamos dispuestos a que quedara allí, así que tras unos minutos de reclamo, la banda volvió para regalarnos otros dos clásicos: La inevitable “Jessica” y “Black Hearted Woman” con las que, ahora sí, dieron por finalizado el concierto.
Los comentarios tras el concierto eran unánimes. Noches como esta son imborrables en la memoria de todos los que han asistido. La complejidad de este proyecto impide verlos a menudo, así que la próxima vez que tengáis la oportunidad de disfrutar de ALL MEN BROTHERS… no lo dudéis.
Texto: Santi Fernández «Shan Tee»
Fotos: Olga Peinado