PATENTE DE CORSO “Marcado a fuego” (2014)

¡ Comparte esta noticia !

Cuatro años han pasado desde que viera la luz aquel “MMX” que significaba el debut discográfico de Patente de Corso. Un período de poca actividad pública, pero que la banda ha aprovechado para mejorar algunas cosas, cambiar otras y mantener buena parte de lo que ya les iba bien.

Si miramos la formación de este disco y la comparamos con aquel debut, únicamente vemos el cambio de uno de los guitarristas, David Espinosa, quien sustituye a Gustavo Martín. El resto de miembros permanecen inalterados, es decir, Paco Benítez (ex Los Trípodes) a la otra guitarra, Fran Montero al bajo, Javi “Cozy” (ex Hamlet, ex Ángeles del Infierno) a la batería y Juanma Lobón (ex Mago de Oz) como cantante, tras un período en que problemas personales le habían mantenido alejado del grupo, quien llegó a presentar a otro vocalista en este intervalo.

Tal y como pasó con “MMX”, la banda ha puesto especial cuidado (y presupuesto) para ofrecer una presentación que se sale de lo habitual. Un bonito pack, más grande de lo normal, que al desplegarlo muestra un bonito dibujo del taller de un lutier, conteniendo el disco y el libreto correspondiente. Una muestra de la ilusión de la banda por ofrecer un producto atractivo, no solo por el contenido sino también por el continente, y que supone un aliciente mayor para comprarse el disco y desechar buscarlo por la red.

El disco lo han grabado con sus propios medios, y es algo que se nota ya que le falta brillantez, quedando el sonido algo opaco, siendo uno de los puntos flacos del disco, sin que esto desmerezca el resultado final.

El disco arranca con “A 2 kilómetros al sur”, que comienza con la inconfundible intro a la batería del “Stargazer” de Rainbow, homenaje de Javi “Cozy” al gran Cozy Powell en el 15º aniversario de su fallecimiento, tal y como rezan los créditos del disco.

Siguiendo la línea habitual de Patente de Corso, los temas son complejos, con varios cambios de ritmo y estructurados en varias partes, en las que solemos encontrar fases de tempos diversos, con interludios instrumentales y compases poco habituales en el mundo del rock. Hay algunos más directos como “Me tocó a mi” o “Ahora o nunca”, aunque la mayoría son más elaborados como “Nacidos con un solo fin”, “No nos harás cambiar”, “El fin de los días” o “No abandones”. En todos ellos mantienen el atractivo de unas canciones con mucho trabajo tanto de composición como de ejecución, ya que son temas difíciles de llevar a cabo. En este apartado quisiera resaltar la buena labor de todos los músicos, demostrando un alto nivel técnico en todos ellos. En cuanto a Juanma, su voz la lleva al límite como nunca había hecho hasta ahora, y aunque en momentos concretos parece que está al borde del desastre, consigue culminar su labor con éxito en la mayoría de las ocasiones, con algún flaqueo puntual.

He dejado para el final dos temas que son especiales. En primer lugar, “Cristales rotos” supone la primera balada en la carrera de Patente de Corso. El tema comienza con un bonito piano, tocado por David Espinosa, sobre el que canta Juanma con mucho sentimiento, entrando toda la banda a mitad del tema poniéndole mucha pasión.

Y para el final he dejado lo que para mi es el mejor tema del disco. Una extensa “Tierra muerta” (más de 9 minutos) con una letra muy interesante que habla de un rockero que llega al infierno esperando el lugar del que hablan las canciones de rock y se encuentra con la concepción bíblica como lugar de sufrimiento, llegando a pedir explicaciones al Diablo. Musicalmente es muy completa, estructurada en varias partes y en la que el grupo juega con las tensiones y pasiones a placer.

Sin duda, Patente de Corso sigue siendo un grupo diferente. Y en estos tiempos en el que muchas bandas parecen clonadas unas de otras, esto es toda una bendición. Esperemos que este “Marcado a fuego” sea su consagración definitiva. Se lo merecen.

Santi Fernández «Shan Tee»